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The Dears ofrece un emotivo concierto

La banda presentó en Guadalajara Missiles, su cuarto álbum, que mantiene la melancolía y el romanticismo de sus primeros discos

ZAPOPAN, JALISCO.- El concierto de The Dears el viernes pasado en Teatro Estudio Cavaret estuvo cargado de emotividad en escena. Los canadienses se adueñaron del foro por casi dos horas con el pretexto de presentar Missiles, su más reciente trabajo de estudio, todo esto enmarcado por un escenario sobrio y un juego de luces que adornaban la tragedia y el romanticismo de las letras del vocalista y guitarrista Murray Lightburn.

La noche denominada Indie Lovers #1, dio inicio cuando 15 minutos después de las 22:00 horas los sonidos atmosféricos y oscuros emanados de un órgano, anunciaban la llegada del septeto quebequense, mientras la serpenteante voz de Murray se colaba a un ritmo pausado entre la gente que buscaba entre sí para saber de dónde provenía, porque se sentía cerca, y es que la figura negra del cantante de The Dears se abría paso entre el público, buscando llegar al escenario y colgarse la guitarra para dar paso a Money Babies.

El repertorio de la banda se concentró básicamente en Missiles, su cuarto álbum, del que no dejaron ni un tema fuera para su debut en Guadalajara, aunque por supuesto, también hicieron un breve repaso por sus tres anteriores discos End of a Hollywood bed time, No cities left y Gang of losers.

El momento más emotivo del recital llegó cuando Murray anunció que Chris McCarron, uno de los guitarristas del combo de indie pop noir romántico orquestal cumplía años y sus compañeros interpretaron una versión muy peculiar de Happy Birthday, para que luego el público entonara al unísono Las mañanitas que
sonrojaron a un Chris visiblemente emocionado.

En más de una ocasión, el carismático Murray Lightburn se dirigió a las poco más de 200 personas que había en el Cavaret para preguntarles si la estaban pasando bien, a lo que el público asentía con aplausos o un "sí" general. El vocalista de color mostró su agradecimiento y emoción por la oportunidad de estar frente al público tapatío, mientras agregaba lo extraño que le parecía estar un día antes en Montreal con nieve y al día siguiente en Guadalajara con un clima totalmente opuesto.

Tras más de una hora de canciones orquestadas lírica y musicalmente arrolladoras, el grupo dejó el escenario para preparar el cierre de una noche llena de canciones intimistas, tristes, pero siempre al final con un dejo de esperanza.

DISCOGRAFÍA:

End of a Hollywood bed time (2000)
No cities left (2003)
Gang of losers (2006)
Missiles ( 2008)

Canciones imprescindibles:
Dream job, Disclaimer, Lights off, Saviour y Demons.

EL INFORMADOR / OMAR CASTAÑEDA

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