Entretenimiento
Se presentan “Las 4 estaciones”
Se llevo a cabo el estreno de la obrea “Las 4 estaciones” protagonizada por Ludwika Paleta
GUADALAJARA, JALISCO.- Sin concesiones y sin maquillaje se presentó ayer por la noche en dos funciones la puesta en escena Las 4 estaciones, protagonizada por
Ludwika Paleta y
Bruno Bichir. La primera mitad de la historia relata la construcción de una relación entre Adán (Bichir) y Beatriz (Paleta) a partir de los escombros de sus experiencias anteriores.
Él busca en ella a la mujer ideal e insiste en contarle al menos un resquicio para entrar a su corazón. Beatriz tarda en hablar, pues los primeros minutos de la obra es un largo monólogo de Adán. Pero cuando ella toma la palabra demuestra una personalidad endurecida y a partir de allí es el choque de personalidades lo que acapara la atención de la obra. La trama cuenta con un intermedio de 15 minutos, donde se realiza una breve modificación de la escenografía.
Carrusel de pasiones
La segunda parte del texto muestra una relación en todo su esplendor. Las emociones dejan el terreno de lo puramente romántico para transitar por una montaña rusa de sentimientos desbordados.
Ludwika sorprende por la capacidad para superar un persistente ataque de tos que en ningún momento mermó la potencia de sus diálogos. Los matices con los que coloreó la personalidad de Beatriz, que fueron de la más sincera alegría a la más encendida rabia, pasaron por un llanto que invocó un silencio sepulcral en el teatro.
Bruno Bichir, por su parte, demostró una gran consistencia en su actuación e incluso se dio el lujo de exponer sus habilidades culinarias.
Al final de cuentas una obra que cumplió su premisa de taladrar en las entrañas de una relación hasta exponerla de la manera más cruda.
Los detalles
La escenografía de la obra, dirigida por Susana Alexander fue austera y se apoyó principalmente en un buen manejo de luces.
Varios celulares encendidos que al menos en la primera función tuvieron el tino de sonar en los momentos más dramáticos.
Bruno Bichir le regaló al público el pastel que preparó durante la obra. Dijo que aunque no parecía, por su aspecto sí estaba muy bueno.
Él busca en ella a la mujer ideal e insiste en contarle al menos un resquicio para entrar a su corazón. Beatriz tarda en hablar, pues los primeros minutos de la obra es un largo monólogo de Adán. Pero cuando ella toma la palabra demuestra una personalidad endurecida y a partir de allí es el choque de personalidades lo que acapara la atención de la obra. La trama cuenta con un intermedio de 15 minutos, donde se realiza una breve modificación de la escenografía.
Carrusel de pasiones
La segunda parte del texto muestra una relación en todo su esplendor. Las emociones dejan el terreno de lo puramente romántico para transitar por una montaña rusa de sentimientos desbordados.
Ludwika sorprende por la capacidad para superar un persistente ataque de tos que en ningún momento mermó la potencia de sus diálogos. Los matices con los que coloreó la personalidad de Beatriz, que fueron de la más sincera alegría a la más encendida rabia, pasaron por un llanto que invocó un silencio sepulcral en el teatro.
Bruno Bichir, por su parte, demostró una gran consistencia en su actuación e incluso se dio el lujo de exponer sus habilidades culinarias.
Al final de cuentas una obra que cumplió su premisa de taladrar en las entrañas de una relación hasta exponerla de la manera más cruda.
Los detalles
La escenografía de la obra, dirigida por Susana Alexander fue austera y se apoyó principalmente en un buen manejo de luces.
Varios celulares encendidos que al menos en la primera función tuvieron el tino de sonar en los momentos más dramáticos.
Bruno Bichir le regaló al público el pastel que preparó durante la obra. Dijo que aunque no parecía, por su aspecto sí estaba muy bueno.
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