Entretenimiento
Nunca me verás gorda: Amanda
Amanda Seyfried señala que no pondría en riesgo su salud para interpretar un personaje
GUADALAJARA, JALISCO (03/FEB/2014).- Por amor al arte o por un buen papel, de esos que esperaban para sacar lustre a sus capacidades histriónicas, los actores suben y bajan de peso para hacer una interpretación memorable. Pero para Amanda Seyfried ninguna de estas razones es suficiente para poner en riesgo su salud.
“Jamás se me pasaría por la cabeza, por ejemplo, engordar 20 kilos para una película. Eso sería demasiado peligroso para la salud y tendría consecuencias a largo plazo. Nunca me prestaría a ganar mucho peso o a perderlo repentinamente por temas de trabajo. No quiero que mi cuerpo sufra los efectos de algo tan terrible. Es muy importante cuidarse”, dijo la actriz en una entrevista para Grazia, en su publicación francesa.
Sin embargo, y aunque tiene una envidiable figura, la actriz asegura que no por ello deja de disfrutar los placeres culinarios o alguna que otra golosina. Al contrario, explica que el asunto es saber hacer llevaderos estos placeres.
“Como todo el mundo, a veces no me puedo resistir y me dejo llevar por todo tipo de productos azucarados. Pero la verdad es que no tengo que esforzarme demasiado para mantener la línea, ya que como soy pequeñita y me gusta mucho el deporte, esos excesos casi no me pasan factura. Si veo que me he pasado con las calorías, salgo a correr con mi perro unas horas y problema resuelto”, aseguró la actriz estadounidense.
En poco más de 20 filmes, los papeles que ha desarrollado han sido más bien ceñidos a caracterizaciones en las que su cuerpo no ha sufrido ningún tipo de alteración. Todo indica que así será en adelante, no hay por qué cambiarlo pues, al menos hasta hoy.
La protagonista de “Lovelace” marca así distancia de posibles interpretaciones que, además de su capacidad interpretativa, le requieran un ataque a su figura, y por supuesto a su salud. Y así lo deja ver, por cierto, en lo más nuevo de ella que habrá en la pantalla grande: “Un Millón de Maneras de Morir en el Oeste”, de la que ayer se presentó un cartel en el que aparece Seyfried y luce su belleza con uno de los personajes más atractivos de la próxima temporada.
“Jamás se me pasaría por la cabeza, por ejemplo, engordar 20 kilos para una película. Eso sería demasiado peligroso para la salud y tendría consecuencias a largo plazo. Nunca me prestaría a ganar mucho peso o a perderlo repentinamente por temas de trabajo. No quiero que mi cuerpo sufra los efectos de algo tan terrible. Es muy importante cuidarse”, dijo la actriz en una entrevista para Grazia, en su publicación francesa.
Sin embargo, y aunque tiene una envidiable figura, la actriz asegura que no por ello deja de disfrutar los placeres culinarios o alguna que otra golosina. Al contrario, explica que el asunto es saber hacer llevaderos estos placeres.
“Como todo el mundo, a veces no me puedo resistir y me dejo llevar por todo tipo de productos azucarados. Pero la verdad es que no tengo que esforzarme demasiado para mantener la línea, ya que como soy pequeñita y me gusta mucho el deporte, esos excesos casi no me pasan factura. Si veo que me he pasado con las calorías, salgo a correr con mi perro unas horas y problema resuelto”, aseguró la actriz estadounidense.
En poco más de 20 filmes, los papeles que ha desarrollado han sido más bien ceñidos a caracterizaciones en las que su cuerpo no ha sufrido ningún tipo de alteración. Todo indica que así será en adelante, no hay por qué cambiarlo pues, al menos hasta hoy.
La protagonista de “Lovelace” marca así distancia de posibles interpretaciones que, además de su capacidad interpretativa, le requieran un ataque a su figura, y por supuesto a su salud. Y así lo deja ver, por cierto, en lo más nuevo de ella que habrá en la pantalla grande: “Un Millón de Maneras de Morir en el Oeste”, de la que ayer se presentó un cartel en el que aparece Seyfried y luce su belleza con uno de los personajes más atractivos de la próxima temporada.
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