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Milla Jovovich: ''Me llevé un par de puñetazos en la cara al rodar en 3D''
''Cuando grabamos en 3D los movimientos tienen que ser mucho más realistas'', dijo la actriz
"Cuando grabamos en 3D los movimientos tienen que ser mucho más realistas. Tienes que acercarte mucho más a las cámaras, por esa razón me llevé un par de puñetazos en la cara, los primeros que he sufrido en mi carrera", aseguró Jovovich durante su encuentro "virtual" con la prensa española reunida en un cine de Madrid.
Respecto a su primera experiencia con este tipo de encuentros en 3D y vía satélite -que la productora Sony anunció como el primero en la historia del cine- vaticinó que serán "el próximo nivel de las entrevistas", y jugó constantemente con sus manos para mostrar la profundidad que se consigue con los nuevos sistemas de proyección que "te convierten en parte de la película", aseveró.
"No somos profesionales de las artes marciales. Las coreografías entrañan un peligro real. A veces la adrenalina, de la que me considero una auténtica adicta, te lleva a hacer unas cuentas cosas peligrosas", explicó Jovovich.
Alice es la diva de "Resident Evil", un personaje al que ha dado vida en sus anteriores tres películas porque, según dijo, no le cansa, ya que "una de las cosas más importantes para cualquier actor es superarse e incluir nuevos elementos de su personalidad".
"Resident Evil: Afterlife" está escrita, dirigida y producida por Paul W. S. Anderson, quien también produjo las tres anteriores entregas de la saga. El cineasta es además el actual marido de Jovovich, lo que supone para la esbelta actriz de origen ucraniano una "dosis extra" de motivación por el "amor y la pasión" que siente por el filme.
"Mi marido se pasa encerrado una semana entera o más escribiendo. En casa conversamos mucho sobre ello y siempre se nos ocurren ideas divertidas", confirmó la actriz, quien desmintió rumores sobre próximas entregas de "Resident Evil".
"Esperaremos la reacción de los fans, aunque nosotros tenemos grandes ideas", concluyó Jovovich.
En lo personal, la actriz, de 34 años, se mostró encantada con la experiencia de haber sido madre primeriza y se sintió "afortunada" por llevar su hija al set de grabación, aunque quiso remarcar la presión que sintió por parte de unos paparazzis obsesionados con "el peso y el estado de forma" de alguien que acaba de ser madre.
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