Entretenimiento
Sylvia Pasquel, por 'la calle de la amargura'
Después de una década regresa a los sets cinematográficos con una cinta de Arturo Ripstein
GUADALAJARA, JALISCO (24/MAR/2015).- Luego de más de una década de no hacer películas, la actriz Sylvia Pasquel se embarca en un nuevo proyecto cinematográfico del realizador Arturo Ripstein llamado “La calle de la amargura”, que en este momento se encuentra en su etapa de postproducción y se espera que tenga su estreno a finales del 2015. Sylvia, quien recién cumplió 46 años de carrera artística se siente entusiasmada de volver a los sets con una historia inspirada en la vida real.
“La calle de la amargura”, cuyo guión es de Paz Alicia Garciadiego, esposa de Ripstein, se basa en el asesinato de los luchadores de baja estatura, La Parkita y Espectrito Jr., quienes fueron hallados sin vida en un hotel de la delegación Cuauhtémoc en la Ciudad de México y donde se presume que quienes cometieron el homicidio fueron dos prostitutas que ellos contrataron, las pruebas destacaron que ambos fueron envenenados.
Pasquel es la mamá de estos luchadores en la ficción que presenta Ripstein y para ella fue un reto meterse en la piel de una mujer que pierde a sus hijos de una manera muy escabrosa: “El personaje es muy dramático, yo soy la mamá de los dos muchachos, un personaje muy fuerte, pero tan tierno, tan conmovedor, tan dulce, tan desesperante por lo que atraviesa y lo que vive después de que le matan a sus hijos”.
Sylvia no tuvo acercamiento con la familia de estos hombres, pero se informó al respecto sobre las noticias que acontecieron. “Teníamos a un luchador y a un actor que hacían el papel de mis hijos, ellos los conocían (a los luchadores) platicábamos mucho de lo que había pasado y me informé en internet del caso, conocí a la mamá en fotografías, aquí no hay fisonomía, cualquier madre que pierde a un hijo es algo muy doloroso”. En la cinta también participan Patricia Reyes Spíndola como una prostituta y Arcelia Ramírez como esposa de uno de estos luchadores.
Una nueva experiencia
La actriz reconoce que estar de nuevo en el mundo cinematográfico fue una experiencia muy diferente, porque no estaba acostumbrada a los nuevos formatos donde para alcanzar la perfección todo se vuelve más lento.
“Tenía un buen rato sin hacer cine; ahora es muy diferente al que yo hacía de 35 milímetros, ya con toda esta modernidad de las cámaras, planos secuencias muy largos de una sola toma, es muy pesado porque cualquier error se tiene que repetir todo desde un principio, a veces te avientas 20 o 25 tomas… Sí es un poco desgastante, tienes que aprender a controlar tu emoción para que siempre esté ahí y no se vaya desgastando con las tomas, pero uno tiene que aprender de todo y entrarle a todo”.
Arturo Ripstein tiene fama de ser un director con muy mal humor, pero Sylvia reconoce que siempre y cuando seas una persona disciplinada no tienes porqué levantar quejas. “Todo mundo me pregunta que si no tuve problemas con Arturo porque tiene mal carácter, pero yo lo que digo es que cuando un actor es puntual, sabe sus diálogos y acepta lo que su director le dice y lo acata, no tienes por qué tener problemas. De hecho, él me oyó decirlo y me dijo: ‘tienes toda la razón’”.
Viene nueva telenovela
Sylvia ha visto evolucionar la televisión, el teatro y el cine; ella se mueve como pez en el agua en las tres áreas y no deja de ver los alcances de cada género: “Tengo 46 años de trayectoria, todo se me ha ido volando, ni cuenta me he dado, cuando uno hace las cosas con amor y pasión el trabajo es un deleite. A mí me encanta salir a trabajar para el público, me fascina, lo gozo, me divierto, no me canso… Bueno sí, pero al final salgo al escenario y se me olvida, me encanta ver una sala llena y ver al público aplaudiéndome y eso no se paga con nada”.
Aunque el teatro es su más grande pasión, también sabe que el cine y la televisión hacen que el público no se olvide de su imagen. “A mi definitivamente me encanta el teatro, porque es un contacto directo y cercano, efímero, nunca nada es igual, una telenovela queda para la posteridad y el cine es la internacionalización de cualquier persona”.
Ahora mismo está a la espera de comenzar las filmaciones de la nueva telenovela de Rosy Ocampo, la cual tiene dos títulos tentativos: “Más canija que ninguna” o “Antes muerta que Lichita”, el protagonista masculino es Eduardo Santamarina. “Sé que soy mamá de dos chamacas que son las protagonistas, yo soy la jefa del departamento de quesos y salchichonería”. La telenovela es de comedia, del mismo corte de “Qué pobres tan ricos”.
“La calle de la amargura”, cuyo guión es de Paz Alicia Garciadiego, esposa de Ripstein, se basa en el asesinato de los luchadores de baja estatura, La Parkita y Espectrito Jr., quienes fueron hallados sin vida en un hotel de la delegación Cuauhtémoc en la Ciudad de México y donde se presume que quienes cometieron el homicidio fueron dos prostitutas que ellos contrataron, las pruebas destacaron que ambos fueron envenenados.
Pasquel es la mamá de estos luchadores en la ficción que presenta Ripstein y para ella fue un reto meterse en la piel de una mujer que pierde a sus hijos de una manera muy escabrosa: “El personaje es muy dramático, yo soy la mamá de los dos muchachos, un personaje muy fuerte, pero tan tierno, tan conmovedor, tan dulce, tan desesperante por lo que atraviesa y lo que vive después de que le matan a sus hijos”.
Sylvia no tuvo acercamiento con la familia de estos hombres, pero se informó al respecto sobre las noticias que acontecieron. “Teníamos a un luchador y a un actor que hacían el papel de mis hijos, ellos los conocían (a los luchadores) platicábamos mucho de lo que había pasado y me informé en internet del caso, conocí a la mamá en fotografías, aquí no hay fisonomía, cualquier madre que pierde a un hijo es algo muy doloroso”. En la cinta también participan Patricia Reyes Spíndola como una prostituta y Arcelia Ramírez como esposa de uno de estos luchadores.
Una nueva experiencia
La actriz reconoce que estar de nuevo en el mundo cinematográfico fue una experiencia muy diferente, porque no estaba acostumbrada a los nuevos formatos donde para alcanzar la perfección todo se vuelve más lento.
“Tenía un buen rato sin hacer cine; ahora es muy diferente al que yo hacía de 35 milímetros, ya con toda esta modernidad de las cámaras, planos secuencias muy largos de una sola toma, es muy pesado porque cualquier error se tiene que repetir todo desde un principio, a veces te avientas 20 o 25 tomas… Sí es un poco desgastante, tienes que aprender a controlar tu emoción para que siempre esté ahí y no se vaya desgastando con las tomas, pero uno tiene que aprender de todo y entrarle a todo”.
Arturo Ripstein tiene fama de ser un director con muy mal humor, pero Sylvia reconoce que siempre y cuando seas una persona disciplinada no tienes porqué levantar quejas. “Todo mundo me pregunta que si no tuve problemas con Arturo porque tiene mal carácter, pero yo lo que digo es que cuando un actor es puntual, sabe sus diálogos y acepta lo que su director le dice y lo acata, no tienes por qué tener problemas. De hecho, él me oyó decirlo y me dijo: ‘tienes toda la razón’”.
Viene nueva telenovela
Sylvia ha visto evolucionar la televisión, el teatro y el cine; ella se mueve como pez en el agua en las tres áreas y no deja de ver los alcances de cada género: “Tengo 46 años de trayectoria, todo se me ha ido volando, ni cuenta me he dado, cuando uno hace las cosas con amor y pasión el trabajo es un deleite. A mí me encanta salir a trabajar para el público, me fascina, lo gozo, me divierto, no me canso… Bueno sí, pero al final salgo al escenario y se me olvida, me encanta ver una sala llena y ver al público aplaudiéndome y eso no se paga con nada”.
Aunque el teatro es su más grande pasión, también sabe que el cine y la televisión hacen que el público no se olvide de su imagen. “A mi definitivamente me encanta el teatro, porque es un contacto directo y cercano, efímero, nunca nada es igual, una telenovela queda para la posteridad y el cine es la internacionalización de cualquier persona”.
Ahora mismo está a la espera de comenzar las filmaciones de la nueva telenovela de Rosy Ocampo, la cual tiene dos títulos tentativos: “Más canija que ninguna” o “Antes muerta que Lichita”, el protagonista masculino es Eduardo Santamarina. “Sé que soy mamá de dos chamacas que son las protagonistas, yo soy la jefa del departamento de quesos y salchichonería”. La telenovela es de comedia, del mismo corte de “Qué pobres tan ricos”.
Síguenos en