Entretenimiento
¡Música, maestro!
Paul McCartney arriba al Estadio Omnilife y da una muestra de su torrencial talento
GUADALAJARA, JALISCO (05/MAY/2012).- Exultante, tenaz, imperturbable. El público que se dio cita en el Estadio Omnilife para disfrutar un concierto más de la gira de Paul McCartney, "On the Run", fue paciente tras el retraso del inglés; fue generoso, pues algunos gastaron de un tirón hasta seis, ocho, doce mil pesos para verlo tocar; fue agradecido, pues nunca paró de aplaudir ni de gritar hasta la saciedad.
El ex Beatle le fue esquivo a la puntualidad inglesa y, envuelto en un remolino de luces multicolores, salió al escenario alrededor de media hora tarde mientras que en las gradas y en la zona general sus seguidores dejaron de silbar y se pusieron de pie para recibirlo.
Con un dificultoso español que aprendió a los 11 años en Inglaterra, saludó: "Hola, Guadalajara. ¿Qué onda, Guanatos? Esta noche voy a tratar de hablar un poquito de español, pero más inglés", continuó y arrancó con lo que mejor sabe hacer: música.
Aunque en el recinto lucieron huecos en gradas, palcos y zona de cancha (ni Elton John, ni Aerosmith, y mucho menos Miley Cyrus han podido con el inmueble zapopano), los asistentes palmearon y cantaron los temas que el británico ha hecho famosos desde hace décadas.
Vestido de negro de pies a cabeza, acompañado por cuatro músicos, con guitarras de todo tipo -dijo que una la usa desde los años sesenta-, con el piano, Sir Paul tocó para los tapatíos piezas de su estadía en The Beatles, Wings y solista como "And i love her", "Something", "Drive my car", "Nineteen hundred and eighty five", "The long and winding road", "Maybe I'am amazed" y "My Valentine".
Luego le siguió una tanda que incluyó una canción dedicada el fallecido John Lennon y después "Dance tonight", "Every night", "Things we said today", "On the run", entre otras.
En el estadio se dieron cita familias completas. Madres con niños de 3, de 5 años; padres con hijos que crecieron bajo la tutela musical del inglés... que desde las 16:00 horas ya deambulaban por los alrededores del Omnilife percibiendo, respirando las pruebas musicales y la llegada de Paul McCartney.
Néstor Mayen Morales, de 36 años, y Mauricio Mejía Lara, de 32, ambos originarios de el Distrito Federal, llegaron a las 15:00 horas: "Hay que seguir 'On the Run' adonde quiera que vaya en México", dijo Mauricio dibujando una sonrisa en el rostro moreno.
Uno de los momentos cumbre de la noche vino cuando subió un mariachi al escenario mientras se escuchaba la canción ''Ob-La-Di, Ob-La-Da''.
El talento mundial dio un paso hacia su desaparición cuando Sir Paul McCartney se despidió de los tapatíos que, agradecidos, le aplaudieron sin regatear.
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI
El ex Beatle le fue esquivo a la puntualidad inglesa y, envuelto en un remolino de luces multicolores, salió al escenario alrededor de media hora tarde mientras que en las gradas y en la zona general sus seguidores dejaron de silbar y se pusieron de pie para recibirlo.
Con un dificultoso español que aprendió a los 11 años en Inglaterra, saludó: "Hola, Guadalajara. ¿Qué onda, Guanatos? Esta noche voy a tratar de hablar un poquito de español, pero más inglés", continuó y arrancó con lo que mejor sabe hacer: música.
Aunque en el recinto lucieron huecos en gradas, palcos y zona de cancha (ni Elton John, ni Aerosmith, y mucho menos Miley Cyrus han podido con el inmueble zapopano), los asistentes palmearon y cantaron los temas que el británico ha hecho famosos desde hace décadas.
Vestido de negro de pies a cabeza, acompañado por cuatro músicos, con guitarras de todo tipo -dijo que una la usa desde los años sesenta-, con el piano, Sir Paul tocó para los tapatíos piezas de su estadía en The Beatles, Wings y solista como "And i love her", "Something", "Drive my car", "Nineteen hundred and eighty five", "The long and winding road", "Maybe I'am amazed" y "My Valentine".
Luego le siguió una tanda que incluyó una canción dedicada el fallecido John Lennon y después "Dance tonight", "Every night", "Things we said today", "On the run", entre otras.
En el estadio se dieron cita familias completas. Madres con niños de 3, de 5 años; padres con hijos que crecieron bajo la tutela musical del inglés... que desde las 16:00 horas ya deambulaban por los alrededores del Omnilife percibiendo, respirando las pruebas musicales y la llegada de Paul McCartney.
Néstor Mayen Morales, de 36 años, y Mauricio Mejía Lara, de 32, ambos originarios de el Distrito Federal, llegaron a las 15:00 horas: "Hay que seguir 'On the Run' adonde quiera que vaya en México", dijo Mauricio dibujando una sonrisa en el rostro moreno.
Uno de los momentos cumbre de la noche vino cuando subió un mariachi al escenario mientras se escuchaba la canción ''Ob-La-Di, Ob-La-Da''.
El talento mundial dio un paso hacia su desaparición cuando Sir Paul McCartney se despidió de los tapatíos que, agradecidos, le aplaudieron sin regatear.
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI
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