Entretenimiento
Retrata experiencias el filme ''The White Stripes:Bajo las luces boreales''
Participa en la categoría Sonidero de Ambulante
Este trabajo cinematográfico participa en la categoría Sonidero de Ambulante, encuentro que se llevará a cabo del 12 de febrero al 6 de mayo del presente año, en 12 plazas de la República Mexicana.
En "The White Stripes: Bajo las luces boreales", Malloy documenta, mediante una serie de entrevistas personales y diversas presentaciones de la pareja durante un largo recorrido por las principales provincias y poblados canadienses, la celebración del décimo aniversario de la agrupación.
Jack y Meg poseen personalidades y caracteres distintos, él es toda energía, hablantín, audaz y rebelde, ella es reservada, sensible y muy dedicada a lo suyo; sin embargo, se han compenetrado de tal manera, que desde su primera aparición en el "Gold Bar", hasta la actuación en Nueva Escocia siguen unidos en sus principios.
A una década de distancia, con seis álbumes grabados, con presentaciones abarrotadas, el dueto, más que una banda rockera, ha logrado miles de admiradores, principalmente jóvenes como ellos que vibran con sus letras y su estilo muy peculiar de interpretar el género.
Por exigencia de Jack antes de llegar al sitio en donde se llevará a cabo la celebración oficial del aniversario decide que lleven a cabo ese recorrido por territorio candiense, para sentir esa emoción de estar frente a sus fans, ya sea que logren reunir sólo a 10 o bien, a miles de ellos.
Al parecer, la razón de ese propósito no es sentirse aclamados por multitudes, sino llenarse de experiencias diversas y variadas. Lo mismo les da tocar en un boliche, en una plaza o en un billar, que en un santuario o en un teatro, pues quieren enriquecerse de emociones.
Las características que definen a la banda quedan plasmadas en este largometraje de 93 minutos, color y blanco y negro, en el que Malloy logra mostrar aspectos como por qué siempre deben vestir de blanco, negro y rojo, y que la decoración y los instrumentos en el escenario sean de tonos idénticos.
De paso, el espectador se irá enterando de los caprichos de Jack, de acudir a una reunión de "inuits" o consejo de ancianos nativos de Canadá, y saber de ellos, de sus creencias, de su cultura y de su música.
La rebeldía de Jack tiene un cómplice en Meg, quien empedernida fumadora y él bebedor, disfrutan de su modo de vida, de su "hobbie" musical.
Hastiados en cierta forma de trabajar por trabajar, es decir, cumplir en un escenario ante multitudes o grabar un disco porque así lo exige un contrato, se dan libertades que son criticadas por la prensa.
Sin embargo, para la pareja de músicos eso es otro rollo, ya que continuará dando rienda suelta a sus preferencias y también satisfacción a sus fans, sorprendiéndolos al anunciar conciertos dos horas y hasta 10 minutos antes, a través de Internet.
Esa es una manera de concebir la música y de vivir la vida para Jack y Megan, dos estrellas del rock gracias a su imagen rebelde y su banda: The White Stripes, un relato llevado a la pantalla gracias a la mirada de Emmett Malloy, realizador que ha dirigido filmes de surf, videos musicales y fundado Brushfire Records.
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