Entretenimiento
Terry Gilliam cautiva en Morelia
El director anglosajón causa revuelo durante su estancia en el Festival, por su frescura y picardía
MORELIA, MICHOACÁN (18/OCT/2010).- Terry Gilliam es un showman en toda la extensión de la palabra. El mejor ejemplo lo dio ayer, durante la conferencia de prensa que ofreció a los medios de comunicación en el Festival Internacional de Cine de Morelia, a la que llegó... bailando.
Sí, el director, celebrado por sus éxitos como 12 monos, Brazil y El imaginario mundo del doctor Parnassus es el único que se ha dado el lujo de llegar a una rueda de prensa mostrando sus mejores pasos de baile, aplaudir divertido sus propios chistes o reconocer el buen gusto que tiene el festival “por haberme invitado”.
Pero su sonrisa y locuras son la capa fina que cubre la carrera de un hombre que conoce de frente el fracaso, el bloqueo por parte de los estudios y el no poder llevar adelante lo que considera que es su obra maldita: La adaptación al cine de Don Quijote de la Mancha.
Gilliam habló literalmente de todo durante su encuentro con los medios. Desde las maravillas arquitectónicas que ha encontrado en México hasta la falta de nuevas ideas que asfixia a Hollywood. Y es que es un hombre con mucho que contar dentro y fuera de la pantalla.
Cazador de talentos
Bajo el mando de Terry Gilliam han trabajado actores tan diversos como Robin Williams (a quien define como un gran amigo), Bruce Willis y Brad Pitt. A estos dos los dirigió en 12 monos “donde los saqué de su elemento tradicional. A Bruce lo conocían por Arma mortal, donde era un policía duro y heroico, pero en mi película decidí ponerlo como un loco titubeante. A Brad todos lo tenían como un niño bonito, e hice que interpretara a un tipo demente y sobre todo feo”.
Otro actor que recuerda bien es a Heath Ledger, a quien dirigió en la última película que hizo el australiano, El imaginario mundo del doctor Parnassus. “Lo que se pierde con Heath Ledger no es solamente un gran actor, es un gran ser humano, que era capaz de llenar las necesidades de cualquier director, inyectar de vida a cualquier papel. Creo que más que como director, lo lamento como ser humano”.
Contra viento y marea
El director estadounidense, naturalizado británico, considera que México es “un país hermoso con grandes condiciones para impulsar el cine, además de que es más barato filmar aquí que en Europa (risas)”.
El comentario del director se refiere al rodaje de Don Quijote, película que no ha podido concretar en varios ocasiones durante casi 14 años debido a todo tipo de problemas, desde financieros, de distribución, de locación e incluso por las lesiones de sus actores. “El año pasado no vine a Morelia, aunque me invitaron, porque creí que le estaría dando los toques finales a la película. Eso no pasó (silencio) ¡pero prometo que en 2011 la lanzaré al fin!”.
Obsesionado con un cine poco convencional y, como él mismo dice, catastrófico financieramente hablando, Gilliam prefiere contar historias que “le interesen, sean distintas, apasionantes y propositivas, a hacer copias de lo que ya hizo Spielberg. El mundo no necesita otro Michael Bay (risas)”.
''Evito ver mis películas, las veo tantas veces durante su creación que al terminarlas pienso que deben hacer su vida lejos de mí, ¡que se vayan!'', Terry Gilliam, director.
Sí, el director, celebrado por sus éxitos como 12 monos, Brazil y El imaginario mundo del doctor Parnassus es el único que se ha dado el lujo de llegar a una rueda de prensa mostrando sus mejores pasos de baile, aplaudir divertido sus propios chistes o reconocer el buen gusto que tiene el festival “por haberme invitado”.
Pero su sonrisa y locuras son la capa fina que cubre la carrera de un hombre que conoce de frente el fracaso, el bloqueo por parte de los estudios y el no poder llevar adelante lo que considera que es su obra maldita: La adaptación al cine de Don Quijote de la Mancha.
Gilliam habló literalmente de todo durante su encuentro con los medios. Desde las maravillas arquitectónicas que ha encontrado en México hasta la falta de nuevas ideas que asfixia a Hollywood. Y es que es un hombre con mucho que contar dentro y fuera de la pantalla.
Cazador de talentos
Bajo el mando de Terry Gilliam han trabajado actores tan diversos como Robin Williams (a quien define como un gran amigo), Bruce Willis y Brad Pitt. A estos dos los dirigió en 12 monos “donde los saqué de su elemento tradicional. A Bruce lo conocían por Arma mortal, donde era un policía duro y heroico, pero en mi película decidí ponerlo como un loco titubeante. A Brad todos lo tenían como un niño bonito, e hice que interpretara a un tipo demente y sobre todo feo”.
Otro actor que recuerda bien es a Heath Ledger, a quien dirigió en la última película que hizo el australiano, El imaginario mundo del doctor Parnassus. “Lo que se pierde con Heath Ledger no es solamente un gran actor, es un gran ser humano, que era capaz de llenar las necesidades de cualquier director, inyectar de vida a cualquier papel. Creo que más que como director, lo lamento como ser humano”.
Contra viento y marea
El director estadounidense, naturalizado británico, considera que México es “un país hermoso con grandes condiciones para impulsar el cine, además de que es más barato filmar aquí que en Europa (risas)”.
El comentario del director se refiere al rodaje de Don Quijote, película que no ha podido concretar en varios ocasiones durante casi 14 años debido a todo tipo de problemas, desde financieros, de distribución, de locación e incluso por las lesiones de sus actores. “El año pasado no vine a Morelia, aunque me invitaron, porque creí que le estaría dando los toques finales a la película. Eso no pasó (silencio) ¡pero prometo que en 2011 la lanzaré al fin!”.
Obsesionado con un cine poco convencional y, como él mismo dice, catastrófico financieramente hablando, Gilliam prefiere contar historias que “le interesen, sean distintas, apasionantes y propositivas, a hacer copias de lo que ya hizo Spielberg. El mundo no necesita otro Michael Bay (risas)”.
''Evito ver mis películas, las veo tantas veces durante su creación que al terminarlas pienso que deben hacer su vida lejos de mí, ¡que se vayan!'', Terry Gilliam, director.
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