Entretenimiento
Reciben en grande a ''El lugar más pequeño''
La cinta es producida por Canana, y ha participado en al menos 10 festivales
SAN SEBASTIÁN, ESPAÑA (19/SEP/2011).- Con una historia sobre la capacidad que tiene el hombre para reconstruirse, la cineasta méxico-salvadoreña Tatiana Huezo presentó su opera prima El lugar más pequeño, en la edición 59 del Festival de Cine de San Sebastián.
Ganadora ya de varios premios y tras su paso por cerca de 10 festivales internacionales, El lugar más pequeño inauguró el ciclo de Cine Mexicano Contemporáneo, que organizan la Fundación Mapfre y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), junto con el Festival de San Sebastián.
En entrevista, Huezo refiere que su vínculo con la historia que plantea en el documental es porque es mitad salvadoreña y mitad mexicana. “Crecí en México, pero siempre regresé al Salvador de manera intermitente a visitar a mi familia paterna y en uno de esos viajes mi abuela paterna me llevó a conocer el pueblo donde nació, Cinquera, y ese lugar me impactó desde el primer momento”.
El motor del filme
Cinquera había sido arrasado por la cruenta guerra civil y al llegar a él, dijo, “me impresionó que hubiera muchas huellas en el entorno físico del pueblo, que es muy chiquito, apenas de tres o cuatro calles. Las casas estaban llenas de metrallas, muchos muros del pueblo estaban llenos de nombres pintados y de repente al entrar a la iglesia del pueblito me percaté de que en lugar de santos por las paredes había hileras de fotografías de gente muerta, en incluso una cola de helicóptero militar metida en la iglesia”.
Tatiana expuso que siempre ha sabido que hubo una guerra en El Salvador en los años ochenta, “pero sentí algo fuerte, algo que se vibraba en este lugar, y cuando entré en la iglesia fue importante para mí, fue una imagen muy fuerte, y allí empezó el motor que originó buscar esta historia”.
Tatiana Huezo, quien ha dirigido varios cortometrajes de ficción y documental como Tiempo cáustico (1998), El ombligo del mundo (2001) y Retrato de familia (2008), afirmó que al empezar a conocer a la gente, decidió que tenía que regresar a Cinquera.
Satisfecha y con proyectos
La cineasta manifestó que para ella ha sido una gran alegría que este documental, apoyado por Imcine, haya tenido buen recibimiento en diversos festivales, entre ellos el de Suiza, Documenta-Madrid, los festivales de San Francisco, de Los Ángeles, así como en Guadalajara y Monterrey.
Sobre sus proyectos inmediatos, dio a conocer que uno versa sobre el tema de la adopción, “y es en el que estoy poniendo más atención cuando tengo ratos libres, se trata del recorrido emocional de una madre no biológica, el proceso de hacer suyo a un hijo que no parió”.
Un segundo proyecto está centrado en una secundaria en Iztapalapa, en la que los chicos adolescentes ahora lo que quieren es ser narcos de mayores.
Ganadora ya de varios premios y tras su paso por cerca de 10 festivales internacionales, El lugar más pequeño inauguró el ciclo de Cine Mexicano Contemporáneo, que organizan la Fundación Mapfre y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), junto con el Festival de San Sebastián.
En entrevista, Huezo refiere que su vínculo con la historia que plantea en el documental es porque es mitad salvadoreña y mitad mexicana. “Crecí en México, pero siempre regresé al Salvador de manera intermitente a visitar a mi familia paterna y en uno de esos viajes mi abuela paterna me llevó a conocer el pueblo donde nació, Cinquera, y ese lugar me impactó desde el primer momento”.
El motor del filme
Cinquera había sido arrasado por la cruenta guerra civil y al llegar a él, dijo, “me impresionó que hubiera muchas huellas en el entorno físico del pueblo, que es muy chiquito, apenas de tres o cuatro calles. Las casas estaban llenas de metrallas, muchos muros del pueblo estaban llenos de nombres pintados y de repente al entrar a la iglesia del pueblito me percaté de que en lugar de santos por las paredes había hileras de fotografías de gente muerta, en incluso una cola de helicóptero militar metida en la iglesia”.
Tatiana expuso que siempre ha sabido que hubo una guerra en El Salvador en los años ochenta, “pero sentí algo fuerte, algo que se vibraba en este lugar, y cuando entré en la iglesia fue importante para mí, fue una imagen muy fuerte, y allí empezó el motor que originó buscar esta historia”.
Tatiana Huezo, quien ha dirigido varios cortometrajes de ficción y documental como Tiempo cáustico (1998), El ombligo del mundo (2001) y Retrato de familia (2008), afirmó que al empezar a conocer a la gente, decidió que tenía que regresar a Cinquera.
Satisfecha y con proyectos
La cineasta manifestó que para ella ha sido una gran alegría que este documental, apoyado por Imcine, haya tenido buen recibimiento en diversos festivales, entre ellos el de Suiza, Documenta-Madrid, los festivales de San Francisco, de Los Ángeles, así como en Guadalajara y Monterrey.
Sobre sus proyectos inmediatos, dio a conocer que uno versa sobre el tema de la adopción, “y es en el que estoy poniendo más atención cuando tengo ratos libres, se trata del recorrido emocional de una madre no biológica, el proceso de hacer suyo a un hijo que no parió”.
Un segundo proyecto está centrado en una secundaria en Iztapalapa, en la que los chicos adolescentes ahora lo que quieren es ser narcos de mayores.
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