Entretenimiento

‘‘Sólo jazz’’ baña a una multitud en el Teatro Diana

Majestic Five debutó en tierras tapatías con un repertorio en el que se permitieron algunos standars

GUADALAJARA, JALISCO (30/JUN/2010).- Una tormenta de improvisación y free style jazz “mojó” a los cerca de dos mil asistentes que se dieron cita anoche en el Teatro Diana para presenciar la premier mundial del quinteto Majestic Five, integrado por un dream team de la síncopa estadounidense.

La mayoría de los asistentes al concierto presagiaban una noche que ofrecería dificultades para acercarse a las inmediaciones de las avenidas 16 de Septiembre y Niños Héroes, por lo que tomaron sus providencias y lograron llegar secos, antes de que la lluvia fuera incesante.

El concierto se demoró 10 minutos, dando inicio a las 20:40 horas, quizás los músicos sin saber lo que sucedía afuera del recinto.

Desde niños hasta personas de la tercera edad disfrutaron del festejo del 20o. aniversario del programa radiofónico Sólo jazz, que se transmite por la señal de Radio Universidad de Guadalara y está a cargo de la cantautora Sara Valenzuela.

Además, el trombonista Fred Wesley, la baterista Cindy Blackman, Dj Logic, el organista Ben Stivers y el saxofonista Jay Rodríguez, nutrieron los sonidos del jazz, con los potentes y oníricos pasajes de las tornamesas de Logic, más la cadencia del soul  y blues, aderezado con toques de funk.

Sobre las tablas, los músicos disfrutaban al igual que la gente acomodada en las butacas del teatro, platicaban entre Fred Wesley y Ben Stivers, y otras veces simplemente se volteaban a ver y con un gesto adivinaban qué seguía, si un potente tamborazo, un Re menor o si el órgano tendría que alentar a los demás a subir el tono de la fiesta.

Gustavo Abarca, un señor de 78 años que ocupó un lugar apenas a tres filas de distancia del escenario, comentó entusiasmado a su nieto que “hace más de 30 años que no asistía a un concierto con tanta expectativa y que los músicos arriba no lo pasaban tan bien como ahora. Hace poco más de 20 años me tocó ver a Herbie Hancock en el Madison Square, en Nueva York, justo ahora me viene a la memoria aquel concierto en una de sus mejores épocas”, dijo mientras bailaba y aplaudía cada movimiento de los músicos estadounidense.

Mientras la ciudad estaba convertida en un caos por la lluvia desatada, adentro del Diana se respiraba una armonía asincopada, que tras cada acorde ejecutado auguraba una noche redonda.

Posterior a todo ello, un brindis en el lobby del Teatro Diana, para festejar el comienzo de por qué no otro par de décadas de exploración y descubrimiento al género musical más negro.

¡Salud!
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