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Mi trabajo es contar historias: Carlos Bolado

El realizador recupera hechos importantes del México reciente y cuestiona cómo llegó el país a los niveles de violencia que vive

Mi trabajo es contar historias: Carlos Bolado
GUADALAJARA, JALISCO (06/JUN/2012).- Se asustó. Carlos Bolado tuvo miedo cuando el 23 de marzo de 1994 el velador tocó a la puerta y gritó: ¡Lo mataron! ¡Lo mataron! Carlos se encontraba en el proceso de edición de una película. Cuando supo lo que sucedía, rápidamente bajó las escaleras del edificio enclavado en la Colonia Condesa, en el Distrito Federal. Del pequeño televisor del velador vio el estallido de la noticia del asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Si México fuera una película, ésta sería de terror, dice el director de la cinta Colosio, el asesinato que se estrenará este viernes. Bolado destaca la importancia de hacer películas que nos hablen de la historia de México y cuenten la verdad. Él utiliza al cine para contribuir a contar esas historias ocultas durante tanto tiempo.

El cineasta se cuestiona cómo llegó el país a tales niveles de violencia, cómo se le va a entregar a los jóvenes que salen a las calles a protestar. Exhumar esa historia le importa, sacar esa historia que viene “de atrás” para que las personas duden, cuestionen, investiguen.

—¿Por qué estrenar una película de Colosio a escasas semanas de las elecciones?

—Yo diría: ¿por qué no? No la pudimos hacer antes porque en este país hubo una censura terrible durante 70 años y no se podían hacer películas. Las películas se censuraban: (...) La sombra del caudillo, que habla del asesinato de Serrano en los años veinte y se hizo a finales de los cincuenta estuvo 30 años censurada, o El brazo fuerte, La Rosa blanca, de Roberto Gavaldón... es una larga historia de censura.

La alternancia empezó en el año 2000, y por eso no existía este cine que es thriller político, no se podía hacer; no podías criticar al partido y al poder que eran lo mismo. Solamente había un partido y tuvo el poder durante 70 años, nadie los podía criticar, para hacer una película tenías que tener un permiso de Gobernación, que te tenía que autorizar.

—¿Tenía previsto que la película se estrenara antes?

—Me hubiera gustado que saliera antes, lo que pasa es que el cine tarda. Empezamos el año pasado. Esta película finalmente se puede hacer. (Necesitamos) películas que nos hablen de nuestra historia y nos cuenten la verdad, no las mentiras que nos contaron durante tantos años. La gente aprendió a que lo que se decía en la calle era la verdad, esta película habla un poco de eso, de los rumores que circulaban en la calle, las hipótesis que tuvo todo mundo.

Me hubiera gustado que saliera antes, quizá demasiado cerca de las elecciones. Si hubiera estado antes la gente se hubiera informado, porque el voto es secreto. Pero el voto debe ser informado y el problema es que aquí nos han escamoteado la historia, la gente no conoce su historia porque no le interesa, aquí se trata de la ignorancia y por eso la educación ya vemos en qué estado está y quién controla.

—¿Hubo presiones durante la realización de la película?

—Hubo presiones de todo tipo, algunas locaciones se nos cayeron. Es un tema complicado, la gente tiene cierto temor, la costumbre de tenerle miedo al poder porque no hubo una democracia y hubo represión durante muchos años. O te compraban o te mataban. Ya sabía que la película iba a ser criticada o atacada por todos aquellos que no les interesa que se sepa la verdad y se conozca la historia de México, porque salen mal parados. Si hablas de la historia de México obviamente todos sabemos quién sale mal parado, los malos, los que han hundido al país, los que nos saquearon, los que robaron, los que mataron. La historia de México del siglo XX es dura.

—¿Por qué le interesa hacer este cine que exhuma el pasado?

—¿Por qué no me iba a interesar? Cómo no saber la historia del país, de dónde venimos, por qué llegamos aquí. Los pueblos que no conocen su historia tienden a repetirla, la memoria es importante, debemos de saber lo que sucedió y, ¿cómo no interesarme?, tengo responsabilidad, ética, valores, me preocupa mi país, me duele mi país. Soy un nacionalista bien entendido, y la manera en que puedo ayudar es haciendo cine. Soy un director de cine y mi trabajo es contar historias. Hice esta película que es un thriller político bien contado, redondo, que te hace sentir, pero a la vez te informa y entiendes un poco el pasado reciente.

—¿Cómo fue el proceso para crear el guión?

—Nos sirvió mucho el informe de la Fiscalía del año 2000, y de ahí nos bajamos para construir y armar este rompecabezas. Un poco inspirado en el cine político italiano de los años setenta, Francisco Rossi y reciente como Il Divo, o películas como el Ciudadano Kane o JFK. El informe de la Fiscalía (presentado en 2000) y una buena cantidad de libros nos sirvieron para armar esta historia, hicimos un argumento. Nosotros construimos personajes de ficción y algunos están basados en personajes reales.

—En la película hay asesinatos, ¿por qué le interesa como director mostrar esa crudeza?

—Esto son minucias. ¿Crudeza?, crudeza es meter a un tipo en un bote de ácido y eso no lo mostramos. Crudeza es aventar unas cabezas rodando en una discoteca y eso no lo mostramos. Yo muestro unos balacitos y sangre, no quiero hacer una película gore, porque lo que vivimos en este país es una película de terror, de miedo.

El dato
Lo que viene


Carlos Bolado estrenó en Estados Unidos la serie de televisión Estado de gracia, que aborda el tema del debate sobre la legalización de las drogas. Prevé que en octubre próximo llegue a la pantalla un proyecto cinematográfico que habla sobre los abusos cometidos en Tlatelolco, en 1968. Se considera un cineasta que le entra a todo tipo de proyectos, pero en esta ocasión, para el filme Colosio, el asesinato, Bolado sintió que era parte de una responsabilidad social y ética que no podía eludir.
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