Entretenimiento
Soy un tipo normal: Espinoza Paz
La fama lo acompaña; aunque extraña las virtudes del anonimato goza cada oportunidad en el escenario
GUADALAJARA, JALISCO (16/MAY/2012).- Espinoza Paz es el personaje del momento, al menos dentro de la música popular mexicana. Llena todos los foros donde se presenta. Tiene presencia constante en la televisión. Es un compositor por cuyos temas se pelean sus colegas de género (y hasta los artistas pop). Acapara las portadas de revistas de chismes. Sus temas suenan a todas horas, e incluso en estaciones que no son de música banda o regional. Cada paso de su vida es examinado con lupa, pero el único que no está del todo convencido de que su estrella esté en el punto más alto es el propio Espinoza Paz.
“Estoy nervioso, me siento como si fuera mi primera vez ante los medios, no me acostumbro a ver a tanta gente reunida”, dice con una sonrisa un tanto forzada apenas llega a un encuentro con los medios, rodeado de cámaras de video y fotográficas. La intención del también compositor en esta charla fue hablar de la presentación que tendrá este 19 de mayo en la Plaza de Toros Nuevo Progreso, en punto de las 21:00 horas.
“Quiero que sea sábado para venir a cantarles”, admite Paz, mientras comienza a detallar en qué consistirá el concierto: “Siempre que hago lugares especiales meto banda, norteño y a lo mejor hasta mariachi, de todo un poco, porque para mí Guadalajara es muy importante. Es un público difícil, que cuando te atrapa ya no te suelta. Quiero sorprenderlos, volverlos locos con mi música”.
Espinoza presume el concierto casi como un niño que muestra su juguete nuevo: “Dicen que nunca se había montado un escenario como el que traemos a la Nuevo Progreso”, exclama, pero luego acota que “no podría describirlo bien, sólo que es grande, y con muchas luces (risas)”.
Promete que serán tres horas de música “regularmente mi show dura dos, pero por ser Guadalajara lo extenderé”.
El hombre detrás del cantante
Hay cosas del intérprete que son de dominio público y otras que permanecen en secreto. Primero, no se llama Espinoza Paz. Su nombre real es Isidro Chávez, y tomó su nombre artístico en honor a su madre, María de la Paz Espinoza. Durante ocho años se dedicó a tocar puertas, con sus temas bajo el brazo, esperando a que algún cantante de renombre aceptara grabar sus canciones. Al principio fueron más fracasos que éxitos, hasta que su habilidad con las palabras y una sensibilidad muy particular comenzaron a conectarlo con el público.
La fama no es algo que disfrute. Le molesta que inventen cosas que no dijo o le atribuyan la fortuna monetaria que, afirma, no tiene. “De mi persona se dicen y se publican muchas cosas. No me molesta que digan la verdad, sino que mientan. Soy un tipo normal, tanto que mucha gente no lo creería”.
Sobre las excentricidades que le adjudican, el cantante se carcajea. Dice que sus únicos vicios son comer y comprar ropa (“aunque no parezca”, afirma riendo al señalar sus pantalones gastados).
Confiesa que las mejores canciones de su vida las ha compuesto manejando. “No vayan a creer que ando con una mano en la guitarra y otra en el volante”, apunta divertido, y agrega que las mujeres son su principal fuente de inspiración, aunque escribir un corrido le es casi imposible.
El famoso que no quiere serlo afirma que sus canciones salen cuando toma el micrófono y sube al entarimado. “Mis ensayos son sobre el escenario. Siempre he pensado que todos los públicos son diferentes, he estado en palenques donde canto una canción que pega mucho y en otros es diferente. Cada show es especial y puedo garantizar que el de Guadalajara lo será”. La promesa, advierte, la cumplirá este sábado.
En detalles
Trabaja por el cariño del público
Él no se puso el título de “Cantautor de pueblo”, sino “un señor de la disquera que lanzó mi primer material. Pero me gustó, porque finalmente yo sí vengo del pueblo”.
Afirma que nunca ha sido amenazado por el crimen para no presentarse, pero confiesa que gente cercana a él si ha recibido este tipo de llamadas. “De repente nos dicen que no toquen en fulana parte, y no vamos. Pero no nada más me lo dicen a mí, sino a muchos artistas. Nunca me han molestado, si no quieren que vayamos, ¿para qué arriesgarse, para qué hacerla de valientes?”.
El cantante explica que su sueño sigue siendo trabajar con Vicente y Alejandro Fernández.
Tiene en mente lanzar un disco con mariachi, que define como un proyecto “grandísimo. No lo canto bien, pero tengo canciones escritas para ese género, vestidas para esa música tan bonita y tan digna”.
Sobre el adiós de Vicente Fernández, señaló que “su lugar nadie lo va a ocupar, no hay nadie con esa voz. No se me olvida que él ha sido parte de mi inspiración”.
“Estoy nervioso, me siento como si fuera mi primera vez ante los medios, no me acostumbro a ver a tanta gente reunida”, dice con una sonrisa un tanto forzada apenas llega a un encuentro con los medios, rodeado de cámaras de video y fotográficas. La intención del también compositor en esta charla fue hablar de la presentación que tendrá este 19 de mayo en la Plaza de Toros Nuevo Progreso, en punto de las 21:00 horas.
“Quiero que sea sábado para venir a cantarles”, admite Paz, mientras comienza a detallar en qué consistirá el concierto: “Siempre que hago lugares especiales meto banda, norteño y a lo mejor hasta mariachi, de todo un poco, porque para mí Guadalajara es muy importante. Es un público difícil, que cuando te atrapa ya no te suelta. Quiero sorprenderlos, volverlos locos con mi música”.
Espinoza presume el concierto casi como un niño que muestra su juguete nuevo: “Dicen que nunca se había montado un escenario como el que traemos a la Nuevo Progreso”, exclama, pero luego acota que “no podría describirlo bien, sólo que es grande, y con muchas luces (risas)”.
Promete que serán tres horas de música “regularmente mi show dura dos, pero por ser Guadalajara lo extenderé”.
El hombre detrás del cantante
Hay cosas del intérprete que son de dominio público y otras que permanecen en secreto. Primero, no se llama Espinoza Paz. Su nombre real es Isidro Chávez, y tomó su nombre artístico en honor a su madre, María de la Paz Espinoza. Durante ocho años se dedicó a tocar puertas, con sus temas bajo el brazo, esperando a que algún cantante de renombre aceptara grabar sus canciones. Al principio fueron más fracasos que éxitos, hasta que su habilidad con las palabras y una sensibilidad muy particular comenzaron a conectarlo con el público.
La fama no es algo que disfrute. Le molesta que inventen cosas que no dijo o le atribuyan la fortuna monetaria que, afirma, no tiene. “De mi persona se dicen y se publican muchas cosas. No me molesta que digan la verdad, sino que mientan. Soy un tipo normal, tanto que mucha gente no lo creería”.
Sobre las excentricidades que le adjudican, el cantante se carcajea. Dice que sus únicos vicios son comer y comprar ropa (“aunque no parezca”, afirma riendo al señalar sus pantalones gastados).
Confiesa que las mejores canciones de su vida las ha compuesto manejando. “No vayan a creer que ando con una mano en la guitarra y otra en el volante”, apunta divertido, y agrega que las mujeres son su principal fuente de inspiración, aunque escribir un corrido le es casi imposible.
El famoso que no quiere serlo afirma que sus canciones salen cuando toma el micrófono y sube al entarimado. “Mis ensayos son sobre el escenario. Siempre he pensado que todos los públicos son diferentes, he estado en palenques donde canto una canción que pega mucho y en otros es diferente. Cada show es especial y puedo garantizar que el de Guadalajara lo será”. La promesa, advierte, la cumplirá este sábado.
En detalles
Trabaja por el cariño del público
Él no se puso el título de “Cantautor de pueblo”, sino “un señor de la disquera que lanzó mi primer material. Pero me gustó, porque finalmente yo sí vengo del pueblo”.
Afirma que nunca ha sido amenazado por el crimen para no presentarse, pero confiesa que gente cercana a él si ha recibido este tipo de llamadas. “De repente nos dicen que no toquen en fulana parte, y no vamos. Pero no nada más me lo dicen a mí, sino a muchos artistas. Nunca me han molestado, si no quieren que vayamos, ¿para qué arriesgarse, para qué hacerla de valientes?”.
El cantante explica que su sueño sigue siendo trabajar con Vicente y Alejandro Fernández.
Tiene en mente lanzar un disco con mariachi, que define como un proyecto “grandísimo. No lo canto bien, pero tengo canciones escritas para ese género, vestidas para esa música tan bonita y tan digna”.
Sobre el adiós de Vicente Fernández, señaló que “su lugar nadie lo va a ocupar, no hay nadie con esa voz. No se me olvida que él ha sido parte de mi inspiración”.
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