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Una gala llena de sentimiento en la Plaza de la Liberación

El mariachi se apodera del primer cuadro de la ciudad y deleita a los tapatíos en un espectáculo gratuito

GUADALAJARA, JALISCO.- Algo tiene la música mexicana que no basta con tararearla o cantarla para sentirla. Se tiene que gritar, y fuerte, para poder sacar las emociones que genera. Y ayer por la noche, miles de espectadores disfrutaron de lo más fino del mariachi nacional en la gala pública que se celebró en la Plaza de la Liberación como parte de las actividades del XVI Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería.

El mariachi Nuevo Tecalitlán, Américas, Camperos de don Nati Cano y Vargas de Tecalitlán se encargaron de darle forma a la noche con una serie de éxitos que todo aquel que se diga mexicano debe tener tatuados en la piel.

Con la estatua del libertador Miguel Hidalgo y Costilla como mudo testigo, la noche prometía ser especial gracias a la presencia de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, que fungió como acompañante de lujo para las bandas.

La primera agrupación en subir al escenario fue la del Nuevo Tecalitlán, que arrancó los aplausos con temas como Regresa a mí, original de Il Divo, A mi manera de Frank Sinatra y El triste de José José.

Luego comenzó el turno a los músicos del mariachi Américas, quienes, enfundados con un traje azul, se apoderaron del escenario y de los aplausos del público con Guadalajara, Ay Jalisco no te rajes y le dieron remate a su presentación con una serie de composiciones conocidas por la mayoría.

Los pesos fuertes de la noche
La expectativa generada por Nati Cano y sus Camperos se sentía en el ambiente. Y cuando tocó su turno se reflejó con una calurosa bienvenida. Dentro de la serie de temas que presentaron destacó de manera especial Amorcito corazón.
Y entonces llegó el momento para el invitado más especial por trayectoria y popularidad: El Vargas de Tecalitlán. La fuerza de las interpretaciones de un conjunto que se da el lujo de combinar voces entre cada una de sus canciones, y el tino con el que logran combinar cada uno sus temas dejó satisfechos a los presentes, destacando cortes como Sabes una cosa y Amor eterno, ésta última que fue coreada por la totalidad de la plaza y que motivó que los integrantes del Vargas exclamaran que “Guadalajara canta muy bonito”.

Por cierto
Después de las 21:30 horas, la Orquesta Filarmónica de Jalisco abandonó el escenario y llegó el turno de que los cuatro mariachis se presentaran solos. A la música hay que agregar el espectáculo de juegos pirotécnicos que se ofreció en la gala, que incluyó la quema de un castillo y ráfagas de bengala que salían del escenario.

EL INFORMADOR / Francisco González Rodríguez
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