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''Restos'' va rumbo a Sundance
La película protagonizada por Ilse Salas y Manolo Cardona tuvo como escenario la Ciudad de México y Acapulco
“No me bañaba bien precisamente para que no se borraran del todo, pero cuando tenía que ir al teatro, había que quitarlos. Pero no me quejaba, los tatuajes me gustan, es más, si pudiera, me los dejaría.”
La actriz que participó en Hidalgo: la historia jamás contada, debía portar dibujos en el cuerpo para su personaje de una amante de la fotografía, que ha tenido dolor.
Restos, dirigida por Alfonso Pineda, comparte créditos con el argentino Leonardo Sbaraglia (ambos de Amor, dolor y viceversa). La cinta cuenta la historia de dos parejas, la de Salas y un jazzista, y la de un hombre violento (Manolo Cardona) y una ciega (Carolina Guerra).
El guión de la cinta fue tallereado en Sundance, por lo que podría estrenarse en el Festival de Cine Independiente que se realizará en enero de 2012, en Utah, Estados Unidos.
Las fotos que se vean en la edición final del filme, a estrenarse en 2012, serán tomados por Salas. “Lo primero que hice fue pedir la Polaroid para ensayar y comenzar a tomar fotos compulsivamente. Me dieron como tres semanas la cámara y aunque estaba en planeo rodaje, yo seguía tomando. Muchas de las que van a aparecer en la película, habrán sido tomadas realmente por mí”.
Así como ella, Sbaraglia tuvo unos días para aprender a tocar la guitarra eléctrica y acústica. “Y canta”, dice Pineda, el director. “Bueno, más bien, como él mismo dice, murmura, pero la verdad es que no lo hace mal”.
Con buen clima
Restos, una historia de amor y violencia, está en etapa de posproducción, se rodó en locaciones de la Ciudad de México y Acapulco. El realizador afirma que no fue complicado filmar en la costa del Pacífico, pero en definitiva el mar fue el actor más difícil: “Decíamos, vamos a esperar que el mar se calme porque el agua llegaba a los tobillos del actor y lo tumbaba. Se gastaban rollos (de cinta) para tener la toma perfecta”.
Narra que se improvisaba mucho para que los actores se sintieran en completa confianza. Después de todo, dice, parte de la película se verá como si fuera documental, para mostrar la época pasada de los personajes. “Se trataba de tener los planos muy abiertos para que se viera eso, así, los actores podían hacer lo que quisieran en esa etapa”.
Pero contra lo que pudiera pensarse, las cuestiones de la naturaleza unieron más al equipo. “Una cosa es tener todo controlado en el set y la otra en locaciones naturales, cuando ves que todo mundo está haciendo su trabajo, haciendo todo lo mejor posible, para que salga la película”, comenta Pineda.
La dirección de fotografía recae en el experimentado Alberto Anaya (Te presento a Laura y Capadocia).
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