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Rinden homenaje en Bellas Artes a Alí Chumacero

Recibe el poeta el reconocimiento de la comunidad cultural a unos días de cumplir 90 años de edad.

MÉXICO.- Con palabras se homenajeó al poeta, con danza se celebró al amigo y con música se le dijo cuánto se le admira, así fue la noche del lunes para Alí Chumacero, quien a unos cuantos días de cumplir 90 años de edad (9 de julio), recibió el reconocimiento de la comunidad cultural en Bellas Artes.

"No pienso retirarme todavía", anunció el poeta ante una sala colmada de amigos, lectores y admiradores, quienes seguramente se enamoraron con alguno de sus poemas. "Yo voy a vivir todavía unos pocos años, unos 30 o 40 más, pero estaré siempre dedicado a la letra escrita".

Al homenaje asistieron funcionarios como el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sergio Vela Martínez; la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Teresa Franco; la directora del Fondo de Cultura Económica, Consuelo Sáizar; así como Ney González Sánchez, gobernador del estado de Nayarit, tierra natal de Alí Chumacero.

El festejo inició con bailes que se desarrollaron en el pórtico del Palacio de Bellas Artes, en donde músicos y bailarines del Ballet Folklórico de México, de Amalia Hernández, ejecutaron sones como "La majahua", "El buey" y "El jarabe nayarita".

Ahí, Chumacero estuvo observando junto con sus amigos y conocidos, quienes constantemente le pedían que se tomara una fotografía con ellos.

Ya en la sala principal, el escenario fue ocupado por la poesía. Estuvieron Dolores Castro, Carlos Montemayor, Emmanuel Carballo, Eduardo Lizalde, Jaime Labastida y el propio Alí Chumacero, quien durante un video previo presumió el haber sido el corrector de uno de los mejores libros del mundo: "El llano en llamas", de Juan Rulfo.

"Nunca quise ser un hombre eminente, rico, poderoso o con fuerza en la sociedad. Nunca la tuve y ahora es tarde para querer tenerla. Desde 1950 trabajo en una editorial que se llama el Fondo de Cultura Económica, como simple corrector de pruebas, y continúo todavía en una posición similar", dijo.

Más tarde, al dar lectura del discurso que preparó para tan especial momento, explicó su amor por la palabra y el firme empeño por hacer de ella la razón de su vida misma.

"En realidad yo sólo he practicado el afán de hermanar el sentimiento y el rigor, a fin de mantener inalterable una vocación originada desde la adolescencia, fortalecida durante la madurez y siempre guiada a convertir en insólito lo cotidiano", afirmó.

También ofreció su visión sobre la lírica. "La poesía es una forma del entusiasmo que a veces, a través del tiempo, encuentra un límite vital. Cuando se dispone de 30 años de edad, ese ánimo se manifiesta con una presencia constante", expuso.

"Si se cuenta con 50 años, esa constancia ha llegado a su apogeo, a su culminación; y al caer en los 90, se corre el riesgo de no continuar la culminación de los 50 y, desde luego, de perder el entusiasmo de los 30", agregó.

"Sin embargo ese afán no está condenado a desaparecer siguiendo el ritmo del ciclo vital del poeta. Hay casos nada raros en que la vejez no ha sido obstáculo para crear algunas obras importantes", continuó.

Luego refirió estar seguro de que en general la poesía es, o debe ser, una expresión relacionada con el impulso juvenil, que es cuando la alteración afectiva adquiere su rigor más intenso y sin éste tal impulso se desvanecería, porque el amor, la desilusión, el júbilo y la ira son sus ingredientes naturales.

En su turno, la narradora y poeta Dolores Castro señaló que todas las palabras en la poesía completa de Alí Chumacero son de amorosa raíz, algo que se puede ver en sus tres libros: "Páramo de sueños" (1944), "Imágenes desterradas" (1948) y "Palabras en reposo" (1956), así como en sus poemas no seleccionados.

Castro también alabó el orden escrito de su versificación, los frecuentes y perfectos endecasílabos, así como la poderosa estructura de cada uno de sus poemas.

"Casi todo un siglo y el inicio del siguiente ha galopado el corazón de Alí para nuestra dicha, para nuestro deslumbramiento. Y galopa hacia el desbarrancadero de la muerte, como cada uno de nuestros corazones, pero hoy celebramos sus 90 hermosos años de galopar; mientras ama a la vida y la conoce cada vez mejor en su poesía, arrebatando a la muerte cuanto amó", expresó.

Emanuel Carballo, Jaime Labastida, Carlos Montemayor y Eduardo Lizalde reconocieron en Chumacero a un maestro, a un tipógrafo, a un editor y a un poeta cuya trayectoria es ejemplo de responsabilidad.

"Sus tres breves libros forman la totalidad del espacio poético de Alí Chumacero. Pero esos tres libros, a pesar de su brevedad, son intensos como pocos en la poesía de lengua española", precisó Labastida.

La velada concluyó con un concierto ofrecido por el flautista Horacio Franco y la Cappella Cervantina. Al final, los asistentes que colmaron el Palacio de Bellas Artes despidieron con un largo aplauso al "Domador de la palabra".

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