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Refrenda el título de leyenda viviente

Honesto, contento y complaciente. Así, Vicente Fernández se presentó ante un público que lo ovacionó en los dos conciertos ofrecidos en la VFG

TLAJOMULCO DE ZUÑIGA, JALISCO.- Estaba en su casa, la Arena VFG, justo al lado del rancho Los Tres Potrillos, donde pasa la mayor parte del tiempo. Vicente Fernández se sentía cómodo, era innegable la alegría que le producía saber que ambos conciertos presumían boletos agotados.

Esos altos de Jalisco arrancó los primeros aplausos de los 10 mil asistentes que acudieron la noche del viernes (los otros 10 mil lo hicieron la madrugada de este domingo) al recinto en donde hoy culminan las actividades del LXV Congreso y Campeonato Nacional Charro. Sólo para que segundos después diera la bienvenida a un público que desde los primeros instantes se vio dispuesto a disfrutar lo que prometía ser un maratónico concierto del “Charro de Huentitán”.

“Buenas noches, bienvenidos a la casa de todos ustedes. Gracias por su presencia, por ese cariño y esos aplausos que me han regalado en 42 años de carrera. Si ustedes gritan yo gozo, y si ustedes aplauden yo canto”, sentenció el cantante y lo cumplió cabalmente al interpretar un total de 54 canciones en tres horas ininterrumpidas de los mejores temas de su repertorio y de tres temas que integran su nuevo material discográfico titulado Necesito de ti.

Emotivo

Por tu maldito amor, Me voy a quitar de en medio, Lástima que seas ajena, Si acaso vuelves, El chofer, El último beso y Nos estorbó la ropa antecedieron uno de los primeros momentos emotivos de la velada. Camino al cielo, composición que estrenó ante su público y que conmovió hasta las lágrimas al también llamado “La leyenda viviente”, quien en varias ocasiones miró al cielo y no pudo contener el llanto al tratarse de un tema que hacía referencia a sus padres.

Los minutos pasaban y más canciones interpretaba Vicente. Un millón de primaveras, Para siempre, Urge, Me cansé de rogarle, Ojalá que te vaya bonito, Si nos dejan y Estos celos colmaron al público de alegría y de sentimientos encontrados debido a las letras, que en su mayoría hablaban de amores perdidos.

El reloj marcaba las 12:25 horas y Acá entre nos era cantada por el charro. Fue entonces cuando el artista decidió bajar el micrófono, como lo suele hacer, para presumir de su potente voz.

Los asistentes, emocionados, gritaron al unísono “¡Chente, Chente, Chente!”, la música cedió, el público de pie y los aplausos cimbraron el recinto, situación que se repitió en varias ocasiones. Casi treinta canciones más se pudieron escuchar, más declaraciones, agradecimientos y constantes ovaciones enmarcaron una noche memorable, en la que el tema Volver anunció el término del encuentro.

“‘El máximo ídolo de México’, ‘El número uno’, y ‘La Leyenda viviente’, el señor Vicente Fernández se despide, démosle un gran aplauso”, se escuchó mientras el también llamado “Charro de Huentitán” daba el primero y único adiós de la velada. La gente agradecida aún pedía más, sin embargo el artista se había entregado por tres horas continuas, era hora de descansar.

LO QUE SE VIO
Durante el recital, Vicente habló de su esposa, de sus hijos, de su carrera, de sus caballos y de su público. Bailó, compartió con los músicos y pidió un reconocimiento para ellos. Se le vio feliz. Lució entero y con una potente voz que le alcanzó para tres horas de recital
 
EL INFORMADOR / Altagracia Lizardo Medina

“Gracias por su presencia, por ese cariño y esos aplausos que me han regalado en 42 años de carrera. Si ustedes gritan yo gozo, y si ustedes aplauden yo canto”.
Vicente Fernández, cantante
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