Entretenimiento
Mötley Crüe cumple a fans con hard rock e irreverencias en concierto
La banda estadunidense ofreció un único recital ante cientos de seguidores en la capital mexicana
Motley Crüe en esta capital, donde por espacio de hora y media demostraron que el género sigue vigente.
El Palacio de los Deportes se convirtió en un lugar lleno de vitalidad y energía, no sólo en el escenario sino también en las gradas, pues desde el principio la agrupación saltó al escenario y demostró porqué desde 1980, la estridencia y el sonido del metal los ha llevado a vender más de 45 millones de discos.
Bastaron 15 canciones para que los asistentes, de tres generaciones, fueran testigos de la voz inconfundible de Vince Neil, el sonido del bajo de Nikki Sixx, los guitarrazos de Mick Mars y la batería de Tommy Lee, quienes presentaron su más reciente disco "The saint of Los Angeles".
"México quieres escuchar rock and roll", fueron las palabras del vocalista para invitar al público a ser parte de una noche cargada de adrenalina, en la que los más pequeños descubrían, quizás por primera vez, parte de la música de Motley Crüe, pues miraban a los jóvenes y adultos, así como a la banda con cara de asombro.
Los atuendos de piel en color negro y el cabello largo, que lucían algunos fanáticos, así como otros más extravagantes, resaltaron aún más la influencia de la agrupación, que saltó al mercado de la música en 1981 con el álbum "Too fast for love".
En las pantallas del "Domo de Cobre", se proyectaron durante el concierto sensuales mujeres desnudas y en alguna que otra canción imágenes invertidas de cruces, fuego y ciudades, así como del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, la reina Isabel II de Inglaterra y Adolfo Hitler.
Mientras en la parte posterior del escenario, en enormes letras, el cuarteto utilizó la frase "Los Angeles", también en forma invertida.
El baterista, Tommy Lee, aprovechó la oportunidad para festejar su cumpleaños, que fue el pasado viernes, para acercarse al público y sorprender al saltar hacía los fanáticos que lo aclamaban en las primeras filas de las gradas.
"México city, les voy a pedir un favor, le toman y lo van pasando", dijo Lee al ofrecer una botella de vino y brindar primero, para después compartirla con sus fanáticos: "Los amo gracias", acotó.
El grito de Crüe, Crüe, Crüe, Crüe se escuchó cada vez más fuerte, mientras los estadunidenses interpretaban sus temas, entre los que sobresalió "Sick love song", "Primal scream" y "Hell on high hells".
Sin embargo, lo mejor de la noche estaba por llegar luego de que Nikki Sixx dijera: "Hola México. Sólo les quiero decir gracias, muchas gracias, gracias a todos por venir", para dar paso a otros de sus éxitos, como "Girls, girls, girls" y "Dr. Feelgood", con las que se despidieron de sus seguidores mexicanos.
Aunque eso no fue suficiente, por lo que después de casi tres minutos de aplausos y del llamado al unísono de "Crüe, Crüe, Crüe, Crüe", la agrupación regresó al escenario para ser acompañada por cientos de luces de celulares y una que otra de algún encendedor, para interpretar el tema "Home sweet home".
Este último sirvió para crear un coro monumental, pues la primera parte de la canción fue interpretada por el público de forma acústica, mientras en las pantallas se proyectaron imágenes de los integrantes de Motley Crüe, en blanco y negro, para después hacer vibrar con el sonido del heavy metal.
Los grupos mexicanos Agora y La Cuca fueron también parte de esta velada, al encender los ánimos de la concurrencia y dejarla preparada para la siguiente hora y media de metal, gritos, aplausos y rock.
CIUDAD DE MÉXICO.- La irreverencia, la controversia y el sonido hard rock complacieron a cientos de seguidores, en el único concierto de la banda estadunidense
El Palacio de los Deportes se convirtió en un lugar lleno de vitalidad y energía, no sólo en el escenario sino también en las gradas, pues desde el principio la agrupación saltó al escenario y demostró porqué desde 1980, la estridencia y el sonido del metal los ha llevado a vender más de 45 millones de discos.
Bastaron 15 canciones para que los asistentes, de tres generaciones, fueran testigos de la voz inconfundible de Vince Neil, el sonido del bajo de Nikki Sixx, los guitarrazos de Mick Mars y la batería de Tommy Lee, quienes presentaron su más reciente disco "The saint of Los Angeles".
"México quieres escuchar rock and roll", fueron las palabras del vocalista para invitar al público a ser parte de una noche cargada de adrenalina, en la que los más pequeños descubrían, quizás por primera vez, parte de la música de Motley Crüe, pues miraban a los jóvenes y adultos, así como a la banda con cara de asombro.
Los atuendos de piel en color negro y el cabello largo, que lucían algunos fanáticos, así como otros más extravagantes, resaltaron aún más la influencia de la agrupación, que saltó al mercado de la música en 1981 con el álbum "Too fast for love".
En las pantallas del "Domo de Cobre", se proyectaron durante el concierto sensuales mujeres desnudas y en alguna que otra canción imágenes invertidas de cruces, fuego y ciudades, así como del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, la reina Isabel II de Inglaterra y Adolfo Hitler.
Mientras en la parte posterior del escenario, en enormes letras, el cuarteto utilizó la frase "Los Angeles", también en forma invertida.
El baterista, Tommy Lee, aprovechó la oportunidad para festejar su cumpleaños, que fue el pasado viernes, para acercarse al público y sorprender al saltar hacía los fanáticos que lo aclamaban en las primeras filas de las gradas.
"México city, les voy a pedir un favor, le toman y lo van pasando", dijo Lee al ofrecer una botella de vino y brindar primero, para después compartirla con sus fanáticos: "Los amo gracias", acotó.
El grito de Crüe, Crüe, Crüe, Crüe se escuchó cada vez más fuerte, mientras los estadunidenses interpretaban sus temas, entre los que sobresalió "Sick love song", "Primal scream" y "Hell on high hells".
Sin embargo, lo mejor de la noche estaba por llegar luego de que Nikki Sixx dijera: "Hola México. Sólo les quiero decir gracias, muchas gracias, gracias a todos por venir", para dar paso a otros de sus éxitos, como "Girls, girls, girls" y "Dr. Feelgood", con las que se despidieron de sus seguidores mexicanos.
Aunque eso no fue suficiente, por lo que después de casi tres minutos de aplausos y del llamado al unísono de "Crüe, Crüe, Crüe, Crüe", la agrupación regresó al escenario para ser acompañada por cientos de luces de celulares y una que otra de algún encendedor, para interpretar el tema "Home sweet home".
Este último sirvió para crear un coro monumental, pues la primera parte de la canción fue interpretada por el público de forma acústica, mientras en las pantallas se proyectaron imágenes de los integrantes de Motley Crüe, en blanco y negro, para después hacer vibrar con el sonido del heavy metal.
Los grupos mexicanos Agora y La Cuca fueron también parte de esta velada, al encender los ánimos de la concurrencia y dejarla preparada para la siguiente hora y media de metal, gritos, aplausos y rock.
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