Entretenimiento
Vamos al cine
Repercute la crisis
El sentido de supervivencia cinematográfico marca nuevas tendencias temáticas con actores menos destacados y por consiguiente costosos. El espacio de las luminarias se redujo sin desaparecer totalmente y ahora es ocupado por los efectos espectaculares realizados por computadora y una temática tendiente a lo humano y real. La polarización es evidente, pero la taquilla marca diferencia y diferencia entre lo dramático y lo divertido.
La crisis económica deja huella en el entretenimiento y en el Cine particularmente, por ser el espectáculo y medio con mayor afluencia tradicionalmente joven y que ahora se desvía o pospone su concurrencia por transportación, costo y seguridad.
En tales condiciones, si la producción se mantiene y aprovecha los recursos técnicos para bajar costos de administración, operación y producción, las compañías distribuidoras estarán en posibilidad de ofrecer más productos a menores precios y los exhibidores obtendrán la posibilidad de llenar salas -por ahora cada vez menos concurridas-, con aplicación también de promociones donde se cultive la afición o adicción al espectáculo por excelencia, el cinematógrafo.
El Cine en cuanto a exhibición ha transitado por galerones improvisados con exhibición deficiente en formatos menores con mera aproximación a reproducir pasajes de la vida; en otro tiempo fueron terrazas descubiertas con techo de estrellas y eventuales lluvias; enormes salas con dos, tres o cuatro mil espectadores dejando ingresos millonarios en taquilla y dulcerías; hoy son boutiques de exposición con decenas de personas deseosas de aproximarse a la evasión durante dos horas inmersos en el dictado de la pantalla grande hasta ahora imitada, pero no cabalmente igualada.
El contacto con el consumidor es un privilegio que no todos los productores de un bien tienen. El Cine sí. Esta ventaja puede marcar la diferencia entre la atención forjadora de permanencia o desaparición definitiva del Cine como espectáculo masivo integrador de conciencia colectiva.
Dios nos guarde de la discordia.
Comentarios: sicpm@informador.com.mx
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