Entretenimiento
Paul es un defensor de la dieta verde
Convencido de respetar la vida animal, McCartney ha defendido a ultranza la práctica del vegetarianismo
Y es que el ex Beatle, en un perfecto acto de reflexión y compasión humana, decidió tender la mano a los animales y no devorarlos más hace ya algunas décadas.
Conocido como uno de los vegetarianos más activos en campañas a favor del estilo de vida vegano (libre de cualquier consumo de origen animal), el artista optó por este camino amable con los seres vivientes y se ha convertido en uno de los más acérrimos paladines de la causa.
La anécdota de cómo optó por el vegetarianismo la ha contado varias ocasiones: “Hace mucho tiempo fui a pescar, y cuando vi a un pobre pez girando en mi sedal, pensé: ‘lo estoy matando sólo por el efímero gusto que me provoca hacerlo’. Algo dentro de mí reaccionó. Y mientras lo veía luchar por respirar, me di cuenta de que su vida valía para él como la mía vale para mí”.
Y el cambio abrió un capítulo más en el compositor británico.
Linda, su fallecida esposa, y él participaron notoriamente en “campañas verdes” con la organización Personas por el Trato Ético hacia los Animales (PETA por sus siglas en inglés), y cuando ella murió de cáncer, Paul retomó las actividades en su memoria porque así lo habría querido Linda, dijo en una entrevista concedida a la misma organización.
“No extraño ningún plato de carne, en realidad. Cuando veo un tocino, veo un cerdo, un pequeño amigo, y es por eso que no lo puedo comer. Tan sencillo como eso, pero sí comería un tocino vegetal de Linda, toda su comida era muy buena”, contó, pues incluso fue ella la creadora de una famosa marca de comida vegetariana.
Pero su lucha sigue en pie. Repetidas ocasiones ha prestado su imagen para tareas persuasivas de PETA en carteles y playeras que rezan “Soy Paul McCartney y soy vegetariano”, mientras apunta una imagen con un animalito que dice “no comer”.
Su convicción es tan firme que una ocasión en 2009 interrumpió su gira para viajar a Bruselas y exponer su preocupación ante el Parlamento europeo.
Argumentó a líderes mundiales que participaron a la conferencia sobre el Cambio Climático de Copenhague que una política alimentaria sostenible es “un arma esencial en la lucha contra el calentamiento global”, pues estudios señalan que sólo por el metano que genera el ganado, éste contribuye al 37 por ciento de las emisiones totales de gases efecto invernadero.
Incluso llegó a escribir a los alcaldes de más de veinte ciudades europeas, entre ellas Londres, para que consideren la posibilidad de promocionar jornadas vegetarianas, tomando el ejemplo de Bélgica, que declaró el jueves como día libre de carne.
The Beatles aún son negocio
La visita de Paul McCartney a la ciudad no ha revivido el interés por la mercancía referente al ex Beatle. Aunque su música se vende bien, el concierto no ha sido excusa para acudir a las clásicas tiendas de discos.
En el cruce de Juan Manuel y Mezquitán, en el Centro Histórico tapatío, se encuentra la tienda de discos El Roxy, y los Beatles es uno de los grupos que más vende.
Entrar a la tienda es hacer un viaje por el tiempo y por la historia del rock, con todos sus géneros, y los Beatles ocupan una buena parte de los anaqueles.
Sobre las pilas de acetatos, la especialidad de la casa, brilla un ejemplar editado en español de la película Yeah Yeah Yeah (A hard day’s night), de la etapa happy del cuarteto de Liverpool, y detrás están todos los discos en vinil de McCartney: desde las primeras grabaciones con Linda, a principios de 1971, las grabaciones con Wings en esa década, su etapa de solista y los clásicos.
Jesús Noriega, propietario de la tienda de discos El Roxy, menciona que el concierto que ofrecerá Mc Cartney no se ha reflejado en la venta de mercancía beatle, aunque lo que llega del cuarteto de Liverpool y los clásicos de McCartney se venden bien. Es que “ya tienen todo”, dice. Se acuerda del internet, pero para los que se consideran “conocedores”, de entre los empolvados acetatos y una pila de discos desentierra, como un tesoro desconocido, el Álbum Negro, y un disco que contiene once versiones de Strawberry fields forever.
Cruzando la calle está el Submarino Amarillo, referente en la compraventa de material beatle. Cruzando la fachada color mostaza, destaca el material en las repisas y muros, aunque no hay mucho, “pues lo que llega se vende. Los Beatles aún son negocio”.
El dependiente del lugar cuenta que el material de los Beatles, como Paul McCartney, se vende en su totalidad mes con mes, aunque no en grandes cantidades. Adultos jóvenes conforman la mayoría de la clientela. Lo más buscado aquí de McCartney son los clásicos. Las rarezas no lucen, pero auténticos fanáticos adquieren accesorios de todo tipo, como una colección de figuras del cuarteto.
El intercambio y la compraventa de acetatos aún funciona, pero no como antes. Casi no hay espacio para más, y en eso llega una muchacha con un diablito cargado de viniles: “A veces hasta los tiramos”, dice Noriega, que con todo y eso, se va a ver a McCartney este fin de semana.
EL DATO
Paul ha mostrado en varios de sus videos su rechazo al maltrato animal, como en la experimentación en laboratorios, las corridas de toros, las peleas de gallos y otras actividades en donde se pone en riesgo la vida de los animales.
SU MÁS RECIENTE DISCO
Al Sir, lo que es del Sir
El estatus de leyenda viviente le vale a Paul McCartney para cumplirse cualquier clase de capricho, incluso, el de hacer un disco de covers de los grandes crooners neoyorquinos de mitad del siglo pasado, aunque deje un sabor a banda sonora navideña. El susodicho lleva por nombre Kisses on the Bottom (Hear Music, 2012), y es la más reciente placa con la que el ex Beatle se presentará en nuestra ciudad.
Durante su infancia, McCartney conservó en su mente aquellas melodías de piano que su padre tocaba cuando toda su familia se reunía para recibir el Año Nuevo, según dijo en una entrevista en el programa Fresh Air, transmitido por una radiodifusora estadounidense.
“Estas canciones me traen memorias muy felices (…) siempre las he amado, pero cuando llegó el rock and roll y entré a los Beatles, pensamos que debíamos hacer algo diferente, aunque no deseché esas influencias del todo. De hecho, tales canciones se convirtieron en la estructura básica de mucho de lo que yo y John (Lennon) escribimos”.
Con la producción de Tommy LiPumma (quien de los sesenta a la fecha ha estado detrás de múltiples álbumes de pop clásico y jazz, y trabajó incluso con Miles Davis) y el piano de la contralto Diana Krall (una de las intérpretes actuales de pop jazzero con mayor número de ventas), el caballero que alguna vez prendió el motor de la banda de rock más grande de todos los tiempos solicita espacio para relajarse en canciones para veladas elegantes de cena y luna, o para apacibles tardeadas en la campiña inglesa bebiendo té.
Reinterpretando clásicos que alguna vez estuvieron en voz de Fats Waller, Nat King Cole, Bing Crosby y Sam Cooke, el Sir Beatle visitó aquellas pistas junto con las navidades de su niñez en escenas donde los bailarines flotan y las sonrisas son de película, como en Home (When Shadow Fall) o la adorable apología de esperar al ser amado, We Three (My Echo, My Shadow and Me).
Entrando en la coyuntura del aquí y ahora, las piezas más juguetonas se separan de la atmósfera de las fiestas decembrinas para mimetizarse con la primavera, como I’m Gonna Sit Right Down and Write Myself a Letter, de donde sale la frase que da título al disco, It’s Only a Paper Moon, con un violín animoso que hace dueto con un chiflido, y la defensa del buenrollismo, Ac-Cent-Tchu-Ate The Positive.
Los premiados actores Natalie Portman y Johnny Depp actúan para el primer sencillo de Kisses on the Bottom, llamado My Valentine —una de las dos únicas canciones escritas por McCartney—, enfrentados a la cámara en blanco y negro, cada uno por su cuenta, interpretando la letra en lenguaje de señas o tocando la guitarra en el caso de Johnny, misma que en realidad fue grabada por Eric Clapton.
La crítica periodística sitúa al álbum por encima de la media tabla, con buenas puntuaciones de rotativos como el New York Times y The Guardian, y de revistas como Uncut: “La voz del señor McCartney, casi tan juvenil como en los días de gloria de los Beatles, no explora el subtexto de las letras: él confía en los placeres instantáneos de estas melodiosas tonadas de pop”, publicó el diario estadounidense en su reseña.
Publicaciones como Spin no fueron tan condescendientes: “Luego de 55 años en el negocio, con una carrera marcada por logros tan ‘menores’ como contribuir a la invención de la música pop, Sir Paul McCartney entrega un álbum absolutamente olvidable, de tipo peso pluma, diseñado primordialmente para gustarle a Sir Paul McCartney. Ciertamente, se ha ganado el derecho… ¿pero qué hicimos nosotros para merecerlo”.
Un capricho exclusivo para fans o un bonito recordatorio para los nostálgicos de las dedicatorias musicales de amor. Cierto es que puede ser los dos, y que Sir Paul McCartney, acierte o yerre, ya no tiene nada qué perder.
DISCOGRAFÍA
Producción sin The Beatles y sin Wings
McCartney (1970)
Ram (1971)
McCartney (1980)
Tug of War (1982)
Pipes of Peace (1983)
Give me Regards to Broad Street (1984)
Press to play (1986)
Flowers in the dirt (1988)
Unplugged: The Official Bootleg (1991)
Choba B CCCP (1991)
Liverpool Oratorio (1991)
Off the ground (1993)
Paul is Live (1993)
Strawberries Oceans Ships Forest (1994) **
Flaming Pie (1997)
Standing Stone (1997)
Rushes (1998)
Run Devil Run (1999)
Working Classical (1999)
Liverpool Sound Collage (2000)
Driving Rain (2001)
Chaos and Creation In The Backyard (2005)
Twin Freaks (2005)
Ecce Cor Meum (2006)
Memory Almost Full (2007)
Electric Arguments (2008)
Ocean’s Kingdom (2011)
Kisses On The Bottom (2012)
NÚMEROS
En solitaro
22 Álbumes de estudio
7 Álbumes en vivo
3 Álbumes recopilatorios
68 Sencillos
11 Álbumes en video
45 Videos musicales
2 Bandas sonoras
4 Álbumes de música clásica
7 Otros álbumes
1 Box Set
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