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Un sueño que no caduca

Durante la presentación de la película, la directora explica que si hacer cine en México es un proceso muy complejo, realizarlo en provincia es una verdadera odisea

MORELIA, MICHOACÁN (20/OCT/2011).- La directora Kenya Márquez fue la primera en llegar a la sala y la única que no se sentó en toda la función.

La calma que trató de aparentar durante la proyección de Fecha de caducidad era la fachada de un interior lleno de nervios, emociones desbordadas y una sensación de que había cumplido una misión que tardó 11 años para ver concluida.

“Dormí dos horas antes de esta función –acepta en declaraciones para este diario– estaba muy nerviosa, muy inquieta, con mucho miedo. El haberla estrenado aquí en Morelia y no en Guadalajara representaba un reto. Sentía que estrenarla en la Perla Tapatía me iba a dar un factor de benevolencia por parte de los espectadores porque es mi ciudad, entonces quise salir de mi área de confort para ver qué sucedía fuera de mi Estado”.

Fecha de caducidad se estrenó el martes en el Festival Internacional de Morelia, cinta que está en competencia por la categoría de Largometraje mexicano tras un largo proceso creativo que implicó 11 años de trabajo, cambios y ajustes en el guión, además de negociar una y otra vez con los protagonistas de la cinta: Damián Alcázar, Ana Ofelia Munguía, Eduardo España y Marisol Centeno. “El estreno en Morelia fue fantástico –agrega la realizadora– porque me sentí extremadamente feliz de que la gente se rió con la historia, que la hayan gozado, entendido y divertido”.

Con temple de acero


Durante la presentación de la película a los medios de comunicación y la crítica del festival, Márquez explicó que si hacer cine en México es un proceso muy complejo, realizarlo en provincia es una verdadera odisea, misma que muchas veces la hizo considerar la posibilidad de claudicar. “Me pasó por la cabeza en varias ocasiones. De repente abandoné el guión, hacía otras cosas, me ponía a hacer cortometrajes, tuve mis ‘decepciones amorosas’ con Fecha de caducidad (risas)”.

Sin embargo Kenya reconoce que la película se convirtió en una obsesión y siempre se encontró abordando el proyecto de nueva cuenta, aunque para eso tuvo que luchar contra la falta de infraestructura en Jalisco y particularmente en Guadalajara, donde el apoyar al cine no es de interés esencial para los gobiernos en turno. “Tuve que platicar con los presidente municipales (de Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco, principalmente) para decirles que era necesario impulsar una industria en el Estado, que en la medida de que se apoyaran más películas y con ello generar empleos y turismo. Creo que hubo sensibilidad y se comprendió de que el cine puede dejar dinero y traer cosas buenas para Jalisco”.

Márquez consideró en ese ese sentido que Jalisco “le ha brindado grandes cineastas a México y no lo digo por mí, sino por gente como Guillermo del Toro, pero que se tienen que ir para hacer sus películas. ¿Quién quiere esperar 11 años para poder trabajar?”.

Sin presiones

Fecha de caducidad es una de las nueve películas que buscan coronarse en la categoría “reina” del FICM, la de Largometraje mexicano, aunque para Kenya el sólo hecho de pisar el certamen ya es en sí mismo un enorme logro. “Yo vine a disfrutar, los premios son muy subjetivos. Me interesaba venir, proyectar mi película ¡y que no me abuchearan, que era mi gran temor! No tengo ninguna expectativa en ganar nada, sólo quiero conseguir un distribuidor mexicano, uno internacional y que la gente la vea”.

EL INFORMADOR / Juan Francisco González Rodríguez
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