Entretenimiento
''Nosotros los nobles'', más allá del cliché
El realizador Gary Alazraki y los protagonistas de la película apelan a la inteligencia en el largometraje que recién llegó a la cartelera
GUADALAJARA, JALISCO (26/MAR/2013).- En sus funciones de preestreno, Nosotros los nobles ha logrado lo que muy pocas películas mexicanas: seducir al público y a la taquilla por igual.
Aunque se estrena este viernes de forma oficial, en sus funciones especiales ya logró reunir más de 12 millones de pesos en boletos. Nada mal para un largometraje que enfrenta la competencia hoollywoodense de primavera. “Y la verdad, no me la creo, es como uno de esos sueños donde no quieres que te despierten”.
Quien habla es Gary Alazraki, director de Nosotros los nobles, que retrata en su producción la caída de una “familia bien” en las garras de la pobreza. Pero lejos de hacerlo de forma dramática, lo hace con un tono ligero, dominado por la comedia y los diálogos absurdos. Sin groserías y sin balaceras.
“Cuando andaba promoviendo el guión, muchos productores no podían creerlo. Se les hacía raro que hubiera una película mexicana así, de comedia pura. Pero es verdad, y no es imposible hacerlo. Se apela más al ingenio que a la violencia o a un lenguaje altisonante”, presume Alazraki, a quien, con todo y que le decían que su idea era muy buena, le tomó un año conseguir los recursos para llevarla a cabo. “Al final reuní el dinero y a los actores. Todos con una personalidad enorme para la comedia, con mucha chispa. Es un equipo muy sólido, de talento más que de caras conocidas. Me siento el hombre más afortunado del mundo, como si hubiera metido un gol desde media cancha (risas)”.
El drama de perder la fortuna
Germán Noble (Gonzalo Vega) es un empresario que, a primera vista, parece que lo tiene todo en la vida, pero su éxito en los negocios contrasta con su fracaso como padre. Sus hijos son unos auténticos haraganes, incapaces de hacer casi nada por sí mismos: Javi (Luis Gerardo Méndez), Bárbara (Karla Souza) y Charlie (Juan Pablo Gil).
Los tres “angelitos” dilapidan la riqueza familiar y tiran por la borda las oportunidades que les da la vida. Ante esto, Germán decide fingir que su empresa se va a la quiebra, para así llevarlos a vivir “la realidad”. Adiós autos de lujo, celulares caros y tarjetas sin límite de crédito. A los jóvenes no les quedará de otra más que valerse por sí mismos (lo que jamás han hecho) si es que quieren comer o tener un lugar donde dormir.
“La responsabilidad de ser padre es enorme. Implica muchos gastos y muchos sacrificios personales y emocionales. Creo que eso es algo que se enfatiza en la película”, explica Karla, quien encarna a Barbie en la película. “Mucha gente ya se la piensa para comenzar una familia, e incluso hay países, como Alemania, donde el gobierno le tiene que pagar a la gente para tener hijos”.
“El mundo en el que ellos se mueven es simplemente impresionante. Es toda una tribu urbana: Los Mirreyes”, explica Luis Gerardo, quien confiesa que no estaba familiarizado con este tipo de personajes “hasta que me tuve que meter en la creación del papel. Fue emocionante, porque era andar en antros como ellos (risas), pero tienen también la costumbre de que no saben lo que es que les digan ‘no’. Por ejemplo Javi, mi personaje, es como un hijo de Roberto Palazuelos y Homero Simpson”.
Dentro de la comedia, los protagonistas reconocen que se asoman pequeñas características “reales”. “Todos padecen de una enorme falta de afecto, de la poca atención de su padre y la ausencia de una figura materna”, explica Méndez. Para Karla, el encanto de la película se esconde en “ver sufrir a estas personas, que son muy fresas y todo lo tienen al alcance de la mano sin valorarlo. Eso nos causa risa a todos”.
“Detrás de todas sus muletillas y su forma de hablar que resultan graciosas -agrega la actriz- se esconden problemas con los que todos nos podemos sentir identificados a diversos niveles. La falta de comunicación con los padres, el no saberse administrar. Creo que todos lo hemos vivido”.
Sin pausas
“Yo no me caso con una forma de hacer guión, valoro la improvisación”, afirma Alazraki. Y sí, el director afirma que dentro de la película abundan momentos “que no estaban escritos. Muchas veces dejamos que la cámara corriera, que los actores mostraran nuevas facetas del personaje, y salieron escenas sensacionales”, presume, y agrega que casi 30% de las escenas fueron “creadas al momento por los actores”.
“Esta libertad es algo que no te encuentras en otros proyectos, y por eso nos sentimos todos muy agradecidos”, agrega Karla. Luis Gerardo agrega que la “chispa en el set se debe a que de verdad nos convertimos en una familia. De verdad nos hicimos Los Nobles, y si mañana Gary nos dice que hay secuela, le entramos (risas)”. Por lo pronto, este viernes “lo chavos fresas” enfrentan su primer gran reto: los espectadores nacionales.
FRASE
''Esta no es una comedia mexicana. Es una comedia universal, punto''.
Gary Alazraki, director.
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www.nosotroslosnobles.com
Aunque se estrena este viernes de forma oficial, en sus funciones especiales ya logró reunir más de 12 millones de pesos en boletos. Nada mal para un largometraje que enfrenta la competencia hoollywoodense de primavera. “Y la verdad, no me la creo, es como uno de esos sueños donde no quieres que te despierten”.
Quien habla es Gary Alazraki, director de Nosotros los nobles, que retrata en su producción la caída de una “familia bien” en las garras de la pobreza. Pero lejos de hacerlo de forma dramática, lo hace con un tono ligero, dominado por la comedia y los diálogos absurdos. Sin groserías y sin balaceras.
“Cuando andaba promoviendo el guión, muchos productores no podían creerlo. Se les hacía raro que hubiera una película mexicana así, de comedia pura. Pero es verdad, y no es imposible hacerlo. Se apela más al ingenio que a la violencia o a un lenguaje altisonante”, presume Alazraki, a quien, con todo y que le decían que su idea era muy buena, le tomó un año conseguir los recursos para llevarla a cabo. “Al final reuní el dinero y a los actores. Todos con una personalidad enorme para la comedia, con mucha chispa. Es un equipo muy sólido, de talento más que de caras conocidas. Me siento el hombre más afortunado del mundo, como si hubiera metido un gol desde media cancha (risas)”.
El drama de perder la fortuna
Germán Noble (Gonzalo Vega) es un empresario que, a primera vista, parece que lo tiene todo en la vida, pero su éxito en los negocios contrasta con su fracaso como padre. Sus hijos son unos auténticos haraganes, incapaces de hacer casi nada por sí mismos: Javi (Luis Gerardo Méndez), Bárbara (Karla Souza) y Charlie (Juan Pablo Gil).
Los tres “angelitos” dilapidan la riqueza familiar y tiran por la borda las oportunidades que les da la vida. Ante esto, Germán decide fingir que su empresa se va a la quiebra, para así llevarlos a vivir “la realidad”. Adiós autos de lujo, celulares caros y tarjetas sin límite de crédito. A los jóvenes no les quedará de otra más que valerse por sí mismos (lo que jamás han hecho) si es que quieren comer o tener un lugar donde dormir.
“La responsabilidad de ser padre es enorme. Implica muchos gastos y muchos sacrificios personales y emocionales. Creo que eso es algo que se enfatiza en la película”, explica Karla, quien encarna a Barbie en la película. “Mucha gente ya se la piensa para comenzar una familia, e incluso hay países, como Alemania, donde el gobierno le tiene que pagar a la gente para tener hijos”.
“El mundo en el que ellos se mueven es simplemente impresionante. Es toda una tribu urbana: Los Mirreyes”, explica Luis Gerardo, quien confiesa que no estaba familiarizado con este tipo de personajes “hasta que me tuve que meter en la creación del papel. Fue emocionante, porque era andar en antros como ellos (risas), pero tienen también la costumbre de que no saben lo que es que les digan ‘no’. Por ejemplo Javi, mi personaje, es como un hijo de Roberto Palazuelos y Homero Simpson”.
Dentro de la comedia, los protagonistas reconocen que se asoman pequeñas características “reales”. “Todos padecen de una enorme falta de afecto, de la poca atención de su padre y la ausencia de una figura materna”, explica Méndez. Para Karla, el encanto de la película se esconde en “ver sufrir a estas personas, que son muy fresas y todo lo tienen al alcance de la mano sin valorarlo. Eso nos causa risa a todos”.
“Detrás de todas sus muletillas y su forma de hablar que resultan graciosas -agrega la actriz- se esconden problemas con los que todos nos podemos sentir identificados a diversos niveles. La falta de comunicación con los padres, el no saberse administrar. Creo que todos lo hemos vivido”.
Sin pausas
“Yo no me caso con una forma de hacer guión, valoro la improvisación”, afirma Alazraki. Y sí, el director afirma que dentro de la película abundan momentos “que no estaban escritos. Muchas veces dejamos que la cámara corriera, que los actores mostraran nuevas facetas del personaje, y salieron escenas sensacionales”, presume, y agrega que casi 30% de las escenas fueron “creadas al momento por los actores”.
“Esta libertad es algo que no te encuentras en otros proyectos, y por eso nos sentimos todos muy agradecidos”, agrega Karla. Luis Gerardo agrega que la “chispa en el set se debe a que de verdad nos convertimos en una familia. De verdad nos hicimos Los Nobles, y si mañana Gary nos dice que hay secuela, le entramos (risas)”. Por lo pronto, este viernes “lo chavos fresas” enfrentan su primer gran reto: los espectadores nacionales.
FRASE
''Esta no es una comedia mexicana. Es una comedia universal, punto''.
Gary Alazraki, director.
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