Entretenimiento

Un protocolo ancestral

Las formalidades a cubrir son algo más que simplemente recibir a la cigüeña, todo lleva un orden y ceremonia

LONDRES, INGLATERRA (22/JUL/2013).- El príncipe Guillermo y su esposa Catalina tienen una imagen de padres modernos pero el protocolo para el nacimiento de su hijo o su hija, que un día llevará la corona, obedece a tradiciones ancestrales:

- Guillermo estará presente en el parto, al igual que hizo Carlos, su padre, y Alberto, el esposo de la reina Victoria.

- La reina, el primer círculo de la familia real y los padres de Catalina serán los primeros informados del nacimiento.

- Luego los súbditos de su majestad serán avisados por una proclamación firmada por los médicos reales y colocada en un caballete en el patio de  Buckingham, el mismo que se usó para el nacimiento de Guillermo. Este vez, haciendo una concesión a la modernidad, el palacio publicará al mismo tiempo un comunicado y dará la información en Twitter y Facebook.

- Salvas de cañones celebrarán luego la noticia (62 cañonazos desde la Torre de Londres y 41 desde Green Park, cerca de Buckingham). La bandera  británica se izará en todos los edificios oficiales.

- El ministerio del Interior informará luego al alcalde de Londres, y el secretario privado de la reina avisará a los gobernadores generales del  Commonwealth.

- El nombre del bebé podría tardar días en ser revelado. Los británicos tuvieron que esperar una semana para conocer el de Guillermo y un mes en el  caso de Carlos.

- Se sabe ya que tendrá el título de príncipe o princesa de Cambridge y responderá al nombre de "Alteza Real".

-  Será bautizado en el seno de la Iglesia anglicana con una réplica del vestido de encaje y raso que llevaba la hija mayor de Victoria en 1841. El original ya no se usa desde 2004 para preservarlo del paso del tiempo.

- Los bebés reales tienen en general cinco padrinos. Harry, el hermano del  Guillermo, y Pippa y James, hermana y hermano de Catalina, son sin duda los  principales candidatos.

El "bebé real", fruto de un idilio de once años

El primogénito de Guillermo y  Catalina será el fruto de una historia de amor que comenzó hace once años en la  universidad de Saint Andrews y que logró resistir a una breve ruptura antes de  ser oficializada bajo la mirada del mundo entero.

Fue en septiembre 2011 que el príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II y segundo en la línea de sucesión al trono británico, conoció a la joven Kate Middleton en la prestigiosa universidad de Saint Andrews, en Escocia, en donde ambos estudiaban.

Catalina recuerda "que se sonrojó hasta las orejas" cuando lo conoció. Por su parte, Guillermo, durante la única entrevista común que han hecho hasta  ahora, para marcar la oficialización de su compromiso en noviembre 2010, dijo que "siempre supo que ella tenía algo muy especial".

"Nuestra relación atravesó algunos problemas pero los superamos y seguimos nuestro camino", había relatado el príncipe. "Es realmente fácil estar juntos, es muy divertido", contó ante las cámaras de televisión.

En Saint Andrews, Guillermo seguía la carrera de historia del arte, pero ésta no lo apasionaba. Fue entonces cuando Catalina lo convenció de no  abandonar los estudios y le aconsejó optar por la geografía.

En junio 2003, Guillermo afirmaba "no tener una novia regular". En esa  época, Catalina salía con otra persona. 

Pero en diciembre del mismo año, comenzaron a surgir rumores sobre una posible relación sentimental entre Guillermo y Catalina. Fotografiados juntos  de vacaciones en marzo de 2004, el palacio no negó la relación.

Sin embargo, en abril 2007, el portavoz del palacio confirmó que la joven pareja se había separado. 

Unos meses después, Catalina y Guillermo se reconciliaron y decidieron vivir juntos. Fue en ese entonces que Guillermo comenzó a trabajar en la base  aérea de la Royal Air Force en el País de Gales.

Finalmente, en octubre 2010, durante unas vacaciones en Kenia, el príncipe pidió la mano de Catalina, dándole el anillo de compromiso de su madre, la  princesa Diana.

Menos de un año después, la pareja se casó en gran pompa y bajo la mirada del mundo entero en la Abadía de Westminster. 

Con un hermoso vestido blanco marfil, con cola de casi tres metros, velo y una tiara prestada por la reina Isabel II, abuela del novio, Catalina fue  saludada por los gritos entusiastas de miles de admiradores que llevaban horas y hasta días esperando.

Oficialmente designados como el duque y la duquesa de Cambridge, la pareja realizó su primera gira real en junio y julio 2011 en Canadá y California,  despertando gran interés de los medios y del público.

En septiembre 2012, la pareja viajó a Singapur, Malasia, las islas Tuvalu y Salomón para representar a la reina Isabel con motivo de sus 60 años de reino.

El mismo mes, durante vacaciones en la Provenza, en Francia, un paparazzi tomó fotografías de la duquesa de Cambridge topless. Este incidente molestó a la pareja porque les recordó el acoso de la princesa Diana de Gales, madre de Guillermo, por parte de los paparazzi, según un comunicado del Palacio.

El 3 de diciembre, la admisión de Catalina al hospital por violentas nauseas, obligó al palacio a adelantar el anuncio de su embarazo.

El frenesí mediático que levantó este anuncio terminó con una tragedia: una empleada del hospital donde la duquesa Catalina estaba siendo atendida se  suicidó tras ser víctima de una broma realizada por una radio australiana.

El príncipe Guillermo y su esposa Catalina tienen intención de dar a su primogénito una educación más moderna que la que recibieron los hijos de la  reina Isabel II.

Sin embargo, la criatura, ya sea niña o varón, y cuyo nacimiento será  saludado con 103 cañonazos, difícilmente podrá tener una educación normal, por  más que esa sea la voluntad de sus padres.
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