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Ofelia Medina regresa al teatro con “Las Arpías”

Profesionalmente, la actriz Ofelia Medina arrancó el 2009 actuando frente a la más célebre escultura en bronce del emperador Marco Aurelio, en el museo Capitolino de Roma

CIUDAD DE MÉXICO.-  Ahí presentó su espectáculo “Voces mexicanas”, que gira en torno a las escritoras Sor Juana Inés de la Cruz y Rosario Castellanos y la pintora Frida Kahlo.

También recibió la Medalla de Plata de la Presidencia de la República de Italia por su trayectoria artística y por su labor en defensa de los derechos humanos de los indígenas.

Actualmente, la actriz más destacada de su generación está en manos del director Humberto Zurita, como parte del elenco de la obra “Las arpías”, que se estrena el próximo 3 de octubre en el teatro Manolo Fábregas.
Zurita ya la había dirigido en “El matrimonio perjudica seriamente la salud”.

“La ronda de las arpías” (título original) fue escrita por Robert Thomas. En México se presentó en 1991 con Helena Rojo, Rosita Quintana e Isaura Espinoza, entre otras, dirigidas por Mercedes de la Cruz. Françoise Ozon llevó la historia al cine con el título “8 femmes”, con un reparto encabezado por Catherine Deneuve y Fanny Ardant. Es una comedia de suspenso en la que se narra la historia de ocho mujeres reunidas en una casa para celebrar Navidad, y ellas se convierten en sospechosas de un asesinato.

Minutos antes de un ensayo, Ofelia Medina dice por qué aceptó entrar a este proyecto: “Leí el libreto y me pareció interesante participar en una obra tan ágil y divertida, además de tener el privilegio de compartir el escenario con actrices admirables. Mira, por ejemplo, con María Rubio hice Rina en televisión hace muchos años (1977), ella era mi suegra dentro de la historia, pero nunca habíamos trabajado en teatro. Lo mismo pasa con Magda Guzmán, a quien adoro. Y, aunque parezca increíble, tampoco había estado en teatro con Patricia Reyes Spíndola. Ahora nos estamos dando la oportunidad de practicar el to play, de actuar y jugar al mismo tiempo. Con Niurka ha sido un encuentro grato, igual que con Victoria Ruffo, Adriana Fonseca y Ana Patricia Rojo”.

Medina ríe cuando se le pregunta si el teatro es tan adictivo para un actor como el billar para un vago: “A lo mejor sí, pero acá te pagan por hacer lo que te gusta, y en el billar supongo que no”.

Recuerda cómo llegó al Actor’s Studio en Los Ángeles y Nueva York: “Después de hacer Rina, yo fui la primera actriz de Televisa a quien se becó para estudiar en el extranjero. Cuando me dijeron yo elegí ir con Lee Strasberg”.
De Strasberg aprendió “un lenguaje, una manera de comunicarme con los otros actores”. Sin embargo, lo define como “un tipo muy cruel, muy entrometido; le gustaba meterse en la vida privada para sacarte emociones, y eso a mí no me pareció. Él tenía a mucha gente totalmente dominada”.

También estudió con Eugenio Barba en Dinamarca. Ahí comprendió que “el teatro es un microcosmos para llegar a la perfección, dentro de un contexto social; se hace dentro de una comunidad y para la comunidad”.

Recuerda con orgullo que la obra “Cada quien su Frida” la presentó en su antigua escuela, el Odin Teatre.
A Jodorowsky lo conoció cuando ella tenía 11 años y le pareció “un gran maestro al que había que obedecer disciplinadamente; él me enriqueció la vida, me ofreció un panorama de la cultura, me impulsó a leer, a meditar y a pensar”.
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