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Michel Franco conmueve a San Sebastián

La cinta Después de Lucía hace escala en España luego de recibir buenas críticas en los festivales internacionales

SAN SEBASTIÁN, ESPAÑA (26/SEP/2012).- El cineasta mexicano Michel Franco dejó sin aliento al público de San Sebastián que asistió a la proyección de Después de Lucía, una cinta en la que muestra la extrema crueldad de un grupo de adolescentes que se ensaña con una compañera recién llegada.

La película, que obtuvo el premio Una cierta mirada en Cannes este año, y opta al Horizontes latinos de San Sebastián, ha sido seleccionada por México para representar al país en la convocatoria de los Oscar y después irá a los Goya españoles.

“Cualquier cosa que permita que la película encuentre a su público natural en cada país es maravilloso, y en ese sentido ayuda esa promoción”, apunta Franco, convencido de que su cinta “puede interesar a muchísima gente”.

El filme cuenta la historia de Ale (Tessa Ia), una chica cuya madre acaba de morir en un accidente de tráfico y su padre (Hernán Mendoza), dolorido y “muerto en vida”, explica Franco, decide cambiar de ciudad y empezar de nuevo, pero todo se complica cuando la niña ingresa en una escuela de alto nivel donde sus compañeros la someten a un bullying brutal.

Lo que iba a ser una película sobre el luto, la depresión y la falta de comunicación entre los personajes, indica Franco, acabó siendo un estudio de la violencia. “Lo que más me llamó la atención fue el elevado nivel de crueldad al que eran capaces de llegar y por qué los chicos no lo hablaban en casa, porque vi que era una constante en los casos de bullying; esas son las preguntas que yo hago en la película, qué está pasando en la sociedad que nos cuesta tanto trabajo comunicarnos”.

Investigando, Franco ha descubierto que el acoso en las escuelas ha cambiado y ahora “es un proceso en el que sistemáticamente disminuyen a las víctimas hasta que no queda nada. Es extraño ver que no hay un dejo de humanidad y, peor aún, pensar por qué lo estamos aceptando”.

“Quería hacer una película seria pero no quise ser complaciente, por eso tiene un final no del todo resuelto, pero tampoco del todo abierto”, señala el director, que tampoco ha introducido música en la cinta para evitar provocar o dirigir el sentimiento del público o acentuar su sufrimiento. “Me interesa el punto de vista más objetivo posible”.

En la película también se muestra la permisividad con la que se acepta que los adolescentes tomen drogas y la inutilidad de recurrir a las autoridades o apelar a las leyes para atajar la violencia. “Cuando buscas ayuda para poner una denuncia te topas con una pared o de pronto te ves implicado y culpado del hecho que denuncias”, comenta el realizador.

FRASE

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No la filmé para un público especializado, trato de que se conecte con la película sin que se sea afín al cine de arte "

Michel Franco,
cineasta
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