Entretenimiento

RMX, sin miedo a la libre expresión

Una estación de radio que, tras nueve años, sigue rompiendo esquemas

GUADALAJARA, JALISCO (08/FEB/2015).- "Muchos se van a enfurecer con lo que vamos a hacer”, es la advertencia que predica Gonzalo Oliveros, director general de RMX, al prometer un cambio radical en la programación de la estación que, desde hace nueve años, está al aire en la radio mexicana.

Si bien la señal central de RMX se establece en Ciudad de México, Guadalajara pasó a ser uno de los pulmones que refuerzan el aliento de los conductores radiales liderados por Oliveros. En la capital tapatía, la radiodifusora cobijada por la frecuencia 100.3 de FM, ha trazado metas que reflejan la identidad del proyecto radiofónico: un festival social de música llamado 212, la recuperación de los espacios públicos y la libre expresión a través de los micrófonos.

Oliveros se distingue por un argumento feroz y directo cuando de música y hechos sociales hay que hablar, característica que también se refleja en el equipo de locutores que lo acompañan a lo largo de los programas que apuestan por la diversidad de ritmos, honestidad y credibilidad.

“No creo en el discurso del locutor que dice que la audiencia es hermosa y preciosa, aunque cuando cierra el micrófono la cataloga como 'flaying monkies'. El radioescucha merece un respeto, es el mismo respeto que tiene que ver con tu inteligencia”.

Voces como Karina Michel, Pavlo González, Fátima Verela, Jair Cardoso, Rocío Gómez, Miguel Solís, Miriam Rascol, “Pada, “Peez” y Morris, son algunos los profesionales en el arte de hablar que han confiado en el potencial de RMX para cambiar la forma de hacer radio en México, de no caer en los clichés, de no ser solamente locutores que deciden qué música se escucha en el país.

A nueve años de historia, Gonzalo Oliveros señala que RMX tiene un estandarte inamovible: la sorpresa, esa capacidad de asombrar a la audiencia con contenidos, diálogos y análisis que ni los mismos conductores esperan hasta que están en la cabina.

“Queremos que cuando escuches la estación no te esperes lo que está al aire”, añade Oliveros al aplaudir la chispa de improvisación y conocimiento que tienen las voces RMX, sobre todo, esa libertad con la que se despojan del miedo a ejercer su libertad de expresión.

Guadalajara, prueba superada

Hablar de RMX implica poner a Guadalajara sobre la mesa. En esta ciudad es donde la radiodifusora encontró el escenario perfecto para concebir a uno de sus máximos logros: el Festival 212, encuentro sonoro que desde 2006 se instaló en el corredor Chapultepec con dos objetivos: hacerle ver al ciudadano que los espacios públicos son ellos, y que los prejuicios y las rivalidades musicales son cosa del pasado.

“Guadalajara es una plaza muy característica en la que si algo funciona, funciona en todas partes del país. El público tapatío es muy exigente y ha vivido un proceso de transformación interesante. 212 es el desarrollo de la idea de radio convertida en un festejo masivo, de fiesta popular, de lo que decimos al aire sí tiene una respuesta con la gente”.

Es así como el Festival 212 no sólo da albergue a bandas independientes nacionales e internacionales que apuestan por conceptos innovadores, también se abre camino para géneros que poco tienen que ver los ritmos rockeros como los baladistas románticos de Los Ángeles Negros, el norteño de Fidel Rueda o la cumbia de Los Ángeles Azules.

“Esta integración tiene que ver con que la sociedad también va en ese avance. Sin miedo y sin culpa. Es un pensamiento que tenemos en la estación, aceptar que existe esta música aunque no sea de nuestra programación, pero que son punto de encuentro. Hay que entender que vivimos en un proceso de apertura donde no hay que atacarnos por nuestro gusto musical”.

Radio sin ataduras

Gonzalo Oliveros destaca los vicios que aun asfixian a los micrófonos de la radio mexicana, en donde los comunicadores ejercen la autocensura, la complacencia a intereses personales y el público no es informado con honestidad.

“Hay una característica que se da en los medios de comunicación que es una gran cobardía y miedo a no ser uno mismo. Hay estaciones que siguen 'amafiadas' con disqueras, con 'managers' y promotores, que siguen jugando con el público y son lobos con piel de oveja, y viceversa, que pretenden engañar a la audiencia”.

Oliveros subraya que RMX ha evitado a todo volumen en caer en estos juegos de intereses, procurando hacer que esta estación logre una movilización social inteligente y que funja como un servicio público.

“Eso ha sido uno de los grandes aprendizajes en la historia de RMX, de cómo poder competir y confrontar a estos personajes que desde su cinismo e hipocresía quieren aparentar sinceridad cuando en realidad lo que quieren es someter a la audiencia. Es uno de los grandes retos que hoy en día seguimos confrontando en RMX”.
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