Entretenimiento
Un cineasta debe ser honesto con lo que desea contar: Aronofsky
El cineasta Darren Aronofsky considera lo más importante a la hora de hacer una película ser honesto con lo que se observa y se desea mostrar, ofrecer algo personal y tratar de conectar con el público
Darren Aronofsky (El cisne negro) lo más importante a la hora de hacer una película es ser honesto con lo que se observa y se desea mostrar, ofrecer algo personal y tratar de conectar con el público.
"Creo que cuando tienes una historia que te llega al corazón vale la pena contarla, lo mejor que puedes hacer es ofrecer una mirada personal sobre tu forma de ver el mundo", expresó el director durante la conferencia magistral que ofreció al público de Guanajuato, en su reciente visita a México.
Confesó que cuando realiza una película no siempre entiende lo que está haciendo, "todas mis películas han sido un largo proceso, fueron años de ideas, imágenes y conceptos, hay muchos proyectos e ideas que se dan al mismo tiempo pero los que regresan una y otra vez son los que termino haciendo, sólo creo en una historia y luego pienso cómo desarrollarla".
También bromeó al decir que a él le gustaría dedicarse a otra cosa, "pero desafortunadamente no tengo otro talento y si quiero pagar mis cuentas debo seguir haciendo cine. Para mí el cine es la posibilidad de aprender a hacer cosas nuevas, lo viejos jóvenes como yo somos los más curiosos de todo y la cinematografía es un refugio para los curiosos".
El director que recibió un homenaje por parte del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) conversó durante cerca de dos horas con jóvenes que admiran su trabajo, con quienes se mostró complaciente y amable a la hora de contestar sus preguntas, tomarse fotos o dar autógrafos.
En la charla, Darren Aronofsky recordó su relación con México, país que conoce desde que era muy joven, "hice un viaje con mis amigos, viajamos por México, tomé clases sobre cultura maya, fue sorprendente encontrarme con que no había tenido nada de eso en mi educación previa".
Fue entonces que surgió su pasión por la cultura maya y desde entonces ha regresado en varias ocasiones a México, "en marzo estuve en Mayapán, Yucatán, creo que hay mucho que aprender de las culturas indígenas porque tiene muchas similitudes que debemos entender".
Este interés se ve reflejado en su filme "La fuente de la vida" (2006), que de acuerdo con el propio Aronofsky tuvo como influencia los libros del escritor uruguayo Eduardo Galeano, y una vez que inició la película viajó con su equipo a Centroamérica para consultar a expertos mayas y explorar las ruinas de Palenque y Tikal.
"Para mí es muy importante investigar sobre el tema que voy a tratar en mis películas, por eso tardo tres o cuatro años en cada una, ese tiempo lo dedico a estudiar. Yo no sabía nada de lucha libre antes de hacer "El luchador", ni era un experto en el tema del ballet para hacer "El cisne negro", tuve que investigar, adentrarme a ese mundo que quería contar".
Lo mismo pasó con su más reciente trabajo fílmico "Noé", que tendrá su estreno el 28 de marzo próximo en Estados Unidos. "me interesan mucho las historias antiguas que tienen que ver con los orígenes porque me he dado cuenta que existen muchas similitudes en distintas culturas".
"Siempre he apostado por grandes historias con un significado especial para mí y el género bíblico es muy interesante, siempre hay algo que nos conecta con estas historias y eso hace que se mantengan vigentes", manifestó.
Al hablar sobre cine y directores mexicanos, Aronofsky señaló que una de sus películas favoritas es "Santo contra las momias de Guanajuato" (México, 1972) y que se hizo amigo del cineasta Alfonso Cuarón desde hace años, fue él quien le presentó a Guillermo del Toro. También conoce a Gael García y Diego Luna.
"Creo que el talento mexicano es increíble, y eso se ve reflejado a nivel mundial, porque el cine mexicano tiene cada vez mayor presencia en el mundo, ejemplo de ello es la película "Heli", de Amat Escalante, que estuvo en Cannes y tengo ganas de verla".
CIUDAD DE MÉXICO (05/AGO/2013).- Para el cineasta estadounidense
"Creo que cuando tienes una historia que te llega al corazón vale la pena contarla, lo mejor que puedes hacer es ofrecer una mirada personal sobre tu forma de ver el mundo", expresó el director durante la conferencia magistral que ofreció al público de Guanajuato, en su reciente visita a México.
Confesó que cuando realiza una película no siempre entiende lo que está haciendo, "todas mis películas han sido un largo proceso, fueron años de ideas, imágenes y conceptos, hay muchos proyectos e ideas que se dan al mismo tiempo pero los que regresan una y otra vez son los que termino haciendo, sólo creo en una historia y luego pienso cómo desarrollarla".
También bromeó al decir que a él le gustaría dedicarse a otra cosa, "pero desafortunadamente no tengo otro talento y si quiero pagar mis cuentas debo seguir haciendo cine. Para mí el cine es la posibilidad de aprender a hacer cosas nuevas, lo viejos jóvenes como yo somos los más curiosos de todo y la cinematografía es un refugio para los curiosos".
El director que recibió un homenaje por parte del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) conversó durante cerca de dos horas con jóvenes que admiran su trabajo, con quienes se mostró complaciente y amable a la hora de contestar sus preguntas, tomarse fotos o dar autógrafos.
En la charla, Darren Aronofsky recordó su relación con México, país que conoce desde que era muy joven, "hice un viaje con mis amigos, viajamos por México, tomé clases sobre cultura maya, fue sorprendente encontrarme con que no había tenido nada de eso en mi educación previa".
Fue entonces que surgió su pasión por la cultura maya y desde entonces ha regresado en varias ocasiones a México, "en marzo estuve en Mayapán, Yucatán, creo que hay mucho que aprender de las culturas indígenas porque tiene muchas similitudes que debemos entender".
Este interés se ve reflejado en su filme "La fuente de la vida" (2006), que de acuerdo con el propio Aronofsky tuvo como influencia los libros del escritor uruguayo Eduardo Galeano, y una vez que inició la película viajó con su equipo a Centroamérica para consultar a expertos mayas y explorar las ruinas de Palenque y Tikal.
"Para mí es muy importante investigar sobre el tema que voy a tratar en mis películas, por eso tardo tres o cuatro años en cada una, ese tiempo lo dedico a estudiar. Yo no sabía nada de lucha libre antes de hacer "El luchador", ni era un experto en el tema del ballet para hacer "El cisne negro", tuve que investigar, adentrarme a ese mundo que quería contar".
Lo mismo pasó con su más reciente trabajo fílmico "Noé", que tendrá su estreno el 28 de marzo próximo en Estados Unidos. "me interesan mucho las historias antiguas que tienen que ver con los orígenes porque me he dado cuenta que existen muchas similitudes en distintas culturas".
"Siempre he apostado por grandes historias con un significado especial para mí y el género bíblico es muy interesante, siempre hay algo que nos conecta con estas historias y eso hace que se mantengan vigentes", manifestó.
Al hablar sobre cine y directores mexicanos, Aronofsky señaló que una de sus películas favoritas es "Santo contra las momias de Guanajuato" (México, 1972) y que se hizo amigo del cineasta Alfonso Cuarón desde hace años, fue él quien le presentó a Guillermo del Toro. También conoce a Gael García y Diego Luna.
"Creo que el talento mexicano es increíble, y eso se ve reflejado a nivel mundial, porque el cine mexicano tiene cada vez mayor presencia en el mundo, ejemplo de ello es la película "Heli", de Amat Escalante, que estuvo en Cannes y tengo ganas de verla".
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