Arráncame la vida, es lo que los franceses llaman una “novela en clave”
Por:
EL INFORMADOR
Pasado pintoresco
Entre otras cosas, el libro Arráncame la vida es lo que los franceses llaman una “roman à clef”, novela en clave, que reseña la existencia de personas de verdad revistiéndola con el ropaje de la ficción. Su protagonista, una resuelta jovencita de 15 años que desposa a un militar que luego es gobernador de Puebla y más tarde ministro de Estado, posiblemente sea una criatura de la imaginación. Pero el entorno social, la figura y la conducta de su marido, más los distintos hechos políticos de que se va enterando, coinciden a pesar de los cambios de nombre con circunstancias auténticas del México de la década de los años 30 y 40 del siglo pasado. Al interés que causa el inusual temperamento femenino que plasma el relato, se suma entonces el del desciframiento histórico. En 1985 cuando se publicó la novela, el recurso pareció una táctica literaria válida que ayudaría a soslayar cualquier posible censura o represalia por parte del sistema y de las familias que ahí se criticaba. Ahora, desventuradamente, la adaptación cinematográfica efectuada por Roberto Sneider y la mismísima autora del texto, conserva el procedimiento oblicuo, y así derrumba la verosimilitud del contexto. ¿Alguien escuchó hablar de un presidente Aguirre seguido de un tal Medina, durante la época en que los que gobernaron la nación se apellidaron sucesivamente Cárdenas y Ávila Camacho? El error de cálculo es garrafal. Entiendo que se conservaran los nombres ficticios de la pareja protagonista, ya que aunque fueran basados en personas reales son sobre todo un producto lírico que sirve al ejercicio dramático que es la trama. Lo incomprensible es la razón que mueve, en estos tiempos, a disfrazar de modo vergonzante un pasado político autoritario, represivo y siniestro; a menos que se trate de reducir escrupulosamente la acusación implícita en la narración, a materia digna de Walt Disney. ¿O será por eso que la Twentieth Century Fox respalda la película?
Fuera de esa sentida objeción me parece que la película es una pieza de entretenimiento bastante correcta. Su objetivo es ser tan banal y lustrosa como cualquier película de verano. La recreación de época tiende a confeccionar ambientes con colores y esplendores de producción hollywoodense. La ropa luce nueva, los muebles y los automóviles están bien cuidados. Los actores van y vienen soltando palabrotas y simpatías de repertorio, como en las obras de aficionados, y la cámara trata siempre de captarlos en sus mejores ángulos. A lo largo de la historia la protagonista envejece casi 15 años, tiene hijos, algunos amantes, y por gracia de la producción, su apariencia se mantiene idéntica, como para recordarnos que se trata de la misma muchachita del principio. El momento de romanticismo más contundente, nos hace ver a la pareja de enamorados correr y entregarse a su pasión en un campo de flores.
Arráncame la vida, México, 2008; Dirección: Roberto Sneider; Guión: Ángeles Mastretta, Roberto Sneider; Actuación: Ana Claudia Talancón, Daniel Giménez Cacho.