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Molotov combate la censura

Molotov participó recientemente en la campaña de Televisa Deportes, empresa a la que criticaron agriamente en sus inicios.

El vocalista del grupo Molotov, Micky Huidobro, contestó a las críticas de la Iglesia y autoridades que han descalificado la presentación de la banda musical en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas al asegurar que no tienen la intención de cancelar su concierto programado en ese lugar para el 4 de julio.

El cantante afirmó para el programa Primero Noticias de Televisa que siguen con los planes de ofrecer su concierto y que se encuentran alistando los detalles como lo hace en cualquier presentación.

Mencionó que las críticas hacia el grupo por parte de la Secretaría de Cultura y Deporte de la ciudad de Matamoros no podrán impedir que los músicos cancelen su presentación, “como músicos tenemos una libertad de expresión y la gente tiene derecho a ver lo que quiera”.

Y es que el próximo miércoles, la funcionaria municipal cuestionó que los seguidores de Molotov paguen por ir a escuchar “mentadas de madre” en el concierto y recomendó otros espectáculos como alternativa, como la presentación de un conjunto de rondalla en un escenario local.

El concierto también ha recibido descalificaciones de parte de eclesiásticos.

En respuesta, Huidobro dijo esta mañana que por el momento desconoce si el llamado a boicotear su concierto ha tenido efectos visibles en cuanto a venta de boletos, “habrá quienes quieran ir a escuchar rondalla y ver como le cantan a los buenos y habrá quien quiera ver como le cantamos al demonio, como dicen ellos mismos”.

Descartó que la polémica les sirva para publicitarlos, “más bien nos afecta porque nos damos cuenta que seguimos viviendo en la Edad Media, esto nos pasó hace 10 años en el mismo lugar, con esto se demuestra que México no avanza por este tipo de ideologías”.

En 1997, Molotov presentaba su disco ¿Dónde jugarán las niñas? pero no pudo realizar el concierto programado en Matamoros debido a que el gobierno municipal, entonces encabezado por el alcalde panista Ramón Antonio Sampayo Ortiz, cedió a las presiones de la Diócesis del lugar y ordenó su cancelación.
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