Entretenimiento
Noche de poesía sonora con Luis Eduardo Aute
El intérprete regaló una velada donde los temas de su reciente álbum, ''El niño que miraba al mar'', fueron los protagonistas
Vestido todo en negro, acompañado por su banda y con lo mínimo en escenografía no fue necesario más, no busca engañar ni ocultarse, no es lo suyo. Para el español nacido en Manila, Filipinas, lo importante era la música, y no la faramalla visual. Su regreso a Guadalajara fue para romper un silencio, sí, pero también para construir nuevos sonidos. Para volver a enamorar a sus cómplices y atraer a nuevos escuchas.
Pasaron dos años desde la última vez que el cantautor había pisado suelo tapatío. “Muy buenas noches, gracias por hacer el esfuerzo y venir a acompañarme. Espero que no se arrepientan. Haremos (él y su banda) todo lo posible porque esta noche valga la pena”, advirtió nada más al arrancar el concierto.
Otra cosa que advirtió, y que finalmente cumplió, fue que el espectáculo estaría apoyado principalmente en los temas de su disco más reciente, ''El niño que miraba al mar''. Primero, con una larga introducción audiovisual, y posteriormente con la andanada de temas emanados de ese disco. “Cada que vengo intento dar el mejor concierto de mi vida, y espero que ésta no sea la excepción”, apostilló el intérprete, antes de comenzar a tocar el tema ''Un ser humano''.
Honestidad absoluta
Considerado como uno de los materiales más personales que ha grabado en el estudio, ''El niño que miraba al mar'' (2012) fue la piedra angular sobre el que Luis Eduardo Aute labró su concierto. Cualquier otro artista no se habría arriesgado a estructurar un recital sobre un disco nuevo, pero para Aute el riesgo vale la pena.
“Y lo hago porque no soy un artista al que toquen en la radio o en la televisión. Mi 'show' es a veces la única forma de escuchar estas canciones”, explicó el músico, en palabras donde la el humor negro y la franca sinceridad se mezclaban.
A lo largo de más de dos horas, Aute abrió el abanico de emociones, ante un público reunido en el Galerías, que se le entregó desde el primer acorde. Cada tema suyo parecía la descripción detallada de una relación frustrada, un amor eterno o el señalamiento fulminante a un problema social.
Uno a uno fueron apareciendo los temas: ''No hay manera'', ''Siento que te estoy perdiendo'', ''Musas'' y ''Atenas en llamas''. Todas, con una historia detrás, que fue explicada de forma pormenorizada por el músico, acompañado en todo momento por su fiel guitarra.
Al final, una noche mágica, enmarcada por el romance y la nostalgia, con un Luis Eduardo Aute que prometió que para su próximo regreso habrá que esperar menos.
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