Entretenimiento
Tianguis Cultural, un espacio en el que todos caben
Se llevo a cabo el festejo del 13 Aniversario del Tianguis Cultural
Enganchados de las rodillas y la espalda, tres jóvenes tatuados y uno con la piel intervenida con bisturí, alzan las manos en el escenario para indicar que es tiempo de elevar los cuerpos. A la par, otro camina debajo para alzarlos y el público mira de lado con espanto y encanto. "Aplaudan. Que viva el Tianguis Cultural que tiene tantos años resistiendo", grita el que cuelga de las rodillas, para después concluir todos brincando invadidos de energía.
"Éxtasis", "Es mucho mejor que el sexo", "Todo es preparación de la mente", "Lo único que se necesita son ganas", "Es grandioso, algo que en el interior solo sabe uno", "Es como un ritual", dicen los que han tenido esta experiencia, quienes se tienen que preparar durante días sin tomar alcohol, drogas ni alimentos.
Jorge Valdivia, de la organización Delirius Tremends (que coordina las suspensiones corporales), señala que éste es el primer año que participan en los festejos y reflexiona que "es muy importante" porque es un sitio donde se unen muchos grupos, pero "es una lástima" que ya no es tan cultural pues se venden hasta "chones", y para "chones", están los tianguis. "La idea original era que vinieran artesanos y artistas para que hagan sus propios objetos, pero eso no pasa".
Y por supuesto que se venden desde pulseritas "made in China" hasta cactus "viejitos" y plantas carnívoras que se elevan hasta 22 centímetros, pero aún se encuentran puestos que aún guardan la vocación original, como verdaderos artesanos o incluso colectivos anarquistas, como Sacco y Vanzetti.
Un integrante de este grupo cuenta que desde el 2004 pagan 10 pesos por un espacio en el Tianguis Cultural, con la idea de construir un centro social y vender material que ellos mismos autogestionan."Así creamos la Cooperativa Regeneración".
Agrega que lo importante del lugar es que no deje de ser un sitio donde confluyan las contraculturas, las identidades y las ideas. Sin embargo "es necesario rescatar el lado autónomo", para dejar de depender de la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara.
Uno de los libreros recuerda la creación del proyecto, durante la primera administración panista, en la que se planteó la urgencia de llevar la cultura a la calle. "Yo me identifiqué con este plan porque era un colectivo de gente vinculada a las expresiones culturales, pero con el tiempo se perdió lo colectivo y se cambió el perfil de lo que se vende; dejaron que se instalara cualquier cosa", señala.
La fiesta concluirá el próximo 29 de diciembre. Y como cada sábado, seguramente circularán ríos visuales de negro, botas mineras, colores por doquier, copetes -a veces más a veces menos altos-, moicanas, perforaciones, patinetas y mucha juventud, para encontrarse con sus grupos afines: skatos, punks, anarquistas, emos, rastafaris, darks, libres pensantes y algunos que no tienen ninguna ideología y que solo han rescatado la vestimenta de las contraculturas –no todos desafían a los grupos dominantes-, pues han depurado lo estético de lo ético.
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