Entretenimiento
The Killers comete ilícito en el Telmex
Con un saldo de más de 11 mil personas “masacradas”, el cuarteto de Las Vegas cumplió su sentencia en Guadalajara
GUADALAJARA, JALISCO.- La sentencia estaba dada y no habría aplazamiento de ejecución en Guadalajara. The Killers estaba en la ciudad y a poco más de 11 mil 500 personas les había llegado la fecha del juicio final. La banda arribó a un escenario sobre el que había montadas unas estructuras metálicas adornadas de palmeras, tal como si se trata de un casino en medio del desierto, con la K justo al pie del entarimado, custodiando los teclados de Brandon Flowers.
Los cazadores arrasaron sin piedad con una multitud completamente entregada. Que lo mismo coreaba las canciones de principio a fin, aplaudía sin que tuvieran que pedírselo, bailaban y celebraban como si se tratara de rendirle culto a la muerte, a la muerte de la que ellos mismos serían protagonistas.
Fue justo a las 23:15 horas que en el acta de defunción de miles de tapatíos quedaba escrito la hora de su ingreso al patíbulo. Temas como Human, This is your life, somebody told me, For reasons unknown, Bones, Joy ride, World we live in, All these things that i've done, Bling (Confession of a king), Shadowplay (cover de Joy Division), Smile like you mean it y Spaceman, fueron los primeros y certeros tiros atizados al público, para dar paso a un espacio y recargar los cartuchos de grueso calibre.
Recomenzaron la masacre a base de indie rock con A dustland fairytale, que el cuarteto de la Ciudad del Pecado ligó a Can’t help falling in love, cover de Elvis Presley, pero antes The Killers tuvo que repetir la misma dosis ya que uno de los músicos se equivocó y Flowers ordenó desacelerar el ritmo.
Para entonces, en la sala del Auditorio Telmex el exterminio estaba consumado y Brandon Flowers preguntaba amenazador “¿Su corazón sigue latiendo? Ustedes tienen que dejarme saberlo”, a lo que la multitud respondió con un ensordecedor grito de euforia.
Con las fulminantes Read my mind y Mr. Brightside, el final ya se percibía cerca, mientras una calavera acompañada de una bandera mexicana desde un costado del escenario custodiaba al cuarteto integrado por Flowers, Keuning, Stoermer y Vanucci Jr.
Llegó un respiro de apenas cinco minutos, para que “los matones” volvieran al lugar de los hechos y firmaran el acta de defunción del público tapatío con Sam’s town y Jenny was a friend of mine.
El dato
Como el boletaje se agotó desde la preventa y la búsqueda de entradas por parte del público tapatío era tan grande, los revendedores apostados afuera del coloso de Zapopan ofrecían boletos hasta en cuatro mil pesos, minutos antes de que diera inició el concierto de Brandon Flowers y compañía.
EL INFORMADOR/ OMAR CASTAÑEDA
Los cazadores arrasaron sin piedad con una multitud completamente entregada. Que lo mismo coreaba las canciones de principio a fin, aplaudía sin que tuvieran que pedírselo, bailaban y celebraban como si se tratara de rendirle culto a la muerte, a la muerte de la que ellos mismos serían protagonistas.
Fue justo a las 23:15 horas que en el acta de defunción de miles de tapatíos quedaba escrito la hora de su ingreso al patíbulo. Temas como Human, This is your life, somebody told me, For reasons unknown, Bones, Joy ride, World we live in, All these things that i've done, Bling (Confession of a king), Shadowplay (cover de Joy Division), Smile like you mean it y Spaceman, fueron los primeros y certeros tiros atizados al público, para dar paso a un espacio y recargar los cartuchos de grueso calibre.
Recomenzaron la masacre a base de indie rock con A dustland fairytale, que el cuarteto de la Ciudad del Pecado ligó a Can’t help falling in love, cover de Elvis Presley, pero antes The Killers tuvo que repetir la misma dosis ya que uno de los músicos se equivocó y Flowers ordenó desacelerar el ritmo.
Para entonces, en la sala del Auditorio Telmex el exterminio estaba consumado y Brandon Flowers preguntaba amenazador “¿Su corazón sigue latiendo? Ustedes tienen que dejarme saberlo”, a lo que la multitud respondió con un ensordecedor grito de euforia.
Con las fulminantes Read my mind y Mr. Brightside, el final ya se percibía cerca, mientras una calavera acompañada de una bandera mexicana desde un costado del escenario custodiaba al cuarteto integrado por Flowers, Keuning, Stoermer y Vanucci Jr.
Llegó un respiro de apenas cinco minutos, para que “los matones” volvieran al lugar de los hechos y firmaran el acta de defunción del público tapatío con Sam’s town y Jenny was a friend of mine.
El dato
Como el boletaje se agotó desde la preventa y la búsqueda de entradas por parte del público tapatío era tan grande, los revendedores apostados afuera del coloso de Zapopan ofrecían boletos hasta en cuatro mil pesos, minutos antes de que diera inició el concierto de Brandon Flowers y compañía.
EL INFORMADOR/ OMAR CASTAÑEDA
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