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Mel Gibson, capitán de su destino

El actor recompone su carrera y lo hace con una apuesta arriesgada, que involucra a nuestro país

CIUDAD DE MÉXICO.- “¿Qué es lo que hace un estadounidense en una cárcel mexicana?”, se pregunta a sí mismo Mel Gibson, quien interpretará efectivamente a un delincuente estadounidense prisionero en una cárcel de Veracruz en la película ¿Cómo pasé mis vacaciones de verano?

El mismo Mel Gibson se contesta: “Es algo que sucede y con mayor frecuencia de lo que podríamos imaginar. Desde hace un año me he encontrado en los periódicos varios artículos que hablan de ciudadanos estadounidenses (delincuentes) que purgan condenas en México”.

La dureza que exige su trabajo y su fama no le impiden al actor hollywoodense conservar un extraño sentido del humor. Por ejemplo, durante un encuentro con medios mexicanos, Mel Gibson se levanta del sillón y se prepara para contar su anécdota favorita acerca del premio Oscar que ganó con Corazón valiente. “Cuando alguien viene a visitarme, yo sé perfectamente que lo primero que van a preguntarme es por mi premio, así que antes de que lleguen, yo lo pongo debajo de un cojín”.

Mel actúa la escena con total naturalidad: recibe a sus invitados y antes de que digan algo, él se sienta en el sillón y se levanta inmediatamente mientras dice: “¡Diablos, creo que me senté en algo”. Entonces saca el premio, lo mira con cierto desprecio y lo avienta: ‘¡Ah era mi maldito Oscar!’”.

Gibson recién volvió este 2010 al mundo del cine luego de un retiro voluntario de siete años. Y regresó empuñando un arma. Su carrera tiene puntos culminantes con personajes heroicos que traen siempre un arma en la mano y casi siempre siendo policía: desde el legendario Mad Max (aquel patrullero motorizado del futuro que es figura de culto en el cine de ciencia ficción hasta el Martin Riggs de la serie Arma mortal). Ahora estrena Al filo de la oscuridad, en la que interpreta a un policía que quiere vengar la muerte de su hija a manos de un manipulador y maquiavélico empresario que fabrica y vende armas nucleares a países extranjeros.

- Los mexicanos suelen tener una relación de amor-odio con todo lo estadounidense, ¿qué has percibido de este sentimiento durante el tiempo que has trabajado en México?
- Ese amor-odio a veces es una actitud amplificada por los medios de comunicación que presentan una visión sesgada de la realidad en ambos lados de la frontera. Todo mundo habla de los decapitados en la frontera, pero yo te puedo contar que viví una larga temporada en Tijuana y nunca vi nada. Es un lugar peligroso al igual que muchos otros en el mundo.

- ¿Qué clase de cárcel mexicana vas a dibujar en la nueva película?
- No tengo mucha injerencia en esos asuntos porque confío mucho en el director, que es un mexicano que fue mi asistente de dirección en Apocalypto (Adrián Grunberg). Él se hace cargo de seleccionar al elenco y decidir la estética de la película.

- Pero siendo productor debes tener capacidad de decisión.
- Sin duda. Lo único que hemos platicado respecto a la cárcel es que queremos ser realistas. Hay que tomar en cuenta que es una ficción, pero nuestra idea es mostrar una cárcel común.

- En México levantar el presupuesto de una película es muy complicado. ¿qué apoyo han recibido de parte del Gobierno de Veracruz?
- El gobernador ha sido muy generoso con nosotros, ha mostrado la mejor disposición para facilitar el rodaje. En cuanto al dinero, lo conseguimos como se hace siempre: llevamos el libreto con algunos inversionistas de Estados Unidos, los convencimos de que era un buen negocio y decidieron darnos crédito. Pero yo la considero una película cien por ciento mexicana, el único extranjero soy yo.

- ¿Por qué quieres trabajar en México si en Hollywood tienes ya un prestigio?
- Cuando llegué a Veracruz para filmar mi anterior proyecto como director, Apocalypto, lo único que encontré fueron buenos deseos y disposición para el trabajo.
Actualmente en Hollywood no hay muchas cosas para mí, prefiero buscarlo en otros lados y México es una opción natural por su riqueza de escenarios y actores. Cuando hicimos el casting para Apocalypto vino gente de Oaxaca, Chiapas y Morelos, que no pudimos contratarlos pero me quedé con la idea de que tendría que trabajar con ellos. Y ahora muchos de aquellos actores están en el nuevo filme.

- Aunque se trata de una ficción, ¿qué se siente pasar tanto tiempo con un arma en la mano?
- Nervioso, aun cuando sea ficción; me siento muy extraño pensando en que manejo armas. En la realidad desde hace años tengo una obsesión para que estos objetos que porto no tengan balas; me asusta pensar que vivimos en un país donde hay personas preparadas para usarlas.

- A la gente le gusta verte con armas en la mano. ¿te podrá ver en “Mad Max 5” o en “Arma mortal 5”?
- Primero esperemos a saber si realmente me quieren ver de regreso con un arma, saber si acuden al cine a ver Al filo de la oscuridad. Mad Max 5 ya se va a rodar con un actor joven, de quien olvidé su nombre pero tengo muchas ganas de ver cómo lo hace.

- ¿Es momento para planear tu carrera con miras a tener un segundo Oscar, o uno honorario?
- No me interesa. Cuando lo gané era más joven y fue muy divertido. Mi productor había soñado la noche anterior que estaríamos en el podium con el premio, llorando. Le dije que estaba loco pero, en efecto, mencionaron nuestro nombre. El problema es que nadie se puso a llorar y entonces tuvimos que tomar unas botellas de agua para salpicarnos algunas lágrimas.

- La prensa en Estados Unidos asegura que “Al filo de la oscuridad” es tu mejor película en 10 años
- Bueno, está muy bien si piensas que hace exactamente 10 años que no hacía una película (risas).
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