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Sarah Hoch, la arquitecta del festival

La directora de la justa hace un balance positivo del encuentro fílmico

GUANAJUATO (31/JUL/2011).- El trabajo de director de festival de cine tiene muchas aristas y ocupaciones, aunque curiosamente, una de las cosas que menos tiempo tiene para hacer es justamente ver cine, y si no que le pregunten a Sarah Hoch, directora del Festival Internacional de Cine de Guanjuato (GIFF, por sus siglas en inglés).

De aspecto siempre impecable, Hoch no deja de portar una sonrisa casi tatuada y una actitud positiva, aunque para el último día del certamen las ojeras comienzan a traicionarla. Sin embargo ella más que cansada está feliz, en parte porque el encuentro no ha parado de crecer, ni siquiera ahora que dejó de ser Expresión en Corto y se esperaba que ésta fuera una edición en transición.

El ajetreo constante no le impide detenerse un momento para charlar con este medio. Sarah siempre recuerda que hay un equipo detrás de toda la organización y que ella es a final de cuentas el rostro más visible. Afirma además que se siente “muy contenta. Sentimos que el festival arrancó muy bien, primero en San Miguel y luego en Guanajuato, con mucha gente que fue a ver las películas. Más gusto nos da saber que las cintas que se proyectaron tuvieron buenos comentarios por parte del público. Sí, a veces tenemos que ir atrás de los problemas, ‘apagando el fuego’ (risas), un poco desvelados pero satisfechos de mantener una línea congruente de trabajo”.

Todo cabe en una pantalla

El “fuego” al que se refiere la directora del certamen viene generalmente de cierto sector de la prensa especializada que señala que éste, como otros festivales, enfrenta problemas de organización, al tener varias funciones y actividades que se “pisan” en horarios. “Siempre hemos sido un evento maratónico”, afirma Hoch, y agrega con ironía que “nos dicen que somos una orgía de cine (risas). La prensa se queja de que cómo es posible que tengamos actividades de las 10:00 a las 20:00 horas y que los traemos del tingo al tango, pero eso no es algo exclusivo de los periodistas y la gente, eso me ocurre a mí y a mi asistente también (risas)”.

Cinéfila consumada, Sarah Hoch agrega que si bien es cierto que hay bastantes actividades “es porque hay mucho que hacer. Reunimos a la industria, le ofrecemos nuevas oportunidades a los que hacen cine. No se trata de tener un festival con conferencias ‘equis’, sino que cada uno de los eventos tenga una razón de peso para llevarse a cabo, que sirva para resolver, buscar, escarbar. Hay muchos problemas y temas, desde la problemática de la distribución y el mundo de lo digital”.

La directora agrega que a pesar de la gran cantidad de eventos que tiene el certamen, a final de cuentas siente que les faltó tiempo “para exhibir más películas, porque se lucha bastante por traer cosas que no se puedan ver fácilmente en México o que incluso jamás llegan. Nos enamoramos tanto de lo que ponemos que hasta luchamos porque se queden más en cartelera”.

Cambio de mentalidad

Quizá el cambio más grande que enfrentó el GIFF en esta ocasión fue el convertirse en “festival”, dejando atrás Expresión en Corto, algo que la propia Hoch considera como “un paso natural, muchos nos decían que si no teníamos miedo ahora de ser un festival internacional. Nosotros hemos tenido desde hace tiempo un tamaño y un contenido bastante grande, creo que ahora el nuevo nombre refleja mucho mejor quienes somos. Siento que la palabra ‘Corto’ nos quedaba corta para la magnitud que tuvo el festival, y aunque duele cambiar el nombre, estamos convencidos de que hay algo que no cambiará jamás: el espíritu”.

Con un balance más que positivo, la directora buscará que el GIFF siga creciendo, de cara a su edición 2012, que tendrá como nación invitada a Holanda.
Francisco González Rodríguez / Enviado
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