Entretenimiento
Presenta Eliseo Alberto nuevo libro en Bellas Artes
El escritor ganó el premio Alfaguara en 1998
Eliseo Alberto, a quien consideraron el principal escritor de su país y una "amenaza" de la literatura de la isla.
Durante la presentación de su más reciente novela El retablo del conde Eros, en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, Alberto bromeó al decir que su libro es un "homenaje a los malos escritores".
"A los malos -dijo- porque son éstos quienes conquistan a varios lectores, que después, quizá, estás dispuestos a leer más obras. Los malos escritores hacen más notables a los buenos".
Serio y haciendo muchas pausas la hablar, agradeció a amigos, hermanos y a su hija, Mari José, que este día cumple años, por presentar su obra en el máximo recinto cultural del país.
Al respecto, su colega Alejandro González se refirió "lichi", como un autor que escribe farsas, pues su texto es "una gran farsa metafórica en el mejor sentido del drama".
"Tiene el engaño, tiene la ilusión, pero también tiene de su humor amargo y triste, que constituye la entraña indivisible y definitoria", apuntó.
Para González, El retablo del conde Eros es una obra que está organizada dentro de una prodigiosa y atractiva corte de los milagros cubana.
"Creo que esta corte con la que escribió su obra, es el retablo mayor donde integra suicidas, frustrados, perdedores, gentes infames, tiene en efecto un punto en común, algo que los une y que les da trascendencia: una invencible y total ternura", agregó.
Sostuvo que la obra de "lichi" es una novela para tiempos de soledad y de interrogantes, Es una novela para atesorar como el retablo que es, añadió.
En su oportunidad, el vate Rafael Rojas dijo que el texto publicado por editorial Planeta, reúne elementos como belleza, sensibilidad, claridad, lucidez, precisión y síntesis, mostrando, a través de sus páginas, una escritura madura.
La novela del autor de obras como La eternidad por fin comienza un lunes (1992) y Caracol Beach, esta última ganadora ex a quo del I Premio Internacional Alfaguara en 1998, consolida un cambio en la literatura del escritor.
En el texto, dijo, el escritor habla de una Habana que año y medio después se acabaría para siempre con el triunfo de la Revolución cubana. En este texto, recrea las noches habaneras de los teatros para hombres solos, de los teatros porno, de la noche pecadora.
"En la literatura de `lichi` hay un trabajo con la historia de Cuba que rebasa esas delimitaciones temporales; es una novela que se mueve en los primeros años del siglo XIX y las décadas 40 y 50 del siglo XX, en esa Habana republicana, revolucionaria", expresó.
En la obra de 227 páginas hay un homenaje a la cocina cubana, pues "hay muchos textos con sabores, los olores, el sentido visual de su literatura".
"Este libro es como para leerlo, escuchando a los clásicos de la tradición lírica cubana, aparecen elementos como la ópera y la zarzuela, pero sobre todo, hay un homenaje a la composición lírica cubana", abundó.
Dividido en 13 capítulos, El retablo del Conde Eros es una representación de personajes de un teatro de La Habana: un universo de prostitutas, artistas, lunáticos y deambulantes del mundo artístico.
Narra que en la primavera de 1957 el actor Julián Dalmau regresa a Cuba tras una larga estancia en Estados Unidos. Le han invitado a montar en el Teatro París la obra Cuatro gatos encerrados, sin saber que él pretende "ahorcarse al término de la primera función en medio de un vendaval de aplausos".
Pero al desembarcar en La Habana, la mala o la buena suerte le llevan a un universo de prostitutas, actrices de vodevil y sufridos cantantes de ópera que, contra viento y marea, sobreviven al amparo de un decadente teatro llamado Finisterre. En el centro mismo de ese retablo humano, sobresale el incondicional conde Eros, escritor de novelas porno.
MÉXICO.- Amigos y colegas rindieron hoy un pequeño homenaje al narrador cubano
Durante la presentación de su más reciente novela El retablo del conde Eros, en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, Alberto bromeó al decir que su libro es un "homenaje a los malos escritores".
"A los malos -dijo- porque son éstos quienes conquistan a varios lectores, que después, quizá, estás dispuestos a leer más obras. Los malos escritores hacen más notables a los buenos".
Serio y haciendo muchas pausas la hablar, agradeció a amigos, hermanos y a su hija, Mari José, que este día cumple años, por presentar su obra en el máximo recinto cultural del país.
Al respecto, su colega Alejandro González se refirió "lichi", como un autor que escribe farsas, pues su texto es "una gran farsa metafórica en el mejor sentido del drama".
"Tiene el engaño, tiene la ilusión, pero también tiene de su humor amargo y triste, que constituye la entraña indivisible y definitoria", apuntó.
Para González, El retablo del conde Eros es una obra que está organizada dentro de una prodigiosa y atractiva corte de los milagros cubana.
"Creo que esta corte con la que escribió su obra, es el retablo mayor donde integra suicidas, frustrados, perdedores, gentes infames, tiene en efecto un punto en común, algo que los une y que les da trascendencia: una invencible y total ternura", agregó.
Sostuvo que la obra de "lichi" es una novela para tiempos de soledad y de interrogantes, Es una novela para atesorar como el retablo que es, añadió.
En su oportunidad, el vate Rafael Rojas dijo que el texto publicado por editorial Planeta, reúne elementos como belleza, sensibilidad, claridad, lucidez, precisión y síntesis, mostrando, a través de sus páginas, una escritura madura.
La novela del autor de obras como La eternidad por fin comienza un lunes (1992) y Caracol Beach, esta última ganadora ex a quo del I Premio Internacional Alfaguara en 1998, consolida un cambio en la literatura del escritor.
En el texto, dijo, el escritor habla de una Habana que año y medio después se acabaría para siempre con el triunfo de la Revolución cubana. En este texto, recrea las noches habaneras de los teatros para hombres solos, de los teatros porno, de la noche pecadora.
"En la literatura de `lichi` hay un trabajo con la historia de Cuba que rebasa esas delimitaciones temporales; es una novela que se mueve en los primeros años del siglo XIX y las décadas 40 y 50 del siglo XX, en esa Habana republicana, revolucionaria", expresó.
En la obra de 227 páginas hay un homenaje a la cocina cubana, pues "hay muchos textos con sabores, los olores, el sentido visual de su literatura".
"Este libro es como para leerlo, escuchando a los clásicos de la tradición lírica cubana, aparecen elementos como la ópera y la zarzuela, pero sobre todo, hay un homenaje a la composición lírica cubana", abundó.
Dividido en 13 capítulos, El retablo del Conde Eros es una representación de personajes de un teatro de La Habana: un universo de prostitutas, artistas, lunáticos y deambulantes del mundo artístico.
Narra que en la primavera de 1957 el actor Julián Dalmau regresa a Cuba tras una larga estancia en Estados Unidos. Le han invitado a montar en el Teatro París la obra Cuatro gatos encerrados, sin saber que él pretende "ahorcarse al término de la primera función en medio de un vendaval de aplausos".
Pero al desembarcar en La Habana, la mala o la buena suerte le llevan a un universo de prostitutas, actrices de vodevil y sufridos cantantes de ópera que, contra viento y marea, sobreviven al amparo de un decadente teatro llamado Finisterre. En el centro mismo de ese retablo humano, sobresale el incondicional conde Eros, escritor de novelas porno.
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