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'Si hay gente que vaya al teatro, tendremos mejores gobernantes': Bruno Bichir

El actor defiende la universalidad del arte escénico y su poder para mejorar el mundo

GUADALAJARA, JALISCO (17/ABR/2015).- Aunque se ha dicho millones de veces que el teatro es un reflejo de la realidad —y lo es—, aún se trata de una disciplina artística que no deja demasiado dinero; la inversión para realizarlo con calidad debe ser grande y a veces las ganancias apenas sirven para cubrir los gastos iniciales de producción.

“Quisiéramos que fuera masivo (el teatro), pero no asisten 50 mil personas a una obra de teatro, llegan 300, 500, mil si te va bien; es un éxito relativo, el teatro tiene ciertas características”, señala Bruno Bichir.

Sin embargo, la dinastía Bichir está contenta con lo que ha sucedido con la puesta en escena “El último preso”, donde se aborda en comedia un tema que aqueja prácticamente a cualquier sociedad: la existencia de un sistema político opresor.

La obra, de la autoría de Sławomir Mrözek (1930-2013), se ha presentado ya en la Ciudad de México y anoche se realizaron las primeras dos funciones, de las cuatro programadas, en el Teatro Diana, y con las cuales comienza la “gira internacional” del montaje con el que además se rinde un tributo a Alejandro Bichir.

“La universalidad del teatro es tan hermosa”, dice Bruno Bichir, “desde los griegos, pasando por Shakespeare evidentemente, que no importa si hablas metafórica, simbólica o cifradamente, el teatro cumple su función ulterior y hace que empates, primero a través de la sensorialidad y luego las ideas se van anidando; cuando terminas de carcajearte y estás comiendo unos tacos en tu casa, probablemente entren otro tipo de cuestiones en tu corteza cerebral y empiezas a hacer sinapsis”.

Y si bien el teatro no es una vara mágica para acabar con los problemas que aquejan a un país, cualquiera que sea, sí es —probablemente— en este “efecto mariposa”, la solución o la mejora de lo que nos rodea o aqueja.

“Si hay gente que vaya al teatro, tendremos mejores gobernantes, mejores científicos, mejores obreros”, puntualizó el actor.

“Un canto de libertad” sobre el escenario

“El último preso” es para la dinastía Bichir “un canto de libertad”, una oportunidad de encuentro —como familia, como individuos, como mexicanos— sobre el escenario; así como la posibilidad para Alejandro Bichir de volver a un texto magnífico que hace tres décadas fue un éxito total.

También —no lo niega—, le significa la oportunidad de alejarse un poco de la televisión, pasar de lado el “alterón” de libretos para concentrarse en aquello que le ha apasionado desde siempre: el teatro. Por eso, sus hijos Demián, Bruno y Odiseo, no dudaron en plantearle la posibilidad de retomar su trabajo como director de escena.

“Yo quiero hacer —les dijo— por lo pronto, porque hace mucho que no hago teatro, dos obras que tuvieron mucho éxito en su momento: ‘Dreyfus’ y ‘El último preso’”. Y se hizo.

“El último preso o La policía”, un texto de 1958, sigue siendo vigente: “Estamos pasando por una situación realmente difícil. La obra sigue vigente. En los ochenta —cuando se montó la obra por primera vez— había una situación... la obra habla del niño rey y su tío el regente; no me dejaron hacerla en un principio... pero los problemas que había en aquella época ahora se agudizaron, ahora resulta más interesante para el público, porque está viendo una obra que sucede en un país lejano, pero que nos representa absolutamente”, advirtió el director, quien también es el preso de esta historia.

SABER MÁS

Funciones y elenco


> “El último preso o La policía”, una obra escrita en tono de comedia y traducida al español —sin que se haya “mexicanizado”—, repite funciones hoy a las 19:00 y 21:30 horas, en el Teatro Diana.

> Además de Alejandro, Bruno y Odiseo Bichir, el elenco se completa con Reynaldo Rossano, Hassiff Fadul y Sandra Covián Bichir.

> En la función que se realizará en mayo en Los Ángeles, Demián subirá al escenario en lugar de su padre.
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