Entretenimiento
Mickey Rourke en la pelea por el Oscar
El actor y boxeador vive lejos de los excesos y se enfoca en una carrera en la que resalta el valor de la integridad
PARÍS, FRANCIA.- El estadounidense Mickey Rourke, favorito al Oscar al Mejor actor por
The Wrestler, película que actualmente presenta en París, ha dejado atrás su vida de excesos no sin dificultades, lo que hace que ahora valore por encima de todo la integridad, cualidad necesaria para que desee trabajar con un director.
“Trabajaría con cualquiera que tenga integridad, que tenga una visión y que no haga su trabajo en función de lo que pueda ganar”, afirmó un Rourke irreconocible en un encuentro con un reducido grupo de periodistas en la capital francesa.
Y como ejemplo de lo que busca en estos momentos citó a Francis Ford Coppola, Alan Parker y Michael Cimino, con los que ya ha colaborado, o el español Pedro Almodovar.
El actor dijo no estar dispuesto a repetir el error de hace años, cuando siguió lo que él llama el sistema, se compró una mansión en Beverly Hills y coches de lujo, y se dedicó a trabajar para pagar sus deudas.
“Ahora si trabajo no es para pagar mis facturas, lo hago porque creo en el proyecto” y eso es lo que le ocurrió cuando conoció al neoyorquino Darren Aronofsky y le propuso el papel protagonista de The Wrestler.
Rourke desveló que en ese encuentro Aronofsky le dijo: “no te voy a pagar pero te prometo una nominación”.
Decidió aceptar porque es un hombre que “no quiere ir a Hollywood y ganar millones de dólares”, sino que apuesta por lo que quiere y va hasta el final.
Aronofsky apostó por él, sabiendo de antemano que le costaría mucho conseguir la financiación necesaria para esta película, que consiguió el León de Oro en el pasado Festival de Venecia.
Referencias reales
The Wrestler es un filme que parece hecho a medida para Rourke, quien interpreta a un profesional de la lucha libre totalmente acabado, que trata de rehacer su vida pero no sabe cómo. Su pasado como boxeador le ayudó mucho a batirse con auténticos profesionales del wrestling y a respetar este trabajo en el que antes no creía.
Ahora sí lo respeta y mucho, sobre todo, relató, porque en los dos primeros meses de grabación acabó en el hospital en tres ocasiones y porque ha visto la gran “camaradería” que existe entre los luchadores.
Fue duro a nivel físico pero también a nivel emocional porque , tal y como reconoció, es inevitable ver ciertos paralelismos entre su vida real y la de Randy Robinson, un ex campeón al final de su carrera, que se machaca el cuerpo en peleas amañadas y brutales. Cuando su salud empieza a resentirse, Randy trata de recuperar a su hija abandonada, interpretada por Evan Rachel Woods, e intenta vencer la soledad con una streaper, Marisa Tomei.
Su interpretación ya ha sido premiada con el Globo de Oro como Mejor actor, imponiéndose a Brad Pitt, por su papel en The Curious Case Of Benjamin Button, y a Sean Penn, en Milk. Con ambos competirá el próximo día 22 en la gala de los Oscar y, aunque asegura que valora el trabajo de los dos, se identifica más con Penn.
Si él gana, “seré el hombre más feliz del mundo”, dijo antes de precisar que Penn es uno de los amigos que conserva desde hace muchos años y que estuvo a su lado en los buenos momentos y también “cuando tiré mi vida por el excusado y lo perdí todo”.
Ante esto Mickey Rourke asegura que ha dado carpetazo a esa parte de su vida, que ha cambiado por completo y que, gracias a su terapeuta e incluso a su etapa en el boxeo profesional, se ha dado cuenta de que necesitaba seguir las reglas y centrarse. Hace unos años, reconoció, “no hubiera durado dos días” con Aronofsky pero ahora cree que es justamente la persona que necesitaba porque “es como un entrenador, me exige más y más”. Además cumplió su
promesa de conseguirle una nominación y puede que una de las famosas estatuillas de Hollywood.
Rourke sabe que tiene posibilidades de ganar el Oscar pero, al mismo tiempo, advierte que “no es como un partido o una pelea, es algo que no está en mis manos”.
Lo que viene
Sobre sus proyectos a futuro expresó que son varios, recalcando que “siempre serán con alguien que sea íntegro”. A su vez adelantó que está trabajando con un director palestino en Brasil y que es posible su participación en Iron Man.
“Trabajaría con cualquiera que tenga integridad, que tenga una visión y que no haga su trabajo en función de lo que pueda ganar”, afirmó un Rourke irreconocible en un encuentro con un reducido grupo de periodistas en la capital francesa.
Y como ejemplo de lo que busca en estos momentos citó a Francis Ford Coppola, Alan Parker y Michael Cimino, con los que ya ha colaborado, o el español Pedro Almodovar.
El actor dijo no estar dispuesto a repetir el error de hace años, cuando siguió lo que él llama el sistema, se compró una mansión en Beverly Hills y coches de lujo, y se dedicó a trabajar para pagar sus deudas.
“Ahora si trabajo no es para pagar mis facturas, lo hago porque creo en el proyecto” y eso es lo que le ocurrió cuando conoció al neoyorquino Darren Aronofsky y le propuso el papel protagonista de The Wrestler.
Rourke desveló que en ese encuentro Aronofsky le dijo: “no te voy a pagar pero te prometo una nominación”.
Decidió aceptar porque es un hombre que “no quiere ir a Hollywood y ganar millones de dólares”, sino que apuesta por lo que quiere y va hasta el final.
Aronofsky apostó por él, sabiendo de antemano que le costaría mucho conseguir la financiación necesaria para esta película, que consiguió el León de Oro en el pasado Festival de Venecia.
Referencias reales
The Wrestler es un filme que parece hecho a medida para Rourke, quien interpreta a un profesional de la lucha libre totalmente acabado, que trata de rehacer su vida pero no sabe cómo. Su pasado como boxeador le ayudó mucho a batirse con auténticos profesionales del wrestling y a respetar este trabajo en el que antes no creía.
Ahora sí lo respeta y mucho, sobre todo, relató, porque en los dos primeros meses de grabación acabó en el hospital en tres ocasiones y porque ha visto la gran “camaradería” que existe entre los luchadores.
Fue duro a nivel físico pero también a nivel emocional porque , tal y como reconoció, es inevitable ver ciertos paralelismos entre su vida real y la de Randy Robinson, un ex campeón al final de su carrera, que se machaca el cuerpo en peleas amañadas y brutales. Cuando su salud empieza a resentirse, Randy trata de recuperar a su hija abandonada, interpretada por Evan Rachel Woods, e intenta vencer la soledad con una streaper, Marisa Tomei.
Su interpretación ya ha sido premiada con el Globo de Oro como Mejor actor, imponiéndose a Brad Pitt, por su papel en The Curious Case Of Benjamin Button, y a Sean Penn, en Milk. Con ambos competirá el próximo día 22 en la gala de los Oscar y, aunque asegura que valora el trabajo de los dos, se identifica más con Penn.
Si él gana, “seré el hombre más feliz del mundo”, dijo antes de precisar que Penn es uno de los amigos que conserva desde hace muchos años y que estuvo a su lado en los buenos momentos y también “cuando tiré mi vida por el excusado y lo perdí todo”.
Ante esto Mickey Rourke asegura que ha dado carpetazo a esa parte de su vida, que ha cambiado por completo y que, gracias a su terapeuta e incluso a su etapa en el boxeo profesional, se ha dado cuenta de que necesitaba seguir las reglas y centrarse. Hace unos años, reconoció, “no hubiera durado dos días” con Aronofsky pero ahora cree que es justamente la persona que necesitaba porque “es como un entrenador, me exige más y más”. Además cumplió su
promesa de conseguirle una nominación y puede que una de las famosas estatuillas de Hollywood.
Rourke sabe que tiene posibilidades de ganar el Oscar pero, al mismo tiempo, advierte que “no es como un partido o una pelea, es algo que no está en mis manos”.
Lo que viene
Sobre sus proyectos a futuro expresó que son varios, recalcando que “siempre serán con alguien que sea íntegro”. A su vez adelantó que está trabajando con un director palestino en Brasil y que es posible su participación en Iron Man.
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