Entretenimiento
Mike Leigh, el amo de la cámara
El director británico comparte una Master Class con el público del Festival Internacional de Cine en Guadalajara
De andar calmado y dispuesto a charlar largo y tendido sobre su gran pasión, el realizador recordó que abandonó su casa en Manchester siendo joven porque sentía que esa ciudad no le ofrecía el estímulo cultural que él buscaba, por lo que se marchó a Londres, capital de Inglaterra, donde un nuevo mundo se abrió ante él. “Cuando fui a Londres descubrí el buen cine, porque en esa época todas las películas experimentales eran en inglés, ya fueran británicas o estadounidenses. Estar en esa gran ciudad me puso en contacto con muchas cosas: el cine, el teatro y la música”.
Objetivos paso a paso
Con la mente enfocada en hacer cine, pero sin dinero en sus primeros días como realizador, Mike Leigh comenzó a trabajar en la década de los sesenta en la materialización de sus sueños, donde el ingenio fue la herramienta principal ante la falta de capital. “Ya tenía en la década de los sesenta pensada una historia sobre los restos de una familia (que se terminaría convirtiendo en Momentos sombríos), pero esa idea terminó expandiéndose mucho más de lo que imaginé”.
Al igual que sucede ahora en México, Leigh se encontró con que hacer cine fuera del sistema de estudios era casi imposible, incluso en un país con larga tradición cinematográfica, como Inglaterra. “En esa época era, lamentablemente, muy difícil hacer una película independiente en el Reino Unido. La industria era una fachada que servía muchas veces como extensión de las producciones estadounidenses y el apoyo a las cintas independientes era muy pobre”.
A pesar de eso, no se desanimó, filmó su primera película con un presupuesto que estaba generalmente cerca del cero. “Momentos sombríos es una anormalidad extraordinaria hecha con poco dinero y con mucha suerte, con mucho talento, se tuvo que trabajar con equipo que tuvimos que construir en el mismo foro. El grupo de trabajo era mínimo, muchos departamentos funcionaban con una sola persona, asistentes, y no tuvimos a nadie en maquillaje, ni diseño de vestuario y sin comida, pero con todo eso, es una cinta producida de manera muy profesional”.
Desde esa película el creativo procuró imprimir el sello que en sus siguientes filmes lo caracterizaría. “Decían que mis obras tenían toques sociales y naturalismo, pero lo que buscaba más que nada con Momentos sombríos era enfatizar el realismo. Hay en todos mis trabajos e historias un intento por reflejar y explorar el mundo real. Diría también que hay elementos tragicómicos en todos mis filmes”.
La paciencia es la clave
Considerado hoy como uno de los titanes de la cinematografía inglesa, Mike Leigh aprendió pronto que su solo nombre no le abriría las puertas, y ni siquiera tras su opera prima encontró el apoyo que esperaba. “Entre mi primera película y la segunda pasaron casi 17 años. Me pasé ese tiempo haciendo películas para la televisión, para la BBC principalmente. En ese tiempo había una libertad absoluta y sin interferencia, te daban el presupuesto, la película, y te ponías a hacer una cinta. No había presión de ratings o publicidad, y aun así se entregaban trabajos muy competitivos”.
Durante la charla con el público en el marco de la FICG, el realizador dio por bueno el rumor de que es un director que trabaja sin guión, aunque eso sí, aclaró que labra la película de la mano con sus actores durante meses de ensayos. “La única cosa que escribo es una estructura general de la película, un esqueleto que puede variar, aunque ya cuenta con las escenas planeadas. Todo cineasta tiene la película hecha en cabeza, se extrae o se contrae, pero esencialmente ya está hecha allí”.
“El ejemplo más claro es Happy-Go-Lucky, porque teníamos que trabajar con niños de escuela, desde allí se tiene que improvisar, es la forma más orgánica de hacer la película”, reveló el inglés, quien agregó que “trabaja suficiente con los actores para crear un papel. Cada actor aprende sólo su parte de la película, y no más, le dota de más naturalidad a su trabajo. Es como en la vida real, donde sólo conocemos el mundo que está a nuestro alrededor y nada más”.
Evitar actores con egos “inflados” que amenacen la filmación y no permitir actuaciones mecánicas han sido dos claves en las que se apoya Leigh para “mantener la naturalidad en la historia, lo que considero en extremo importante. Trato de que cada una de las películas que hago sean diferentes entre sí, que tengan un contraste interesante y no formen parte de una misma colección”.
FRASES
''Todo cineasta tiene la película hecha en cabeza, se extrae o se contrae, pero esencialmente ya está hecha allí. ''
''Decían que mis obras tenían toques sociales y naturalismo, pero lo que buscaba era enfatizar el realismo. ''
Mike Leigh,
cineasta.
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