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Rubén Albarrán, un músico afortunado

Veinte años de carrera con Café Tacvba, más de 10 nombres artísticos e inumerables ganas de evolucionar caracterizan al artista

Rubén Albarrán, un músico afortunado
GUADALAJARA, JALISCO (25/NOV/2010).- Primero Juan, luego Cosme. Anónimo, Nrü y Gallo Gas son algunos de los más de 10 nombres que ha usado Rubén Albarrán, quien actualmente con su proyecto Hoppo!, con el que visitó Guadalajara en octubre pasado, se hace nombrar K’Kame, luego de que fuera bautizado de esa manera por un grupo de huicholes.

Diversos títulos pero una misma esencia. Así es el vocalista y guitarrista de Café Tacvba, quien ahora dedica su tiempo al concepto que formó con un grupo de músicos chilenos y prepara el montaje Quitar el uso de la lengua para dárselo al corazón con Ofelia Medina, esto último como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro que arranca este 27 de noviembre, sin olvidar que el documental de la banda Seguir siendo actualmente está en las salas de cine.

Según declara en entrevista, Rubén considera que la vida le ha permitido evolucionar en los escenarios y eso lo agradece. “La verdad es que los músicos somos muy afortunados, porque siempre la gente nos recibe muy bien, nos da de comer, nos da de beber y nos da fiesta, (risas) y eso es lo que estamos viviendo”.

Efímero, espontáneo y sin ataduras, ha sido la constante para el intérprete, quien tiene como premisa para trabajar el que independientemente del proyecto que se trate, éste debe significar un disfrute y un intercambio creativo, “como un taller de gozo”, así como le sucede ahora en Hoppo! “porque es un proyecto espontáneo. No hay fin ni meta más que el disfrute, el gozo de interpretar la música que nos gusta, y eventualmente componer, es como un taller de gozo”.

Fue casual el encuentro con los integrantes de Hoppo!, argumenta Rubén, pues “El Chino y yo nos conocimos en septiembre de 2001, cuando unos monjes hindúes fueron a la Ciudad de México a presentarse, y los organizadores, para darle marco a su presentación, invitaron a algunos músicos, entre ellos a Gustavo Cerati, Ely Guerra, El Chino y yo”.

Luego de tocar por un tiempo, surgió la necesidad de “hacer un homenaje póstumo a mi madre a través de las canciones que me dio a conocer y ahí empezó la diversión”.

Habría que decir que Hoppo!, en el que participan Rodrigo Aros (sitar y flautas andinas), Juan Pablo Villanueva (guitarras) y Alejandra Flores (percusiones, violín, requinto jarocho), no es su primer proyecto aparte de Café Tacvba, pues hace seis años grabó un disco electrónico para recibir a su hijo, esto en complicidad con la madre del bebé.

— Para que se den proyectos como el disco de música electrónica que dedicaste a tu hijo, o como Hoppo!, ambos alejados de Café Tacvba, ¿debe darse algo muy especial?
— Sí, no es hacer por hacer, hay una motivación. Queríamos darle la bienvenida a nuestro hijo en ese entonces, y eso nos motivó. Ahora es darle la despedida a mi mamá. Y la experiencia ha sido muy buena, aunque se ha dado en lapsos muy cortos. Hoppo! es una experiencia que gozamos muchísimo, somos un grupo muy hippie, no tenemos mánager, no somos organizados, pero lo disfrutamos mucho.

— El disco de Hoppo! no está a la venta, incluso promueve, según se lee en el álbum, “la piratería familiar”, ¿cómo mantener un proyecto de esa manera?
— Como que pareciera que todo ese mundo de las disqueras es sólo un mundo de ilusión. En realidad hay un caos alrededor de la música grabada, y puede ser que tome otro camino, que utilice otra tecnología, pero lo que va a quedar siempre es lo esencial, la música en vivo, a eso no le van a poder hacer nada.

— ¿Trabajar con otros músicos surgió como una necesidad de reflexión?
— Sí, es rico. Es algo que no lo tenía consciente, pero agradezco mucho que se haya dado, porque con Café Tacvba nunca cargamos nada, somos como unas princesitas, y ahora hay que cargar instrumentos, conectar y esperar a que la gente se vaya para volver a guardar todo y subirlo a una camioneta, llevar todo de regreso al lugar de ensayos y terminar durmiendo a las siete de la mañana.

— ¿Cómo al principio?
— Sí, como al principio, y eso es muy gozoso porque significa aprendizaje.

— ¿Para cuándo el nuevo disco con Café Tacvba?
— Será a mediados de 2011 que nos juntemos, pues como ya se hado antes, será el momento en el que cada uno muestre a los demás lo que estuvo haciendo, las composiciones, las ideas, las expectativas y las propuestas. Ahí, entre las cuatro visiones, es que empieza a tomar forma el disco, pero ahora no sabemos qué camino tomará.

— ¿Será la clave para mantenerse unidos?
— La clave es la creación. Nos juntamos y hacemos lo que nos gusta, y el espacio es algo muy importante para que regresemos con la energía y las ganas, es el salir, orearnos, trabajar con otras personas, tener otras experiencias, eso es esencial, además cada proyecto genera adrenalina diferente.

— ¿Qué piensas cada vez que vuelves con Café Tacvba?
— Cuando llego con Café Tacvba sé lo que voy a obtener, y llego necesitándolo, digo “qué rico, otra vez de princesita (risas)”.

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA
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