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Susan Boyle, la cenicienta “reality”
Del desempleo a posar como estrella en la revista Harper’s Bazar, la vida de esta cantante podría inspirar una película de Hollywood
La historia de esta mujer inglesa es digna de una película de Hollywood. Su vida transcurrió, durante 47 años, sin mayores sobresaltos, en el seno de una familia que apenas alcanzaba la clasificación de humilde en la sociedad británica. Quienes la conocían sabían que su voz era su mayor cualidad, pero nada que no se pudiera escuchar en otras personas. Pero las apariencias acabarían por engañar.
Susan decidió entrar al reality show Britain’s Got Talent, un programa donde cantantes, magos, equilibristas y cualquiera con una habilidad espectacular podía ganar el concurso. En ese mar de gente curiosa y exótica, Susan brillaba intensamente por su normalidad. Su cabello entrecano, falda gastada y chaleco anticuado la hacían la primera en perderse en las multitudes y nadie parecía muy interesado en su cualidad principal: Su voz.
Pero entonces sucedió, Susan Boyle se paró en el escenario ante cientos de personas y los jueces del concurso, tomó el micrófono como lo había hecho otras tantas veces y abrió la boca. El milagro ocurrió.
Nace una estrella
El rostro de los jueces del concurso y el público presente en el estudio de Britain’s Got Talent eran poemas ante la sorpresa. La mujer que tenían enfrente, esa de la que se burlaban por su campirano aspecto y rudos modales, estaba interpretando de manera angelical I dreamed a dream, tema que viene dentro dela obra de Los Miserables.
La grabación de su presentación terminó provocando un terremoto en internet, pues el video de su actuación, subido a la página de YouTube, ha sido visto más de 100 millones de veces.
Repentinamente la hasta entonces anónima Susan se convertía en una sensación mediática. Revistas, programas y hasta su biografía en la enciclopedia de internet Wikipedia aparecieron súbitamente, convirtiéndola, sin querer, en la máxima figura musical de Inglaterra. Pero eso tuvo sus consecuencias.
La tranquila mujer sufrió una presión brutal por parte de los agresivos medios amarillistas británicos, quienes literalmente sitiaron su casa para buscar cualquier error en su rutina diaria y explotarlo. La constante persecución y acoso de las cámaras, la llevaron a ser internada a una clínica por el estrés. Para colmo, y aunque llegó a la final del concurso de Britain’s Got Talent, no lo ganó, lo que parecía ser el principio de su propio fin.
Busca su propio espacio
Obtener el segundo lugar en un reality no hizo menos a Boyle, y al contrario, aprovechó el impulso que le había brindado para comenzar a ofrecer conciertos de manera profesional. Su candidez y buen humor siguen cautivando a miles de personas, quienes ven en Susan a la estrella en su estado más puro, sin haber sido “procesada” o “preparada” por alguna disquera.
Queda en el tintero saber si será capaz de dejar una huella más duradera en el mundo sonoro. Por lo pronto, la mujer de aspecto común, esa que pasaba desapercibida todos los días, acaba de posar para la revista de modas Harper’s Bazaar con un aspecto lleno de glamour y ya cierra las fechas para una gira que tocará Inglaterra y los Estados Unidos.
EL INFORMADOR / Francisco González
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