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Pedro Meyer celebra 50 años en la fotografía

El gran hereje de la imagen en Casa Escorza

GUADALAJARA, JALISCO.- A Pedro Meyer se le conoció en algún momento como "el hereje de la fotografía", porque renunció a la cámara análoga y optó por la imagen digital, convirtiéndose en uno de los pioneros en México. De hecho, se puede decir que es un eslabón entre la fotografía de Manuel Álvarez Bravo y la contemporánea.

Quizá es por ello que la muestra con la que celebra cinco décadas en la fotografía lleva por nombre Herejías aquí (en Casa Escorza y el Museo de Arte de Zapopan, los dos espacios de la Zona Metropolitana de Guadalajara que se han sumado a este enorme festejo) y en China, literalmente.

Pero a pesar de compartir el nombre es seguro que ningún espacio tendrá exactamente las mismas imágenes en exhibición, pues cada uno (más de 60 alrededor del mundo) ha tenido la oportunidad de hacer su propia curaduría de la muestra, asegura Ricardo Guzmán, director de Casa Escorza, con base en una preselección de tres mil imágenes.

En el caso del espacio perteneciente a la Universidad de Guadalajara, fue José Hernández Claire -también reconocido fotógrafo- el encargado de echar un ojo en los archivos y elegir 35 imágenes en torno a la mujer, seguramente algunas inmersas en las muchas temáticas que Meyer ha abordado: "Cuba, Estados Unidos, Europa, Medio Oriente, campaña de Miguel de la Madrid, Avándaro, Pemex, personajes del cine, teatro y espectáculos, autobiografía".

Las fotografías en exhibición -y que podrán verse a partir de esta noche, a las 20:30 horas, en Escorza 83A- son formatos grandes, de 1.50 por 90 centímetros, e invitan a los espectadores a hacer diversos análisis, pues así es la obra de Pedro Meyer, rica en mensajes, en símbolos, en elementos.

"Fue una decisión difícil tomar un tema en particular. Nos llamaba la atención (éste), algunas imágenes son fuertes", comentó Hernández Claire.

Sobre la impresión de las fotografías, Ricardo Guzmán detalló que una vez hecha la selección en el sitio de internet de Pedro Meyer, se manda a la Ciudad de México y ahí envían los negativos a imprimir para mandarlos de regreso al lugar en cuestión, en este caso Casa Escorza.

"Es un papel de fibra de algodón que asegura la permanencia de la imagen por 200 años. Esto se hizo con un impresor en la Ciudad de México; nos llegaron cuatro tubos con las impresiones y nosotros las enmarcamos. El espacio pagó alrededor de mil dólares por toda la obra seleccionada. Este tipo de impresión debe costar entre dos mil y tres mil pesos por imagen", advirtió.

El beneficio para los espacios es que las imágenes se integrarán a su colección. "Las piezas quedan como acervo del espacio. Podemos decir que aquí nace la colección de Casa Escorza", agregó Guzmán.
 
"La historia de la foto en México es antes y después de Pedro Meyer", José Hernández Claire (curador de Herejías en Casa Escorza)
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