Entretenimiento
Se leyeron las conclusiones del III Seminario Iberoamericano Vías Verdes 2008
Vías Verdes 2008 se desarrolla desde el pasado 10 de junio en el Instituto Cultural Cabañas, gracias a la colaboración del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Secretaría de Cultura de Jalisco.
GUADALAJARA.- Las actividades vespertinas comenzaron el día de ayer con una serie de mesas de trabajo, en las que se expusieron algunas iniciativas de proyectos de
Vías Verdes en distintos puntos de América Latina, como fue el caso de Mábel Hernández Gutiérrez, del Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura de la Universidad San Carlos de Guatemala. Durante su intervención, Hernández Gutiérrez habló del ferrocarril en el Valle de Monagua, en Guatemala, una vía férrea que fue de gran importancia para el comercio y el transporte debido a su colindancia con El Salvador y Honduras y que actualmente atraviesa por problemas de deterioro, además de problemas sociales debido a que numerosas familias en extrema pobreza, han utilizado las áreas de las vías para establecer sus viviendas.
Y que sin embargo, en la localidad hay un gran interés por impulsar este programa para el turismo y el recreo de los propios pobladores.
Otro de los que presentaron proyectos de intervención durante las mesas de trabajo fue el brasileño Antonio Pedroso, director de Medio Ambiente de la Organización Patrimonial Turística y Ambiental, quien presentó un proyecto para rescatar las vías de tren que pertenecen al recorrido entre Bahía de los Muertos y Bahía Río Grande al sureste de Brasil, el cual comprende una región compuesta por lo que alguna vez fueron ciudades mineras. Después, la maestra Teresa Márquez Martínez, directora de Patrimonio Ferroviario, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, leyó las conclusiones y recomendaciones que arrojó el seminario sobre Vías Verdes 2008.
Primero, señaló que una reunión como esta ha permitido constatar que el programa Vías Verdes México es ya una realidad en marcha con interesantes perspectivas a futuro, tanto en lo que se refiere a nuevas experiencias, como a proyectos concretos en diversos estados, así como la consolidación de los ya existentes.
También comentó que de los 9 mil kilómetros de vías férreas en desuso que hay en México, existen iniciativas en marcha en un total de 800 kilómetros, las cuales se encuentran en diversos grados de desarrollo, lo que confirma el interés por desarrollar vías verdes como una estrategia de reutilización y conservación del patrimonio ferroviario en desuso y a su vez contribuir en la valoración del patrimonio natural, con importantes consecuencias en términos de sustentabilidad, desarrollo económico y salud.
Sobre un plan que garantice el desarrollo de las vías verdes en México, comentó que es necesario promover y reforzar la colaboración interinstitucional de los distintos niveles de gobierno, así como de las múltiples áreas que tienen competencia en el desarrollo de las vías, como cultura, comunicaciones y transportes, turismo, medio ambiente, desarrollo social y salud.
Además señaló que es necesario impulsar los mecanismos de participación e implicación ciudadana, desde la gestación de cada uno de los proyectos de vías verdes, con el objetivo de que sean proyectos participados socialmente y asumidos como propios por las comunidades locales.
Por último, entre otras cosas, destacó que un programa como esto es impulsor del respeto a la naturaleza y al patrimonio cultural, ya que estos se plantean como corredores ecológicos capaces de contribuir a la preservación de la biodiversidad, teniendo en cuenta que son áreas que favorecen a la protección de espacios naturales y a la preservación de las especies endémicas y amenazadas por la extinción.
Y que sin embargo, en la localidad hay un gran interés por impulsar este programa para el turismo y el recreo de los propios pobladores.
Otro de los que presentaron proyectos de intervención durante las mesas de trabajo fue el brasileño Antonio Pedroso, director de Medio Ambiente de la Organización Patrimonial Turística y Ambiental, quien presentó un proyecto para rescatar las vías de tren que pertenecen al recorrido entre Bahía de los Muertos y Bahía Río Grande al sureste de Brasil, el cual comprende una región compuesta por lo que alguna vez fueron ciudades mineras. Después, la maestra Teresa Márquez Martínez, directora de Patrimonio Ferroviario, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, leyó las conclusiones y recomendaciones que arrojó el seminario sobre Vías Verdes 2008.
Primero, señaló que una reunión como esta ha permitido constatar que el programa Vías Verdes México es ya una realidad en marcha con interesantes perspectivas a futuro, tanto en lo que se refiere a nuevas experiencias, como a proyectos concretos en diversos estados, así como la consolidación de los ya existentes.
También comentó que de los 9 mil kilómetros de vías férreas en desuso que hay en México, existen iniciativas en marcha en un total de 800 kilómetros, las cuales se encuentran en diversos grados de desarrollo, lo que confirma el interés por desarrollar vías verdes como una estrategia de reutilización y conservación del patrimonio ferroviario en desuso y a su vez contribuir en la valoración del patrimonio natural, con importantes consecuencias en términos de sustentabilidad, desarrollo económico y salud.
Sobre un plan que garantice el desarrollo de las vías verdes en México, comentó que es necesario promover y reforzar la colaboración interinstitucional de los distintos niveles de gobierno, así como de las múltiples áreas que tienen competencia en el desarrollo de las vías, como cultura, comunicaciones y transportes, turismo, medio ambiente, desarrollo social y salud.
Además señaló que es necesario impulsar los mecanismos de participación e implicación ciudadana, desde la gestación de cada uno de los proyectos de vías verdes, con el objetivo de que sean proyectos participados socialmente y asumidos como propios por las comunidades locales.
Por último, entre otras cosas, destacó que un programa como esto es impulsor del respeto a la naturaleza y al patrimonio cultural, ya que estos se plantean como corredores ecológicos capaces de contribuir a la preservación de la biodiversidad, teniendo en cuenta que son áreas que favorecen a la protección de espacios naturales y a la preservación de las especies endémicas y amenazadas por la extinción.
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