Entretenimiento
Polo Polo, al servicio del humor
El comediante llega reinventado y con la intención de cumplir su cita con la audiencia tapatía
El paso de los años ha visto ir y venir a comediantes que viven momentos de gloria. Pero algo especial tiene Polo Polo que sigue siendo irresistible para los espectadores de diversas generaciones. Ya sea por la presencia que impone en el escenario, su peculiar todo de voz o simplemente porque sabe contar muy buenos chistes. “Es un trabajo que sigo disfrutando mucho”, afirma en entrevista.
“Me encanta ir a Guadalajara”, agrega Leopoldo García Peláez Benítez, nombre real del comediante. “La Perla Tapatía tiene un público que quiero mucho y una ciudad donde siempre me tratan muy bien. Es junto con Monterrey una de mis plazas consentidas”.
Dueño de un lenguaje que muchos califican como “florido” en el mejor de los casos, el estilo de humor de Polo Polo, fuerte y repleto de albures, es uno de los más populares entre la audiencia. La aparición de imitadores y “competidores” no ha hecho sino agrandar cada vez más su leyenda.
—Contar chistes tiene su “chiste”, ¿no?
—La gente piensa que a la mejor con contar chistes y ya, “que fácil ha de ser”, me ha tocado escuchar. Pero no. Se trata de reinventarse constantemente, estar sacando cosas nuevas y contar chistes que alguna vez dijiste reacomodados de otra forma. Así que fácil, fácil, no es, hay que chambearle duro.
—Muchos comediantes dicen que lo difícil de la carrera está también abajo del escenario, pues la gente espera que ustedes sean graciosos las 24 horas del día. ¿Usted como maneja eso?
—Lo que pasa es que la gente como que de pronto te quiere bien y al menos en mi caso sienten que no me deben de molestar. Pero no me incomoda que se me acerquen cuando no estoy dando show. O que de repente me digan “¿te cuento un chiste?” A lo mejor me dicen uno que no sabía o que había olvidado.
—El elenco de Guerra de chistes llegó a decir que en México existe una “escuela Polo Polo” en la forma de hacer comedia. ¿Cómo toma ese tipo de comentarios?
—No me la creo, eso de dejar escuela, y decir que existe sería extremadamente vanidoso de mi parte. Yo me dedico nada más a hacer mi chamba lo mejor que puedo para que la gente se sienta satisfecha, la verdad, ya no doy más allá.
—Hablando de otros comediantes, luego de la polémica con Platanito las cámaras apuntaron a los comediantes y los límites que tienen. ¿Tiene Polo Polo claro qué fronteras no rebasar en su “show”?
—Yo trato de mantenerme al margen de ese tipo de cosas. Cada quien hace su trabajo como mejor le conviene, y yo también. No me meto con ningún tipo de cosas peligrosas o de mal gusto. Prefiero seguir con mi línea. Puede que diga cosas fuertes, pero siempre meditadas.
—Usted hizo mucho cine en los años ochenta, ¿no extraña esa etapa?
—Yo me di cuenta gracias al cine que, en definitiva, no soy actor (risas). No sirvo para eso, no me salen las cosas bien, me pongo nervioso, cometo muchos errores y la verdad, no me gusté como histrión. Entonces cuando uno entiende que no sirve para algo, allí le para, se acabó, ya está. La actuación no es algo que domine y prefiero hacer mis chistes, allí es donde creo que lo hago bien.
—¿También la televisión quedó de lado?
—La televisión conmigo es un caso especial. La verdad, no tengo el tiempo suficiente para hacer un chiste, al menos no en los esquemas de tele. La pantalla chica va a una velocidad impresionante, y si yo tratara de hacer un chiste en dos minutos, pues no me saldría, porque no tendría chance de decirlo como quiero. Entonces prefiero mantenerme alejado.
—Su página web y en especial los “podcast” (programas de radio por internet), se volvieron muy populares hace un par de años, pero luego dejó de hacerlos, ¿por qué?
—Me gustaba, pero tengo que replantearlo. Me gustaba interactuar a través de video con los usuarios, pero lo que pasa es que la gente comenzó a usarlo para pedirme que mentara madres que al primo, que al amigo. No lo voy a dejar, pero quiero hacerlo de otra forma.
Síguenos en