Entretenimiento
Ser actor sirve para dar luz: Mario Zaragoza
El intérprete señala que en el arte se encuentra la clave de la transformación
Participa en la serie "Cloroformo" de Gustavo Loza, así como en "La vida precoz" y breve de Sabina Rivas, dirigida por Luis Mandoky, y está por estrenar "Get the Gringo", de Adrián Grinber.
Para Zaragoza es importante llegar a la ficción para contar cosas que nos incomodan o que nos interesan.
Fue ganador del Ariel en el año 2002 por su trabajo en De la calle, y nominado por la misma razón a la Diosa de Plata. Lo recordamos por su trabajo en Nada personal, Las Juanas, Amor en custodia o Eternamente tuya para la televisión o por El callejón de los milagros, Todo el poder, Piedras verdes, Las vueltas del citrillo de Cazals, Un mundo maravilloso y Desierto adentro.
Para Zaragoza, el actor es un reflejo. Y es su poder en el imaginario colectivo lo que lo hace imprescindible.
— Cine, ¿para qué?
— Porque es arte y el arte transforma, crea, inventa, te dice la verdad mintiendo y hace valorar lo bello, lo horrible, lo hermoso, lo sublime, lo indignante como lo que es: un valor. El cine porque me trata muy bien. El cine porque me fascina hacerlo. El cine porque es inmenso. Porque es babilonio. Porque se llaga a la intimidad, porque ahí se puede besar a la novia.
— No te parece que el arte, en este momento donde lo pragmático es emergente, está un poco fuera de tono...
— El arte es, para tener éxito, pragmático, siempre lo ha sido, y es su virtud, mostrar novedades o variantes y que sean reconocibles para el espectador.
— ¿Quiénes son los grandes actores de este país?
— Históricamente nuestro país tiene actores de talla internacional. Tin Tan, Cantinflas, Pedro Infante, los hermanos Soler, Katy Jurado, Anthony Quinn, Pedro Armendáriz sin duda, Adriana Barraza, Demian Bichir, Damián Alcázar, Diego Luna, Gael García, Salma Hayek, Kuno Becker.
Los que van hacia allá son Memo Iván, Tenoch Huerta, Kristyan Ferrer, Gerardo Taracena, Martha Higareda, Marco Pérez y Gustavo Sánchez Parra. Gran lista incompleta, pero para mí el mejor será el que logre penetrar profundamente en el inconsciente colectivo y ése es el objetivo final en mi trabajo.
— ¿Y nuestras mejores películas?
— Días de gracia, Amores perros, El infierno, Las vueltas del citrillo, El callejón de los milagros, El violín. Es cine que reconozco. Siento que crece la imaginación de los guionistas y directores mexicanos.
— El Patio de tu casa es México, ¿cómo está ese patio?
— Pues ha pasado muchos años con unos indecentes, ignorantes, corruptores, desconsiderados, mal educados (...). Estos desafortunados mexicanos tienen el patio oliendo a muerto. Pero hoy lucho con algunos amigos, para dar luz a la cabeza de estos chabacanos y hacer que descubran la conciencia y perciban con amor. Que conozcan la vergüenza, que su afán sea el de reconstruir el orgullo y procuren embellecer su patria, su patio, nuestro patio, nuestra patria.
— ¿Y para qué sirve ser actor?
— Ser espejo, ser reflejo. Ser actor sirve para dar luz. Al ejercer la actuación conoces las causas que llevan a las personas a realizar actos que inciden en la comunidad.
— ¿Por qué te dio por la actuación?
— Porque yo no era alguien, por necesidad de afirmarme y de dar. Porque me es más fácil este trabajo que cualquier otro y porque un hermano me dijo: “Entra a una escuela de actuación”. Lo que me hizo pensar que la actuación podría ser el medio para ser yo.
— ¿El arte puede cambiar el mundo?
— El arte cambia el mundo constantemente. El arte no tiene límites, no tiene reglas. El arte se ejerce y por ello su único límite es su poder de convocatoria (...).
— ¿Quién sí para la silla presidencial?
— AMLO está rodeado de personas con inteligencia y gente responsable. Artistas, científicos, intelectuales, etcétera. Yo, por Andrés Manuel López Obrador.
— Las razones que tenemos para ser más felices son…
— Más felices somos si planteamos y logramos objetivos y mucho más si esos objetivos los aplauden los que nos rodean.
— ¿Qué puede transformar ganar un Ariel?
— Es el reconocimiento de mis compañeros de oficio. Me regala confianza el buen quehacer en mi trabajo. Me gusta la idea de que nosotros transformemos el Ariel en un reconocimiento de alcances más amplios.
— Hablamos de la importancia de la televisión en nuestro país...
— El tema es al revés. La importancia de nuestro país para la televisión. Esta televisión pequeña tendrá que crecer para estar a la altura.
— ¿Para qué sirve contar historias?
— Para entretener, para enseñar, para desarrollar la imaginación. Para transmitir el lenguaje, la cultura. Para reconocer la vida, nuestra vida, las otras vidas.
— ¿Cuál fue la última historia que te conmovió?
— La mía. Un momento que temí perder a mi madre. Me dormí en la tarde y cuando desperté no había nadie, ni luz. Prendí una vela y veía mi rostro con esa luz. Mi madre tenía que haber llegado desde las cinco pm. Pensé que si mi madre no regresaba quedaría desamparado y lloré de miedo. Tenía ocho años.
Era el año 1968. Después me enteré que el presidente Gustavo Díaz Ordaz convocó a todos los empleados del Estado en la plancha del Zócalo para que lo apoyaran contra el movimiento estudiantil. Los burócratas gritaron consignas a favor de los estudiantes. Las tanquetas del ejército empezaron a dar vueltas alrededor de la plancha del Zócalo a alta velocidad de modo que los empleados del Estado tenían que cruzar corriendo para no ser atropellados. Mi madre tuvo polio y tenía una pierna mas débil y por esto le costó trabajo ponerse a salvo. Después de cruzar tuvo que buscar refugio en los locales que ya habían cerrado. Los estudiantes entraban al Zócalo en columna. Una puerta se abrió y le pidieron a mi mamá que entrara. Ella entró. Empezaron los balazos. Como a las 10 pm llegó la luz. Como a las 12 llegó mi mamá.
— ¿Qué historia te falta por contar?
— La que tengo para dar a la raza. Aún no la conozco.
— Cuéntanos una historia con final feliz.
— Despertar con mi esposa en Ibiza después de varias fiestas.
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