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Mexicano Yuri Herrera relata vidas narcotraficante y compositor de corridos
El escritor mexicano Yuri Herrera refleja las vidas de un capo del narcotráfico y de un compositor de corridos, en su primer libro, Trabajos del reino, que recrea el lenguaje popular de México
En una conversación con Efe, Herrera (Actopán, 1970) explica que Lobo, el protagonista de la novela, publicada por Editorial Periférica, es un sujeto marginal que encuentra su razón de ser dentro del orden social gracias a su relación con un hombre poderoso, al que dedica su arte de crear cantos épicos.
El autor dice que tenía ganas de escribir una historia sobre los conflictos entre el poder y el arte, y que pensó en la corte de un rey del siglo XVII, pero que finalmente decidió situar la novela en el contexto de la ciudad en la que vivía entonces: El Paso (EU).
Un capo del narcotráfico era la figura que más se acercaba a la manera de ejercer el poder de un rey porque "no tiene contrapesos, crea una mística a su alrededor y establece una jerarquía muy clara", según Herrera, candidato a doctor en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad de Berkeley.
El escritor hizo una "investigación de campo" en bares, frecuentó salones con músicos, habló con mucha gente en la calle y pasó muchas horas en Ciudad Juárez, además de leer sobre la vida de los narcos.
Herrera precisa que la novela recoge expresiones del lenguaje popular de diferentes zonas de México, fundamentalmente del norte del país, "trabajadas" dentro del texto literario, pero "no es una crónica, ni un artículo periodístico, ni un relato pintoresco" que refleja literalmente la manera de hablar de la gente.
Las palabras narcotraficante, droga, México, EU o frontera son palabras que no se mencionan en el libro con la intención de "no ofrecer esta serie de tópicos que predeterminan la reacción del lector, aunque se pueden descubrir por el contexto", comenta.
No hay ningún capo del narcotráfico o artista reales que se correspondan con los personajes que se construyen en "Trabajos del reino", que se desarrolla como una especie de fábula, donde cada personaje se gana su nombre con su oficio -artista, joyero, periodista o rey-.
En el comedor del "palacio" hay quien dice: "para acordarme de los muertitos en mi haber me llevo un diente de cada uno y los voy pegando en el tablero de mi troca, a ver cuántas sonrisas alcanzo a formar".
Herrera recuerda que el corrido es un género "muy viejo", que goza de buena salud y que "no depende de una moda marcada por los estándares comerciales, ni de un solo fenómeno social como el narcotráfico".
Añade que es un modo de expresión "muy lábil", que permite hablar de la política, de las elecciones, del narcotráfico, del crimen en las grandes ciudades, de la emigración a EU, de la amistad y del amor.
"No es una novela que trata de denunciar el narcotráfico, ni crear conciencia sobre este fenómeno, sino que es un libro sobre las relaciones de poder, y el narcotráfico es uno de los ámbitos donde se dan este tipo de relaciones", subraya el escritor, galardonado con el Premio Binacional Border of Words/Frontera de Palabras en 2003 por "Trabajos del reino".
El narcotráfico, a su juicio, no se produce "al margen de la sociedad normalizada y reglamentada por las leyes, sino que ya se ha filtrado en diferentes aspectos de la vida pública, con la intervención de grandes empresarios en el lavado de dinero y la corrupción rampante que se puede dar en el Gobierno".
"Es un fenómeno global que no se localiza solamente en uno de estos lugares demonizados como Colombia o México", dice. EFE AGP 22/03/08
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