Entretenimiento
¿Quién dice que no se puede comer del cine mexicano?
Tradicional comida que el Imcine organiza año con año en el marco del FICG
La cita es en el restaurante Manolo Campestre. Son las 12:30 horas, y los meseros se mueven entre las mesas vacías, acomodando y desacomodando los equipales y los cubiertos, buscando la perfección entre las botanas y los manteles en color blanco. Algunos directores de cortometraje y periodistas comienzan a llegar, a cuentagotas. La mayoría sigue ocupado en Expo Guadalajara, sede del festival.
Llega la salsa para las botanas. Los antojitos pueblan las mesas. Son las 13:00 horas. Los directores del cortometraje animado Electrodoméstico platican emocionados en su mesa. El rodaje lo hicieron en Guadalajara, con muñecos armados en Inglaterra y utilizaron una canción portuguesa. Viva la globalización. Traer su proyecto de stop motion al festival les tomó 12 años. Arrasar con la botana, unos cinco minutos. No todos los días se puede celebrar la conclusión de un proyecto tan largo.
Del otro extremo del restaurante, sólo en su mesa, se encuentra Jorge Denti, realizador argentino, pero más mexicano que la salsa con la que baña sus papitas y nachos. Cuando se le pregunta qué sentimiento nacional es el que inflama más su corazón, sólo sonríe. "Yo soy Latinoamericano, como todos los que vivimos al Sur del Río Bravo". La sonrisa crece más cuando llega la sopa. Él promueve el documental La huella del doctor Ernesto Guevara, una visión profunda a una faceta poco conocida del guerrillero.
Las 13:45 horas. El sol comienza a pegar sabroso en Guadalajara. Comienzan a llegar los elencos de los largometrajes. El Manolo Campestre se convierte en una suerte de foro televisivo tamaño petit. Por allí anda Rebecca Jones, en un vestido entallado y con una sonrisa franca. Atrás, con el cabello recogido, Giovanna Zacarías, actriz cuyo talento se forjó en el cine independiente, y que en los últimos años comienza a aparecer más y más en el área comercial de las salas. Los meseros sirven los sopes. "Ya hace hambre", suena en una de las mesas. ¡A comer!
Artistas y periodistas comienzan a poblar los rincones del restaurante ubicado en Mariano Otero. Los espacios libres comienzan a terminarse. El Imcine busca crear un ambiente donde las entrevistas no sean tan solemnes, donde el artista y la prensa se sientan en la misma mesa, para platicar sin la presión de tiempo. O al menos eso pretende.
Son las 14:30 horas, y el plato de tacos de Sebastián Zurita se enfría. El histrión llega al festival dirigido por Felipe Cazals en la película Ciudadano Buelna. Habla sobre romper el estigma de que una estrella de televisión no puede serlo también de cine en México. Mientras lo hace, no deja de mirar una torta ahogada que está en la mesa. Se comienza a resignar a comérsela fría.
Son las 16:00 horas. Se sirve un postre de dulces. Bien comidos y sin queja de la bebida, los productores, actores, periodistas y alguno que otro colado (porque a la gorra no hay quien corra), comienzan a abandonar la comida, que duró casi 4 horas. Jorge Sánchez, el flamante nuevo director del Imcine, y quien presidiría la comida, no llegó por un contratiempo. Ni modo. Esos tacos que le tocaban fueron de provecho para alguien más.
EL INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ
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