Entretenimiento
Oscar Uriel, la creación a partir de la crítica
Se mantiene vigente como conductor del programa Taller de Actores Profesionales, que está en su cuarta temporada
El programa conducido por Oscar Uriel toca lo que nadie toca: el camino, las anécdotas, las derrotas de los grandes héroes de la televisión, el teatro y el cine. Una emisión que parece inspirada en las entrevistas del Actor’s Studio de Nueva York o partner de los Martes de Casa Azul, pero con un toque particular en las manos del crítico, periodista y productor.
Uriel es colaborador de las revistas Rolling Stone y Cinemanía, fue productor y conductor durante 12 años de 24 por Segundo. Un conductor, cocreador en el que las disciplinas de la observación analítica y la propuesta creativa no están divorciadas. Es el coproductor del filme Quemar las naves, de Francisco Franco (aquel que honró el trabajo de la actriz Irene Azuela), también del corto Mientras me muero del director Mario Muñoz (Bala Mordida). Y además, coquetea con el teatro de manera atinada para preparar como productor Tio Vania de Chéjov para el mes de noviembre, la obra será dirigida por el talentoso y joven Diego Del Río para el Foro Shakespeare, mismo foro donde dicen se fraguó el proyecto de TAP en el imaginario de varios actores.
La formación misma de Uriel ha contribuido para que a través de la emisión, el público conozca las historias -siempre escondidas de íconos de la pantalla como Jesús Ochoa, Gonzalo Vega, Angélica Aragón, Adriana Barraza, Rafael Sánchez Navarro, Demián Bichir, Angélica Aragón, Juan Manuel Bernal, Irene Azuela, Chema Yazpik y un largo etcétera.
—¿Cuál es el sentido hoy de “TAP”?
—No hay actor sin público. El intérprete intenta afectar al espectador, este debería ser su objetivo. En lo personal, creo que el ejercer la actuación como actividad íntima de desahogo de carácter personal no tiene sentido. El objetivo del actor debería ser el trastocar a la audiencia, provocarlo, cualquiera que fuese la intención, desde hacerlo reír hasta conmoverlo.
—Tienes una labor personal como crítico y al mismo tiempo como productor, las miradas son muy disímbolas. ¿Cómo las unes? ¿O tal vez la mirada del crítico alimenta a la del productor? ¿O viceversa?
—Exactamente. Creo que las dos actividades se complementan. Como crítico, me gusta el ejercer también la actividad de creador de acontecimientos artísticos, experimentar del otro lado. Creo que cuando tienes esto como bagaje resulta mucho más fácil apreciar cualquier expresión artística. Y como productor es innegable, es tener un sentido crítico y analista de los proyectos en los que estás involucrado. Creo que estas actividades no son tan contradictorias como nos lo han hecho creer.
—El cine ha tenido un auge importante en los últimos años ¿la crítica de cine también?
—No sé si se trate de un auge pero creo que el ámbito de la crítica actual corresponde a nuestros tiempos. Las redes sociales han provocado una proliferación de “especialistas” lo cual me parece muy interesante sin embargo esto no equivale a que haya un incremento en la buena crítica. En una entrevista que me concedió José Saramago, me dijo que el internet iba a abrir el espectro de oportunidades pero que no iba a convertir a un mal escritor en uno bueno. Estoy totalmente de acuerdo con esa aseveración.
—¿Para qué sirven los festivales en México?, ¿y la crítica?
—Los festivales de cine son una plataforma fundamental para el cine que no tiene cabida en los “multiplexes” comerciales. Lo que ha sucedido con la proliferación de festivales en México es que mayor cantidad de público ha tenido la oportunidad de ver películas especiales, de carácter independiente. Por otro lado la crítica, desde mi punto de vista, debe ejercer una especie de agregado a la experiencia cinematográfica. Creo que el crítico no está para señalar con autoridad que está bueno o no, simplemente es un apéndice que te permite tener otro punto de vista como referencia. A mí me gustan los críticos de cine por su manera de escribir y su sentido del humor.
—¿Cómo caes en el mundo de la producción teatral?
—Caigo porque tenía el deseo de ver el montaje de dos textos teatrales que me gustaban mucho. Alerta en misa de Bill C. Davis y Por amor al arte de Neil Labute. No me dedico a la producción de teatro de manera profesional porque lo hago de vez en cuando, pero lo que me sugiere a hacerlo es toparme con un texto que me conmueve. Después produje dos obras más, No sé si cortarme las venas o dejármelas largas (que ahora se convierte en una película) y Sin cura ambas escritas y dirigidas por Manolo Caro, quien es mi hermano consanguíneo. Realicé estas dos producciones más como un ejercicio de intimidad con mi familia, que por la experiencia laboral que representaban.
—¿Cuáles consideras tú que son los actores a los que no hay que perderles la pista?
—Sería injusto mencionar nombres pues todo es tan impredecible y peculiar pero advierto una nueva generación de actores que vienen con todo. Son jóvenes e inteligentes y creo que darán mucho de que hablar. Me encanta Tessa Issa por ejemplo o el mismo Alfonso Dosal. Es inspirador el panorama.
TAP / Todos los sábados, 21:30 horas / Por: ONCE TV México NAVEGA: http://oncetv-ipn.net/tap/
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