Entretenimiento
Paulina Rubio se dice izquierdista
La cantante asegura que nació en una hogar donde políticos, escritores y pintores eran comunistas
Paulina Rubio ha sido reacia a hablar de sus posturas políticas, aunque con un diario español se dio tiempo para hablar de estos asuntos, donde aseguró que ella es una persona de “izquierdas”, aunque aclara, no es comunista y tampoco podría vivir en La Habana.
Es durante unos ensayos que la publicación ibérica charla con La Chica Dorada, quien se encuentra inmersa en la promoción de su reciente material Gran City Pop. En la plática sostenida con el diario El País, la intérprete confiesa que nunca podría estar a favor de gente como el ex presidente estadounidense George W. Bush o los dictadores.
Además, asegura que ella respeta mucho al medio ambiente, y cree que se debe tener cuidado con los residuos nucleares y es necesario luchar contra la explotación infantil.
Asimismo, deja en claro que la industria del disco ya no es la poderosa empresa de antaño que daba órdenes de cómo llevar a cabo una carrera. “Soy una empresa; una marca que crea canciones y las canta; vende discos y productos y hace conciertos. Y tomo las decisiones sobre mi carrera. He escrito mis temas, he elegido al director del video, he controlado la producción, el concepto, la creación artística y la mercadotecnia”.
Cuando se la pregunta en la intimidad de su furgoneta sobre su supuesta adscripción política a la izquierda, se lee en el periódico, la respuesta es una tibia afirmación: “Me siento más de izquierdas que de derechas”.
—¿Y me puede explicar qué es para usted ser de izquierdas?, le cuestiona el diario.
—¡Qué cabrón eres! Bueno… para empezar soy de izquierdas, pero no soy comunista. No podría
vivir en un lugar como La Habana. Pero he visto a Bush decir mentiras y provocar una guerra por el petróleo y no me gusta. Dicen que cuando ganas tu primer millón cambias; yo lo he ganado, pero nunca voy a estar a favor de gente como Bush o los dictadores.
La intérprete de Causa y efecto dice que cree se debe respetar el medio ambiente, tener cuidado con los residuos nucleares y luchar contra la explotación infantil; asimismo apoya el valor de la cultura y cree en la democracia en Latinoamérica, pero sobre todo en el papel de la mujer. “Si mandaran las mujeres, no habría más guerras”, expresa al periódico.
—Al mismo tiempo da usted entrevistas exclusivas a la revista ¡Hola!, eso no es muy de izquierdas, le cuestiona el reportero.
—Yo trato con respeto a la gente que me trata con respeto. Y me siento con ellos y comparto mi vida con ellos. Y aclaro cosas con ellos y les digo cómo me siento porque se portan bien conmigo. Y se sumerge frágil y diminuta en el estudio de grabación con Carlota inmersa en un enorme bolso de Vuitton.
“Hay gente que me ama y gente que me odia. Estoy curada de espanto. Soy una persona pública. Pero no olvides que del amor al odio hay un paso”, dice la cantante para terminar la conversación.
CIUDAD DE MÉXICO.-En México,
Es durante unos ensayos que la publicación ibérica charla con La Chica Dorada, quien se encuentra inmersa en la promoción de su reciente material Gran City Pop. En la plática sostenida con el diario El País, la intérprete confiesa que nunca podría estar a favor de gente como el ex presidente estadounidense George W. Bush o los dictadores.
Además, asegura que ella respeta mucho al medio ambiente, y cree que se debe tener cuidado con los residuos nucleares y es necesario luchar contra la explotación infantil.
Asimismo, deja en claro que la industria del disco ya no es la poderosa empresa de antaño que daba órdenes de cómo llevar a cabo una carrera. “Soy una empresa; una marca que crea canciones y las canta; vende discos y productos y hace conciertos. Y tomo las decisiones sobre mi carrera. He escrito mis temas, he elegido al director del video, he controlado la producción, el concepto, la creación artística y la mercadotecnia”.
Cuando se la pregunta en la intimidad de su furgoneta sobre su supuesta adscripción política a la izquierda, se lee en el periódico, la respuesta es una tibia afirmación: “Me siento más de izquierdas que de derechas”.
—¿Y me puede explicar qué es para usted ser de izquierdas?, le cuestiona el diario.
—¡Qué cabrón eres! Bueno… para empezar soy de izquierdas, pero no soy comunista. No podría
vivir en un lugar como La Habana. Pero he visto a Bush decir mentiras y provocar una guerra por el petróleo y no me gusta. Dicen que cuando ganas tu primer millón cambias; yo lo he ganado, pero nunca voy a estar a favor de gente como Bush o los dictadores.
La intérprete de Causa y efecto dice que cree se debe respetar el medio ambiente, tener cuidado con los residuos nucleares y luchar contra la explotación infantil; asimismo apoya el valor de la cultura y cree en la democracia en Latinoamérica, pero sobre todo en el papel de la mujer. “Si mandaran las mujeres, no habría más guerras”, expresa al periódico.
—Al mismo tiempo da usted entrevistas exclusivas a la revista ¡Hola!, eso no es muy de izquierdas, le cuestiona el reportero.
—Yo trato con respeto a la gente que me trata con respeto. Y me siento con ellos y comparto mi vida con ellos. Y aclaro cosas con ellos y les digo cómo me siento porque se portan bien conmigo. Y se sumerge frágil y diminuta en el estudio de grabación con Carlota inmersa en un enorme bolso de Vuitton.
“Hay gente que me ama y gente que me odia. Estoy curada de espanto. Soy una persona pública. Pero no olvides que del amor al odio hay un paso”, dice la cantante para terminar la conversación.
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