Entretenimiento
Tim Robbins presenta su versión de 'El sueño de una noche de verano'
El director da a conocer en Beijing su adaptación de la obra
actor y director estadounidense
Tim Robbins aseguró hoy que "cualquier obra se puede representar en cualquier lugar, ya que siempre se puede reconocer la humanidad de todo el mundo", al presentar su adaptación de "El sueño de una noche de verano" en Beijing.
"Cada audiencia ve y entiende la obra de una forma diferente, pero intentamos siempre averiguar de antemano cómo", dijo también Robbins en una rueda de prensa frente a medios predominantemente chinos en la capital del país asiático.
Pese a las diferencias, destacó que no ha cambiado nada para la puesta en escena en Beijing, en cuyo Teatro Nacional (también conocido como "El Huevo" por su forma ovalada) dirigirá tres pases entre mañana, martes, y el próximo jueves.
La metrópolis será, de momento, el primer y único lugar de la China continental al que el ganador de un Óscar por "Mystic River" lleve la afamada obra de Shakespeare, que dirige desde hace tres años bajo la premisa de permitir cierta improvisación de sus actores y que acaba de pasar una temporada en escena en Los Ángeles.
Convencido de que cada audiencia tiene "una química distinta e igualmente legítima", el californiano se mostró optimista sobre su estreno en el gigante asiático, después de haber llevado a Hong Kong el "1984" de George Orwell en 2012 en el marco de una "tournée" que también incluyó España.
Aún divagando acerca de la distinta aceptación de públicos de tan variadas procedencias ante la misma obra, Robbins destacó, por ejemplo, que vio una respuesta muy diferente entre la audiencia española y la hongkonesa en el caso de la historia orwelliana.
"En España había un mayor entendimiento acerca del tema de la obra (novela política de ficción que recrea un estado de vigilancia extrema) que en Hong Kong, por lo que allí la reacción fue más fuerte", señala.
Acompañado por su equipo de actores, un Robbins en su faceta de director incide en que, a la hora de enfrentarse a una obra tras bastidores, uno de los factores más importantes es "tratar de fomentar la empatía hacia gente completamente distinta a ti".
"Consiste en ver a otro ser humano que puede que haya hecho algo malo y no juzgarlo", explica, y matiza que intenta aplicar el mismo pensamiento a la hora de actuar.
Esa forma de enfrentarse a los retos de su profesión deriva también de sus experiencias como adolescente en Nueva York, donde se crió "junto a gente bastante dura", dice, y añade que se considera "muy afortunado, ya que muchos de ellos han acabado en la cárcel".
"La única forma de combatir la violencia -continúa- es el amor. Esa es la lección que nos han enseñado los grandes líderes espirituales, desde Jesucristo a Nelson Mandela".
No obstante, la clave de "El sueño de una noche de verano", que se integra en una serie dedicada a William Shakespeare en el Teatro Nacional pequinés, es, aclara, el "humor y la diversión, y también su vivo espíritu y significado".
"El humor de Shakespeare es universal", dice Robbins al explicar por qué ha elegido esa obra, y, para justificar que no sea un texto de su creación el que se haya decidido a dirigir, señala con ironía: "Además, creo que es mucho mejor escritor que yo".
BEIJING, CHINA (09/JUN/2014).- El
"Cada audiencia ve y entiende la obra de una forma diferente, pero intentamos siempre averiguar de antemano cómo", dijo también Robbins en una rueda de prensa frente a medios predominantemente chinos en la capital del país asiático.
Pese a las diferencias, destacó que no ha cambiado nada para la puesta en escena en Beijing, en cuyo Teatro Nacional (también conocido como "El Huevo" por su forma ovalada) dirigirá tres pases entre mañana, martes, y el próximo jueves.
La metrópolis será, de momento, el primer y único lugar de la China continental al que el ganador de un Óscar por "Mystic River" lleve la afamada obra de Shakespeare, que dirige desde hace tres años bajo la premisa de permitir cierta improvisación de sus actores y que acaba de pasar una temporada en escena en Los Ángeles.
Convencido de que cada audiencia tiene "una química distinta e igualmente legítima", el californiano se mostró optimista sobre su estreno en el gigante asiático, después de haber llevado a Hong Kong el "1984" de George Orwell en 2012 en el marco de una "tournée" que también incluyó España.
Aún divagando acerca de la distinta aceptación de públicos de tan variadas procedencias ante la misma obra, Robbins destacó, por ejemplo, que vio una respuesta muy diferente entre la audiencia española y la hongkonesa en el caso de la historia orwelliana.
"En España había un mayor entendimiento acerca del tema de la obra (novela política de ficción que recrea un estado de vigilancia extrema) que en Hong Kong, por lo que allí la reacción fue más fuerte", señala.
Acompañado por su equipo de actores, un Robbins en su faceta de director incide en que, a la hora de enfrentarse a una obra tras bastidores, uno de los factores más importantes es "tratar de fomentar la empatía hacia gente completamente distinta a ti".
"Consiste en ver a otro ser humano que puede que haya hecho algo malo y no juzgarlo", explica, y matiza que intenta aplicar el mismo pensamiento a la hora de actuar.
Esa forma de enfrentarse a los retos de su profesión deriva también de sus experiencias como adolescente en Nueva York, donde se crió "junto a gente bastante dura", dice, y añade que se considera "muy afortunado, ya que muchos de ellos han acabado en la cárcel".
"La única forma de combatir la violencia -continúa- es el amor. Esa es la lección que nos han enseñado los grandes líderes espirituales, desde Jesucristo a Nelson Mandela".
No obstante, la clave de "El sueño de una noche de verano", que se integra en una serie dedicada a William Shakespeare en el Teatro Nacional pequinés, es, aclara, el "humor y la diversión, y también su vivo espíritu y significado".
"El humor de Shakespeare es universal", dice Robbins al explicar por qué ha elegido esa obra, y, para justificar que no sea un texto de su creación el que se haya decidido a dirigir, señala con ironía: "Además, creo que es mucho mejor escritor que yo".
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