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Un vagabundo con clase

El artista argentino regresa a Guadalajara, la ciudad que afirma tiene el significado de vivir a plenitud

GUADALAJARA.- “Yo nunca he tenido casa, cuando era chico por la miseria, y ahora porque vivo en puros hoteles”. Así, con estas palabras, Facundo Cabral se define como un vagabundo. Un errante que sin embargo no es errático, un enamorado que no cree en el matrimonio, un cronista que terminó como músico.
El maestro Cabral está en Guadalajara para ofrecer un concierto el próximo martes 29 de abril en el Teatro Diana. Antes de comenzar la entrevista en un restaurante escribe de manera veloz en un cuaderno. Dice que son crónicas de cualquier cosa, y es que cuando se levanta, tiene que ponerse a escribir de algo, de lo que sea, pero escribir.

El cuerpo le marca ya más de 70 años, pero la mente la conserva hábil como un lince, por eso, es él quien dispara la primera pregunta. “¿Cree en el comunismo, cree que toda la gente debe de ser igual?”, Cabral explica luego que son las diferencias lo que da un color a la vida, afirma, por ejemplo, que las mujeres son hermosas “y no sería así si todas fueran iguales a los hombres, ¿no?”; no cambia el tono cuando se le acerca una mesera a ofrecerle un vaso de jugo. Cabral la observa y le dice: “¿Ya te casaste?”, ella contesta que no y el músico responde “nunca te cases, porque estás hermosa”. Él le besa la mano y ella se derrite. Por eso es maestro.

Accidentes afortunados
La vida de Facundo Cabral se enmarca según él dentro de una especie de “realismo mágico”. Creció en la miseria más absoluta en su natal argentina, pero no permitió que esa condición se convirtiera en un impedimento para crecer en la vida. No creía que la sociedad le fuera a ayudar a superarse, así que él mismo se construyó la escalera al éxito, aunque reconoce que hubo que recurrir a la picardía para sobresalir. “Yo fui a pedir trabajo a un hotel una vez, y me dijeron ‘qué bueno que llegaste, ¿eres el músico?’, yo dije que sí, aunque la verdad, no traía nada preparado más que la guitarra, ellos esperaban a uno del sindicato. Me subí al escenario porque pensé que sería divertido”.

La gente respondió con furor, y desde entonces Cabral se ha movido por lo más granado del mundo de las artes y el espectáculo, al punto de convertirse en una especie de “eminencia sagrada”. Su vida incluye anécdotas con Juan José Arreola, que define como “el mejor conversador del mundo, brillante y ágil. Además de un excelente jugador de ajedrez. Nunca le gané”; Gabriel García Márquez a quien “le envidio esa capacidad que tiene para escribir, le envidio todos sus libros, cada que los leo, dijo, car..., como me gustaría haberlo escrito yo (risas)” y Jorge Luis Borges a quien “tuve el privilegio de conocerlo”. Tanto lo admiraba, que al momento de posar para la foto con EL INFORMADOR, imita la pose del poeta argentino con su bastón, instrumento que Cabral afirma usar “porque la pierna derecha ya no me sirve, no da más”.

México, un viejo amor

Fue a los 35 años que Cabral pisó por primera vez nuestro país, algo que afirma que no va a olvidar. “Aquí me reinventé como ser humano, la gente me acogió con mucho cariño”. Y de Guadalajara recuerda una anécdota muy especial.
“Hace muchos años, cuando estaba haciendo una serie de presentaciones aquí, iba de camino a mi hotel. Recuerdo que andaba a pie, la ciudad era mucho más pequeña y un automovilista me reconoció y ofreció llevarme. En el camino llegamos a un alto y se me quedó viendo, entonces me dijo ‘Facundo, yo a usted lo admiro mucho’. Pensé que me lo decía por que era músico, pero entonces agregó: ‘Lo admiro porque hace con su vida lo que usted quiere’. Me lo tuvo que decir otra persona para darme cuenta que sí, hago lo que quiero con mi vida. El ser consciente de eso me ha hecho verdaderamente feliz, y eso es algo que muy pocas personas pueden decir”.

Andar de un lugar a otro, viviendo de prisa y plenamente, le ha permitido no vivir con nostalgia. “Yo pienso en el lugar que estoy, lo que pasó se quedó atrás y ya. Ahora sólo pienso en Guadalajara. A veces añoro a la gente, no a los lugares”. Cada lugar guarda su historia, y una faceta distinta del músico: Futbolista, motivador, guionista, actor, fotógrafo. Ya encaminados, se le pide al maestro Cabral que saque al cronista interno que lucha por salir y sea el quien titule esta nota. “Hay una que me gusta mucho, resume bien lo que soy: ‘Vagabundo con clase’, esta buena, ¿no?”, concluye mientras regresa a escribir.

Facundo Cabral / Teatro Diana / Martes 29 de abril / 20:30 horas / Boletos de 150 a 600 pesos en www.ticketmaster.com.mx
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