Entretenimiento
REM: Fin de la era Bush y el comienzo de una nueva revolución
Señala Michael Stipe, líder de la banda de rock, que la votación para elegir el presidente estadounidense marcará el fin de la era de Bus y el comienzo de una nueva “revolución” en todo el mundo
REM vaticinó en su primer concierto en Chile el fin de la era Bush y el comienzo de una nueva "revolución" en Estados Unidos y en todo el mundo.
"Éste es el último 'show' de REM con (el republicano) George Bush como presidente de Estados Unidos, mañana vamos a celebrar el inicio de una nueva era en la historia", gritó entusiasmado su líder, Michael Stipe.
Miles de jóvenes que al comienzo del concierto habían respondido con un abucheo cuando Stipe les preguntó si creían en la política, empezaron en ese momento a corear el nombre del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, mientras que las pantallas gigantes mostraban la foto de un sonriente Barack Obama.
Stipe y su banda, que habían prometido al público chileno "el mejor 'show'", se emplearon a fondo para conseguirlo.
REM son el "plato fuerte" de los dos días que dura el Festival Santiago Urbano Electrónico, que el lunes también contó con la banda independiente británica Kaiser Chief y los estadounidenses The Mars Volta, y hoy presentará a The Jesus and Mary Chain, el estandarte británico del "noise pop".
A las once en punto de la noche, hora local (4:00 GMT del martes), un Michael Stipe desbordante de energía saltó al escenario como sus compañeros, dispuestos a sacar al público del letargo en el que le había sumido la banda texana The Mars Volta.
"Wat's the Frecuency, Kenneth" fue el primero de los 25 temas que a lo largo de casi dos horas interpretó el grupo nacido en Athens (Georgia) en 1980.
Con movimientos tan espasmódicos como los que dan nombre al grupo (Rapid Eyes Movement) y grandes dotes de histrionismo, Stipe cautivó al público.
Pero quienes creía que todo iban a ser guitarras desgarradoras y contorsiones, pronto se dieron cuenta de que REM son una banda multifacética capaz de recrear con la misma naturalidad instantes electrizantes y momentos de reflexión intimista.
Para entrar en calor, la banda descargó "Imitation of life" -el éxito de su álbum "Reveal"- y la solicitada "Everybody hurts", considerada como la tercera mejor canción de la historia.
Entonces llegó el momento de dejarle el protagonismo al bajista Mike Mills para que deleitara al público con "(Don't go back to) Rockville", el tema que él mismo compuso hace 34 años.
Y como el público ya andaba entusiasmado, el vocalista de REM decidió en ese momento darse el primero de los dos baños de multitudes de la noche mientras interpretaba "The one I love" y 10.000 gargantas lo coreaban enfervorizadas.
Stipe es un tipo sencillo que a pesar de su 48 años mantiene la energía y la espontaneidad de cuando era estudiante de arte y formó con Mills, Peter Buck y Bill Berry una banda que pronto se convirtió en el grupo de culto de los universitarios estadounidenses.
Saltó, se retorció, estrechó la mano de sus fans, se dejó acariciar con paciencia su cabeza calva, lanzó panfletos, tocó la armónica y se desgañitó megáfono en mano con "It's the end of the world (as we know it)", un tema que a estas alturas del concierto más de uno pensó que se lo dedicaba a George Bush.
A la hora y media de recital, los músicos desaparecieron del escenario para escenificar el consabido ritual de los bises, pero esta vez lo hicieron de una forma original.
Las pantallas gigantes amplificaron unos garabatos escritos en un precario español: "¿Quieren más REM? ¡No se escucha! REM 'adore' Chile", y entonces el griterío se volvió ensordecedor hasta que reaparecieron interpretando "Supernatural Superserious" y el conocido "Losin my religion", incluido en el álbum "Out of Time" (1991).
Antes de abandonar el escenario, Stipe señaló una pancarta de Amnistía Internacional y recordó que REM apoya a esta organización pro derechos humanos, cuya secretaria general, Irene Khan, llegó precisamente este lunes a Chile.
SANTIAGO DE CHILE.- El legendario grupo de rock alternativo
"Éste es el último 'show' de REM con (el republicano) George Bush como presidente de Estados Unidos, mañana vamos a celebrar el inicio de una nueva era en la historia", gritó entusiasmado su líder, Michael Stipe.
Miles de jóvenes que al comienzo del concierto habían respondido con un abucheo cuando Stipe les preguntó si creían en la política, empezaron en ese momento a corear el nombre del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, mientras que las pantallas gigantes mostraban la foto de un sonriente Barack Obama.
Stipe y su banda, que habían prometido al público chileno "el mejor 'show'", se emplearon a fondo para conseguirlo.
REM son el "plato fuerte" de los dos días que dura el Festival Santiago Urbano Electrónico, que el lunes también contó con la banda independiente británica Kaiser Chief y los estadounidenses The Mars Volta, y hoy presentará a The Jesus and Mary Chain, el estandarte británico del "noise pop".
A las once en punto de la noche, hora local (4:00 GMT del martes), un Michael Stipe desbordante de energía saltó al escenario como sus compañeros, dispuestos a sacar al público del letargo en el que le había sumido la banda texana The Mars Volta.
"Wat's the Frecuency, Kenneth" fue el primero de los 25 temas que a lo largo de casi dos horas interpretó el grupo nacido en Athens (Georgia) en 1980.
Con movimientos tan espasmódicos como los que dan nombre al grupo (Rapid Eyes Movement) y grandes dotes de histrionismo, Stipe cautivó al público.
Pero quienes creía que todo iban a ser guitarras desgarradoras y contorsiones, pronto se dieron cuenta de que REM son una banda multifacética capaz de recrear con la misma naturalidad instantes electrizantes y momentos de reflexión intimista.
Para entrar en calor, la banda descargó "Imitation of life" -el éxito de su álbum "Reveal"- y la solicitada "Everybody hurts", considerada como la tercera mejor canción de la historia.
Entonces llegó el momento de dejarle el protagonismo al bajista Mike Mills para que deleitara al público con "(Don't go back to) Rockville", el tema que él mismo compuso hace 34 años.
Y como el público ya andaba entusiasmado, el vocalista de REM decidió en ese momento darse el primero de los dos baños de multitudes de la noche mientras interpretaba "The one I love" y 10.000 gargantas lo coreaban enfervorizadas.
Stipe es un tipo sencillo que a pesar de su 48 años mantiene la energía y la espontaneidad de cuando era estudiante de arte y formó con Mills, Peter Buck y Bill Berry una banda que pronto se convirtió en el grupo de culto de los universitarios estadounidenses.
Saltó, se retorció, estrechó la mano de sus fans, se dejó acariciar con paciencia su cabeza calva, lanzó panfletos, tocó la armónica y se desgañitó megáfono en mano con "It's the end of the world (as we know it)", un tema que a estas alturas del concierto más de uno pensó que se lo dedicaba a George Bush.
A la hora y media de recital, los músicos desaparecieron del escenario para escenificar el consabido ritual de los bises, pero esta vez lo hicieron de una forma original.
Las pantallas gigantes amplificaron unos garabatos escritos en un precario español: "¿Quieren más REM? ¡No se escucha! REM 'adore' Chile", y entonces el griterío se volvió ensordecedor hasta que reaparecieron interpretando "Supernatural Superserious" y el conocido "Losin my religion", incluido en el álbum "Out of Time" (1991).
Antes de abandonar el escenario, Stipe señaló una pancarta de Amnistía Internacional y recordó que REM apoya a esta organización pro derechos humanos, cuya secretaria general, Irene Khan, llegó precisamente este lunes a Chile.
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